ECONOMÍA

Asunta Enrile, directora de IKEA Italia: «Vamos a potenciar las ventas online, que crecen a doble dígito»

La economista sevillana es responsable de la multinacional sueca en Italia, donde IKEA factura 1.800 millones de euros y tiene 7.500 empleados

La sevillana Asunta Enrile fue nombrada directora de IKEA en Italia en enero de 2019, tras haber asumido puestos directivos en la multinacional en España y Alemania Vanessa Gómez
María Jesús Pereira

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Asunta Enrile (Sevilla, 1972), licenciada en Económicas por la Universidad de Navarra , trabajó ocho años en banca y hace dieciséis años dejó su puesto de directora de una sucursal bancaria, para incorporarse a IKEA cuando estaba a punto de abrir una tienda en la capital andaluza. «Con lo racional que soy yo, fue una decisión tomada emocionalmente. Pensé que la tienda me parecía muy divertida y que algo parecido sería trabajar en la multinacional sueca», confiesa.

Recuerda como si fuera ayer el proceso de selección con el entonces director de la tienda en Sevilla, Juvencio Maeztu -hoy vicepresidente de la compañía- y el responsable de Recursos Humanos. «Dieron por descontados mis conocimientos económicos y centraron la entrevista en dirección en equipos, liderazgo... Descubrí que IKEA recluta más por valores para saber si vas a encajar en la empresa». Desde entonces, Asunta Enrile ha asumido importantes puestos en la compañía, entre ellos responsable de Expansión en España y directora adjunta en IKEA en Alemania. En enero de 2019 fue nombrada directora de IKEA en Italia , donde es responsable de 21 tiendas y 7.500 empleados.

Casi una treintena de españoles son directivos de IKEA, entre ellos Juvencio Maeztu (vicepresidente y director financiero de IKEA), Javier Quiñones (director en Estados Unidos) o Gabriela Díaz-Guardamino (responsable comercial en Japón). ¿Podría decirse que IKEA apuesta por el talento español?

Apuesta por el talento (risas) y, bueno, parece que ha salido una buena hornada. Todos ellos son muy amigos míos.

Tres españolas ocupan puestos en la alta dirección de IKEA: Belén Frau, subdirectora de Operaciones de la multinacional; Carolina García, directora de IKEA en Polonia; y usted, como responsable de la empresa en Italia. Teniendo en cuenta que la alta dirección sigue siendo una asignatura pendiente de las mujeres, ¿siente que han roto un techo de cristal?

Yo llevo trabajando 24 años y en el tema de la igualdad y la conciliación hemos avanzado bastante pero aún nos queda mucho recorrido. Las empresa nórdicas en general están más avanzadas en temas de igualdad y conciliación. Yo me considero una privilegiada porque llevo 16 años trabajando en una empresa como IKEA, en la que la cultura y los valores apuestan por la igualdad y el tanto, de modo que los hombres y las mujeres tienen las mismas oportunidades, da igual el sexo o la edad.

Muchas mujeres que llegan a puestos de alta dirección confiesan que para llegar donde están han tenido que trabajar el doble que sus compañeros o estar el doble de preparadas. ¿Qué opina?

Antes de entrar en IKEA hace 16 años sí he tenido experiencias en las que no era fácil ser mujer y estar en un puesto de dirección. Quizá fue porque yo fui directora de sucursal de banco con 25 años, y para algunos clientes eran la primera vez que veían a una directora de sucursal y encima joven. Si yo pienso en los últimos 16 años que he estado en IKEA, no veo que eso haya pasado. Las oportunidades para las mujeres y los hombres en esta empresa son las mismas. De hecho, yo tengo amigos en IKEA que son ellos los que han pedido la reducción de jornada y que si a las cinco de la tarde se tienen que ir a recoger a un niño al colegio, se levantan de la reunión y se van. Cuando hablamos de la conciliación, hay que pensar que son medidas pensadas par hombres y mujeres porque es un tema de corresponsabilidad. No obstante, todavía hay mucho por andar y es un tema educacional.

Hay mujeres que sienten que tienen que posponer o renunciar a la maternidad para ser directivas o promocionar.

En mi caso, yo no he sentido que tuviera que renunciar a tener hijos para dedicarme al trabajo. No siento que haya tenido que sacrificar nada de mi vida personal, me organizo muy bien. El tiempo es relativo, nos da tiempo a hacer aquello es importante para cada uno de nosotros. Cada uno tiene que establecer sus prioridades personales, no la empresa.

Antes era directora adjunta en Alemania y también lo fue en España. ¿Qué diferencia encuentra a la hora de dirigir IKEA en el mercado alemán, el italiano y el español?

