La convergencia de Andalucía se para

La brecha educativa incide de lleno en el retraso económico, según los expertos

La agricultura es el sector con mayor tasa de tenmporalidad laboral EFE

E. FREIRE

La convergencia de Andalucía con España se paró en seco durante la recesión económica y todavía no ha vuelto a coger impulso, pese a que la economía ha vuelto a crecer. Si en 2007 el PIB per cápita regional (indicador que mide la riqueza de un territorio y que se obtiene al dividir su producción entre sus habitantes) significaba el 77,2% de la media nacional, en 2014 descendió hasta el 74,3% y siguió bajando hasta el 74,1% en 2015, según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE).

Las previsiones que acaba de publicar Funcas apuntan a que también este año y el próximo la comunidad autónoma continuará dando pasos atrás y se agrandará la brecha que la separa de la España más rica . El servicio de investigación económica y social de las Cajas de Ahorros estima que el PIB por habitante de Andalucía retrocederá en 2017 casi medio punto, hasta representar solo el 73,7% de la media española, con lo que se habrán perdido 3,5 puntos de convergencia desde el año 2007.

Aunque la economía andaluza está creciendo, las otras autonomías lo hacen a más velocidad, vuelven a ganar y alcanzarlas se hace más difícil. Por ejemplo, Madrid , el territorio más próspero del país, ha avanzado más de cuatro puntos desde antes de la recesión y la riqueza de los madrileños se sitúa 36 puntos por delante del promedio de España .

«Durante la crisis, las diferencias en cuanto a PIB per cápita se ampliaron en España. Hubo una especie de proceso de divergencia que anuló todo el camino de mejora de la desigualdad entre regiones que se había dado en los años de anteriores», subraya la investigadora de Funcas María Jesús Fernández .

Debilidades históricas

En concreto, en Andalucía , durante los años malos quedan al descubierto las debilidades históricas de su estructura productiva, como su magro sector industrial .

«Lo normal es que en época de recesión los territorios más pobres se queden atrás y que, por contra, en fases de bonanza avancen más», añade la experta. El influjo positivo de la riqueza global, la demanda exterior y las transferencias de renta empujan a los territorios retrasados.

Sin embargo, la cuestión es que ya hemos salido de la crisis y la convergencia andaluza sigue empeorando, porque el crecimiento económico regional se mantiene por debajo de la media nacional. Así, según Funcas, la economía española crecerá un 3,1% en 2016 y un 2,3% en 2017, y en ambos ejercicios Andalucía marchará a menor velocidad, al 3% y al 2,1%, respectivamente.

También BBVA Research pronostica un crecimiento inferior de Andalucía este año con relación a España (2,9% frente a 3,1%) y casi pareja en 2017 (2,4% y 2,3%). ¿ Cuáles son las razones de esta mayor ralentización de la economía regional?

Factores coyunturales, como el Brexit (por la incidencia de la devaluación de la libra en la economía de la numerosa colonia británica que vive o elige a Andalucía como destino turístico) o un ajuste fiscal más intenso que en otras autonomías, lo que entraña menor gasto e inversión publicas, restarán décimas al crecimiento del PIB regional, según valora María Jesús Fernández.

Así, respecto a las cuentas públicas andaluzas, el déficit registrado en 2015 fue del 1,13% del PIB regional y en los siete primeros meses de 2016 registra un superávit del 0,8% del PIB, frente a un desequilibrio del 1,26 en el mismo periodo del año anterior. «La sustancial mejora es consecuencia de un incremento importante de los ingresos y una contención de los gastos », destaca Funcas.

Junto a estos impactos coyunturales que frenan la convergencia, María Jesús Fernández señala otras «deficiencias estructurales, que afectan al ritmo de crecimiento a largo plazo». Entre ellas, la investigadora destaca el bajo nivel de formación de la mano de obra que, en su opinión, «Andalucía tiene que corregir con urgencia». Una brecha educativa que incide de lleno en la enorme brecha laboral que estigmatiza a la región.

