Coronavirus Andalucía
Fabricantes andaluces adaptan su producción al nuevo mercado sanitario de mascarillas y geles
La bodega jerezana Gonzalez Byass y el perfumista sevillano De Ruy producen soluciones hidroalcohólicas y firmas textiles ponen sus talleres a confeccionar mascarillas y EPIs
La pandemia ha puesto al descubierto la vulnerabilidad del mercado nacional de productos sanitarios básicos por la dependencia de los proveedores chinos. El mercado de mascarillas, EPIs (Equipos de Protección Individual) o respiradores, en el que los intermediarios hacen su agosto, está al rojo vivo. Diferentes iniciativas tratan ahora de movilizar a la industria autóctona para lograr el autoabastecimiento y asegurarse una reserva ante futuras crisis. El Gobierno central está diseñando un plan para aumentar la capacidad productiva nacional de material sanitario y en Andalucía la consejería de Economía ha creado la plataforma PLAnd Covid-19, que gestiona la Agencia Andaluza del Conocimiento, donde ya hay más de 400 iniciativas. También el Ministerio de Industria y la Cámara de España han abierto un portal de oferta y demanda donde ya hay más de un centenar de referencias andaluzas.
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La industria regional se está volcando en ofrecer soluciones a esta enorme demanda. La mascarilla ha sido uno de los artículos más escasos y buscados en la fase inicial de la epidemia, cuando había largas listas de espera en las farmacias y los tutoriales de confección casera proliferaban en los chats. Pequeñas empresas, como Bayto Textil, en Galaroza, Huelva , reconvirtieron su taller para cubrir las necesidades más próximas y urgentes. Esta firma especializada en fundas textiles personalizadas para jamones y paletas, con clientes como Cinco Jotas, cubrió la demanda de mascarillas higiénicas en la Sierra de Huelva en el momento de máxima escasez. En su larga historia, Bayto ha fabricado zapatos, ropa y guantes técnicos. «Los chinos me han hecho cambiar el negocio tres veces», explica Francisco Ballesteros, dueño de la empresa onubense , que alerta de que el país asiático sigue controlando el mercado de los tejidos que se utilizan para fabricar equipos de protección.
El proyecto de Noruco
En Sevilla, Noruco se ha lanzado a un proyecto a mayor escala. «Antes de esta crisis sanitaria fabricábamos, principalmente, endoscopias para cirugía mínimamente invasiva. A raíz del llamamiento que el Ministerio de Industria hizo a los fabricantes que desarrollamos nuestra actividad en un ambiente aséptico, empezamos a reconvertir nuestro laboratorio para albergar la producción automática de EPIs y mascarillas», explican Beatriz Pérez y Juan Luis Ruiz, directora ejecutiva y responsable de I+D . Un tercer socio inversor, Andrés Granero, ha entrado en el proyecto, que llevará a Noruco a fabricar hasta 12 millones de mascarillas al mes. Ello ha supuesto triplicar la plantilla, que pasa de 15 a 51 trabajadores.

En la provincia sevillana, Textiles Alonso, con factoría en Lantejuela , ha conseguido la licencia de la Agencia del Medicamento para fabricar una mascarilla quirúrgica II R de cinco capas y produce ya entre 3.000 y 4.000 diarias. También ha sacado un modelo de mascarilla higiénica adaptada a la norma UNE 065 y batas y monos sanitarios. «Hemos tenido que adaptar nuestros talleres. Yo he cambiado de producción muchas veces porque el textil ha pasado por muchas crisis», explica Juan Alonso, propietario de la firma . Su negocio principal es la uniformidad laboral de protección. Fabrica uniformes técnicos para colectivos como bomberos y policías que suministra, principalmente, a Grupo Iturri.
La jiennense Diseños NT ha sido pionera en abordar la fabricación sanitaria y ya estaba en este mercado como proveedor del SAS y exportadora antes de que estallara la crisis del coronavirus en España. Con sede en la aldea de Santa Ana, en Alcalá la Real, este grupo centrado en embalaje promocional diversificó hacia la fabricación de mascarillas quirúrgicas y el estallido de la pandemia le cogió por sorpresa en la mejor posición de mercado. Hoy no da abasto para cubrir toda la demanda.
