Andalucía
Caso Aznalcóllar: Emerita acusa a Minera Los Frailes de cambiar el proyecto que presentó al concurso
Asegura que el proyecto ganador es diferente al tramitado ante la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir para los vertidos
Emerita Resources España ha denunciado ante el Juzgado de Instrucción 3 de Sevilla que el proyecto del consorcio Minorbis-Grupo México al que la Junta de Andalucía adjudicó el concurso para explotar la mina de Anzalcóllar nada tiene que ver con el presentado por Minera Los Frailes -la sociedad que constituyeron después ambas sociedades ganadoras- ante la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir (CHG) para que le autorizaran el vertido de aguas al río Guadiamar. Son -a su juicio- «dos proyectos absolutamente diferentes, que no son el resultado de meras adaptaciones del original, sino que tienen poco o nada que ver entre sí».
«La empresa que actualmente posee de facto la mina no sólo ha presentado un proyecto nuevo y diferente, sino que tampoco ese nuevo proyecto cumple con los requisitos de la CHG», indica en su escrito Emerita, que ha pedido a la jueza instructora que cite a declarar al presidente de la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir, Joaquín Paez Landa , para que aporte copia de la solicitud de Minera Los Frailes para verter al río Guadiamar y aclare el tipo de vertidos que solicita la empresa.
Según Emerita, el proyecto ganador no cumplía con el requisito de «vertido cero», sus vertidos superaban ampliamente lo permitido por ese organismo y podrían contaminar gravemente el río Guadiamar, con el riesgo para el medio ambiente y la saluda que ello conlleva. Por contra, recuerda que el p royecto que Emerita presentó para explotar la mina de Aznalcóllar contaba con un informe favorable de la CHG y denuncia que «el nuevo proyecto minero de Minera Los Frailes se parece curiosamente mucho al presento por Emerita al concurso».
Corredor del Guadiamar
Emerita se remite a un informe del Instituto Geológico y Minero de España para rechazar que el proyecto ganador suponga «vertido cero». Además, asegura que «compromete la integridad del corredor ecológico del Guadiamar y del espacio natural de Doñana» porque «existe la posibilidad de afección a aguas subterráneas del acuifero mediante vertido a dominio público hidráulico», incluyendo entre esas sustancias peligrosas el cadmio, «altamente contaminante».
«Estamos hablando de unas enormes cantidades de aguas altamente tóxicas, que superan ampliamente lo permitido, y que se verterían al río Guadiamar y sus afluentes. Y eso -dice Emerita- no sólo es grave y altamente peligroso, sino que era contrario a las bases del concurso, hecho que los investigados decidieron pasar por alto en el momento de tomar su decisión, con excusas tales como que "la CHG ya permitirá en el futuro mayores vertidos", cosa que ya resultaba absurda en su día y que puede verse que no ha sucedido, como era lógico».
Balsas
Emerita indica que «el proyecto que Minera los Frailes ha presentado a la CHG incluye un nuevo y diferente proyecto de mejores de la planta de tratamiento de aguas mediante sistema físico-químico», lo que supone 10,9 millones, «una modificación nada desdeñable en los apartados económicos del concurso».
El proyecto original incluía, según esta parte, no sólo tres balsas «en las que se acumularían aguas contaminadas y peligrosas de escorrentía procedentes de los vertederos, de las antiguas cortas mineras y de la nueva explotación minera proyectada», sino también una nueva balsa situada cerca de la coronación del cauce del arroyo Los Frailes. Otra de las acusaciones de Emérita es que Minorbis-Grupo México proyectó ilegamente unos acúmulos de residuos tóxicos que finalmente va a ser más de los inicialmente indicados.
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