Brecha laboral

Así, según la Encuesta de Población Activa (EPA) del tercer trimestre del este año, tras Melilla, Andalucía tiene la segunda tasa de paro más alta de todas las comunidades autónomas ( un 28,52% ), con un diferencial de casi diez puntos con la media nacional (18,91%). Esta desigualdad laboral es un problema histórico de Andalucía que se ha agudizado. En 2007, antes de la crisis, y gracias al gran avance de la economía regional durante la bonanza económica, la brecha laboral se quedó a solo cuatro puntos con una tasa de paro regional del 12,52%, frente al 8,42% de España.

La correlación de las carencias educativas con el mercado de trabajo es un síntoma que también refleja con claridad la EPA . Así, el porcentaje de población activa que no tiene estudios secundarios en Andalucía es de un 47,3%, frente al 37,6% de promedio en España, diez puntos más, la misma distancia que separa las tasas de paro. En el País vasco , este porcentaje es del 24,8% y en la comunidad de Madrid , del 25,8%.

«La baja cualificación es un problema gravísimo que afecta a la productividad y condiciona la actividad económica que se puede desarrollar en un territorio», subraya la experta de Funcas . «La actividad industrial especializada o los servicios de alta tecnología y valor añadido tienen menos posibilidades de crecer con este déficit formativo», añade.

Nivel de estudios

José Ignacio García , profesor del Departamento de Economía de la Universidad Pablo de Olavide ( UPO ) de Sevilla, refuerza esta tesis aportando más datos de la última EPA. Así, en Andalucía hay 266.100 ocupados que ni siquiera tienen estudios secundarios . En esta cifra entran los trabajadores que solo tienen los primarios (201.600) y los que no han completado ni siquiera el nivel básico o son analfabetos (65.500). Esta mano de obra de escasa cualificación representa el 9,4% de todos los empleados andaluces, un porcentaje que a escala nacional supone el 6,4%, tres puntos menos. Otra divergencia.

En España son 1.190.000 los ocupados que no han cursado estudios secundarios, con lo que los 201.600 de Andalucía representan casi la cuarta parte del total.

Para el profesor de Fundamentos del Análisis Económico de la Pablo de Olavide, este desfase está muy relacionado con la precariedad del empleo en Andalucía. La tasa de temporalidad regional es del 35,72% frente al 26,96% nacional, y en sectores como la agricultura supera el 82%. «Los trabajos más precarios son para los trabajadores menos formados. En Andalucía estamos en una economía muy estacional pero hay otras regiones que tienen también mucho turismo y no tienen tanta temporalidad laboral. Aquí pasa algo más», afirma este experto.

Alta temporalidad

José Ignacio García subraya que Andalucía ha tenido unos datos de empleo entre julio y septiembre «que no han sido malos, sobre todo si se analizan de forma desestacionalizada, es decir, quitando el efecto del ciclo veraniego». Sin embargo, básicamente, lo que se ha creado ha sido empleo temporal que se destruirá en el cuarto trimestre.

«En el sector turístico antes era solo verano y punto, pero ahora hay cada vez más temporada alta y media y necesita empleos más estables, pero no los tiene. Las empresas siguen contratando para un mes o dos y eso hace que haya mucha gente entrando y saliendo del paro », destaca el especialista.

José Ignacio García concluye que a Andalucía es la comunidad a la que más le interesa una segunda vuelta de tuerca a la reforma laboral, una regulación que diera más incentivos a la contratación indefinida para reducir la temporalidad laboral. «Es lo que más ayudaría a una región como Andalucía con tan alta tasa de temporalidad. Mientras no se haga eso, la tasa de paro no va a converger», sostiene.

Sentencia de Estrasburgo

En opinión de este analista económico, lo que previsiblemente impulsará finalmente el nuevo Gobierno es un contrato con indemnización creciente por despido, «para que trabajadores temporales e indefinidos acaben convergiendo». En este sentido, estima que «igualar por arriba», como sugiere la sentencia del Tribunal de Estrasburgo , al equiparara las indemnizaciones de fijos y temporales, «sería negativo para la creación de empleo porque los empresarios se acobardarían a la hora de contratar».

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