Economía

La Cartuja Pickman recurre al TSJA para evitar su cierre

Quiere evitar que la Seguridad Social le derive una deuda de 6,6 millones generada por el anterior dueño de la fábrica de loza

Mario Vázquez Iriberri, consejero delegado de Ultralta, empresa propietaria de la fábrica de La Cartuja Pickman J. M. Serrano
María Jesús Pereira

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La fábrica de loza La Cartuja de Sevilla, propiedad hoy de la empresa Ultralta, ha recurrido ante el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA) la resolución de la Seguridad Social del pasado mes de julio por la que le deriva una deuda de 6,6 millones de euros generada por los anteriores dueños, la firma Pickman La Cartuja de Sevilla. Con este recurso, Utralta agota su último cartucho para evitar el cierre de esta fábrica que ha cumplido 178 años de vida. Ultralta, que se vio obligada a pedir el concurso de acreedores cuando le derivaron esa deuda, teme que aunque el TSJA le dé la razón, no logrará sobrevivir hasta entonces porque con ese riesgo le será difícil captar capital.

La resolución en julio de la Tesorería de la Seguridad Social de Sevilla puso fin a la vía administrativa , lo que ha obligado a la fábrica de loza a acudir a los tribunales. Para la Seguridad Social, ha habido un presunto ánimo fraudulento en la compraventa en 2014 de la unidad productiva de la fábrica La Cartuja cuando estaba en concurso de acreedores.

Asegura la Seguridad social que aplicando la figura jurisprudencial del «levantamiento del velo», la compraventa efectuada entre Pickman La Cartuja de Sevilla y las sociedades Ultralta y Almacenalia permitió que los principales activos de la sociedad concursada siguieran en manos de las mismas entidades a las ya pertenecían durante el concurso. Además, la Seguridad Social subraya que hay coincidencia de consejeros entre Pickman La Cartuja y Ultralta.

Nueva colección de la fábrica de loza La Cartuja, que ha cumplido 178 años de vidaUEVA ABC

Por su parte, Ultralta alega que durante el concurso de acreedores compró la unidad productiva asumiendo la carga de todos los trabajadores en activo, así como de los créditos contra la masa, algo que contó con apoyo expreso de los trabajadores y el resto de acreedores. Además, s e acordó por escrito que la transmisión de la unidad productiva «no implica sucesión empresarial en la forma prevista por la Tesorería General de la Seguridad Social» y que Ultralta no se subrogaba en la parte de la cuantía de los salarios o indemnizaciones pendientes de pagos anteriores a la venta que fuera asumida por el Fogasa.

Ultralta, cuyo consejero delegado es Mario Vázquez Iriberri, argumenta que la Seguridad Social no impugnó en 2014 la venta de la unidad productiva de la fábrica de La Cartuja ni antes de 2016, cuando se dio por finalizado el concurso con la liquidación de la sociedad. A su juicio, la Seguridad Social no tiene competencia para declarar la responsabilidad solidaria por deudas generadas por otra sociedad concursada, algo que —dice— corresponde al juez del concurso. La fábrica de loza defiende que «la Ley Concursal debe prevalecer sobre la legislación en materia de la Seguridad social».

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