AGRICULTURA
El biocarbón «entrena» al trigo duro para ser más productivo
Obliga al cereal a estilizar sus raíces para captar mejor los nutrientes de los abonos necesarios para su crecimiento, consiguiendo incrementar la producción entorno a un 25%
El ahorro en el abono es un factor clave en las explotaciones agrarias. Los fertilizantes proveen a los cultivos de más nutrientes de los que encontrarían en el suelo de forma natural, pero también suponen uno de los gastos más relevantes para los agricultores. Incluso en ocasiones, esta costosa ayuda se puede perder. Si llueve demasiado después de fertilizar los campos, se produce un efecto lavado y los nutrientes se disuelven sin llegar a la planta.
Para evitar que esto ocurra, investigadores del Departamento de Botánica, Ecología y Fisiología Vegetal de la Universidad de Córdoba (UCO), perteneciente al ceiA3 (campus de excelencia internacional agroalimentario) han probado con éxito el uso del biocarbón que actúa como «contenedor» de esos nutrientes beneficiosos para el cultivo del trigo, consiguiendo además aumentar las cosechas del cereal.
El biocarbón (también conocido como biochar) es un material rico en carbono similar al carbón vegetal convencional -el que se usa para barbacoas, por ejemplo- que se crea a través del calentamiento de biomasa en un entorno pobre de oxígeno, procedimiento que se conoce por el nombre de pirólisis, y que se aplica para la mejora del suelo .
Los investigadores de la UCO han observado que el biocarbón ayuda al trigo a captar mejor los nutrientes de los abonos . En este sentido, el investigador Manuel Olmo señala que «actúa como lo haría un aparato de gimnasia para una persona que realiza ejercicio físico, pues obliga a la planta a esforzarse y a desarrollar sus raíces, que se estilizan para absorber mejor los nutrientes necesarios para su crecimiento, en especial el nitrógeno».
Incremento de la producción
Este trabajo tiene sus orígenes en el proyecto «Biocar: estudio de biocarbón como sumidero de carbono», que este equipo desarrolló entre los años 2010 a 2013 con financiación del Ministerio de Ciencia e Innovación. Una vez concluido el periodo de ejecución e invertidos los incentivos económicos, «como el biocarbón es un material muy estable y permanece en el suelo entre 500 y 1.000 años, hemos seguido investigando y desarrollando nuevas líneas», explica Olmo.
Así, para estudiar los resultados en el cultivo del cereal, se han empleado dos tipos de biocarbón, uno procedente de restos de poda de olivo y otro procedente de la paja del trigo , realizándose ensayos tanto en laboratorio como en el campo.
Los investigadores han aplicado diferentes dosis de biocarbón al terreno y, a continuación, tres niveles diferenciados de fertilizantes para cereal. Los resultados arrojaron que «conforme se añadía biocarbón, la planta estaba más dispuesta a absorber los nutrientes que aporta el fertilizante», explica Manuel Olmo, quien añade que de esta manera «se consiguió incrementar la producción entorno a un 25% tanto en condiciones controladas en cámaras de cultivo como en terrenos agrícolas».
Un material costoso
El ‘pero’ de todo esto es que «conseguir el biocarbón resulta costoso, pues hay muy pocas empresas que se dediquen a esta actividad de manera industrial». Por ello, el reto próximo es conseguir «que el biocarbón sea económicamente viable ». Para ello, según indica el investigador, ya se está trabajando en el desarrollo de maquinaria prototipo que consiga hacer el biocarbón in situ». Se trata de unos hornos pirolíticos incrustados en pequeños remolques que permitirían hacer el proceso completo y convertir la biomasa de restos agrícola en un producto muy beneficioso para el suelo. De esta forma, «los agricultores de cereal podrían convertir la paja del trigo en biocarbón al recolectar la cosecha y esparcirla en el terreno de cara a la próxima siembra», apunta el investigador cordobés.
Mientras este desarrollo sigue su curso, el equipo de Botánica, Ecología y Fisiología Vegetal de la Universidad de Córdoba continúa trabajando y la nueva línea abierta entorno al biocarbón es probar cómo actúa añadiéndolo al cultivo de los pastos naturales.