Apotheke De Ruy
La pandemia también ha popularizado los geles hidroalcohólicos. La empresa sevillana De Ruy Perfumes, uno de los grandes perfumistas españoles , con una facturación cercana a 70 millones de euros, empezó a fabricar una solución higienizante a principios de la crisis. «La idea surge porque nuestros clientes habituales (perfumerías y tiendas de alimentación) nos trasladaron la necesidad de ofrecer soluciones hidroalcohólicas en sus lineales. Nos pusimos a disposición de las autoridades para colaborar con ellas en el suministro de este tipo de productos. Desde entonces, a diario fabricamos miles de unidades», señala Carlos Ruiz, managing director Proprietary Brands en De Ruy . «Este tipo de soluciones no formaban parte del catálogo de De Ruy hasta ahora, así que nuestras máquinas no estaban 100% preparadas para ello, sobre todo en el caso de los geles, así que hemos tenido que realizar pequeños ajustes en algunas de nuestras líneas para poder fabricarlos más cómodamente», explica el responsable de la firma, que tiene una gran factoría en Alcalá de Guadaíra.

La marca ha sacado dos formulaciones : un gel y una solución líquida para aplicar con un pulverizador y que no solo sirve para higienizar las manos, sino también ropa u otros materiales. Ambas cuentan con una co ncentración de alcohol por encima del 75% en volumen, tal como recomienda la OMS, e incluyen glicerina para ayudar a la piel a recuperarse de la continua agresión que suponen tanto el lavado de manos como los hidroalcohólicos. La marca bajo la que se comercializan estos productos es Apotheke De Ruy. «Aún no hemos decidido si mantendremos esta producción en el futuro. Mientras los consumidores necesiten de estos productos, intentaremos dar el mejor servicio posible adaptándonos a las necesidades que vayan surgiendo en cada momento», señala Carlos Ruiz.
Gel y vino
En este mismo segmento, González Byass ha elaborado ya en su bodega de Jerez de la Frontera más de 50.000 litros de gel higienizante de manos, tras contar con los permisos de la Agencia del Medicamento y de la Agencia Tributaria. Lo reparte en bidones de 25 litros cedidos por la firma Reyenvas. La centenaria empresa familiar de vinos y bebidas espirituosas dona este producto a hospitales, residencias, comedores sociales y centros de la Cruz Roja. «En este momento la producción es algo puntual para aportar nuestro granito de arena en esta pandemia», explican desde la bodega.
Por su parte, la compañía sevillana Acesur, en su factoría de aceites y salsas de Vilches, Jaén , también ha puesto a trabajar sus impresoras 3D para la fabricar piezas de la máscara de protección que utilizan los sanitarios, que distribuye en hospitales y residencias de ancianos.
Esponjas jabonosas
Otra industria andaluza, Jaljosa, con sede en la localidad granadina de Pinos Puente, ha disparado su producción de esponjas jabonosas de un solo uso después de que la OMS recomendase el uso frecuente de agua y jabón para frenar los contagios del covid-19. Este fabricante atiende el 70% de la red hospitalaria y de residencias de mayores, a más de 22.000 farmacias y suminiustra 18 millones de esponjas a Mercadona. Con todo, su producción anual alcanza los 300 millones de esponjas , que también exporta a 25 países. Ha incrementado su plantilla de 65 a 72 personas y mantiene un ritmo frenético de producción tras duplicarse la demanda.
También hay talleres de moda textil como Edumer, de Coria del Río , que diseña y confecciona trajes de flamenca, que tratan de dar el salto al sector sanitario. «Este año ha pasado en blanco en moda flamenca; esperemos que el próximo volvamos a la normalidad», señala Mercedes Martínez, propietaria de la firma. Edumer ofrece su taller en la aplataforma PLAnd Covid-19 que ha puesto en marcha de consejería de reconomía y espera propuestas.