Hay diferencias. Es muy interesante trabajar con distintas culturas y adaptarse para comprender al cliente. Alemania es el principal mercado de IKEA y profesionalmente es muy interesante para nosotros porque allí hacemos muchos desarrollos y trabajar con alemanes es una maravilla porque son muy profesionales. La organización de IKEA en Alemania es muy grande y era difícil conocer a todo el mundo, a diferencia de España, donde conocía a casi todo todos los trabajadores por su nombre y me gustaba saludarlos por su nombre. Llegar a la gente cuando no hablas el idioma es más complicado. El mercado español y el italiano tienen muchas similitudes pero también muchas diferencias. Para conocer bien el mercado italiano he visitado las 21 tiendas, el centro de atención al cliente, el centro logístico y casas de clientes para intentar entender sus necesidades y sueños. Los surtidos cambian pero no sólo entre países, sino dentro de un mismo país porque el cliente de Milán no tiene nada que ver con el de Sicilia, y en España pasa lo mismo: el perfil del cliente de la tienda de San Sebastián de los Reyes no tiene nada que ver con el de Alcorcón.

IKEA lleva a gala que los valores suecos impregnan la compañía. ¿Cómo se conjugan los valores suecos con los valores italianos o españoles?

A nosotros nos seleccionan por valores, como trabajar en equipo, aceptar y delegar responsabilidades... Cuando entré a trabajar en IKEA pensé que eran valores de la empresa, pero cuando visité Suecia me di cuenta de que es algo cultural, no son valores de IKEA, sino de Suecia. IKEA es una empresa exitosa con costes bajos y eso se traslada hasta en la forma en que viajamos y la funcionalidad en todo.

Asunta Enrile trabajó ocho años en banca antes de entrar en 2003 en la multinacional sueca IKEA Vanessa Gómez

Ahora reporta a Mikael Palmquist, subdirector de Operaciones del grupo, y es responsable directa de una red comercial de 21 tiendas y más de 7.5000 empleados ¿Cuál fue el volumen de negocio en 2019 de IKEA en Italia?

En agosto de 2019 cerramos nuestro último ejercicio con una facturación de 1.800 millones de euros, frente a los 1.726 del año pasado.

Se propuso hacer IKEA más accesible y asequible para los italianos .¿Lo ha conseguido en el primer año que dirige la compañía en ese país?

Estamos en el camino. Tenemos tres retos súper claros: ser más asequibles para llegar a más gente y que todo el mundo pueda permitirse comprar en IKEA; accesibles para poder llegar a los clientes a través de la tienda pero también a través de otros formatos en los centros de la ciudad; y ser sostenibles, repartiendo por ejemplo los productos con vehículos eléctricos para emitir menos C02 y tratar de minimizar el impacto medioambiental. Esos cambios se producen porque hoy socializamos y trabajamos de una manera distinta, y queremos estar donde esté la gente. Hay un trabajo importante de digitalización porque estamos trabajando para que el cliente tenga una experiencia omnicanal, de modo que las tiendas físicas tendrán siempre un papel importantísimo porque a la gente le gusta ver, probar o tocar el surtido, pero se potenciará la venta online porque está creciendo a doble dígito. Hablar sólo de un canal u otro es erróneo porque cada vez más los clientes van primero a las tiendas y después piden lo que quieren desde casa. ¿Se considera que esos clientes han comprado online o en la tienda? Por eso nosotros siempre hablamos de ventas totales.

IKEA parece que no sólo apuesta por su expansión geográfica, sino también por un cambio en el modelo multiformato, combinando tiendas tradicionales con otros más formatos más pequeños y urbanos, con presencia en centros comerciales, como Torre Sevilla o Lagoh.

Estamos introduciendo nuevos formatos de tiendas para llegar a todo el mundo porque hoy las personas cada vez tienen menos tiempo y hay mucha gente en las ciudades grandes que no tiene coche para ir a nuestras tiendas a las afueras de las ciudades. Hay tiendas ahora de IKEA en las que no te llevas ningún producto pero te ayudan a planificar una cocina, un armario o un baño. Estamos invirtiendo en servicios, transporte, montaje... En Roma y Milán estamos muy centrados en abrir nuevos formatos de tiendas.

Usted ha sido directora de Expansión en España durante varios años. ¿Cree que Sevilla sigue necesitando una segunda gran tienda, como la de Castilleja de la Cuesta, o con los nuevos formatos es suficiente?

En su día tenía mucho sentido que Sevilla hubiera tenido una segunda tienda y me hubiera encantado verla abierta pero no pudo ser. Hace más de tres años que no estoy en España y no sé cuál es la estrategia actual en la capital andaluza. Como directora de Expansión de la multinacional sueca, en su día yo abrí tres tiendas en España de IKEA en Alcorcón, Valencia, Sabadell. Abrir una tienda requiere mucho tiempo. Desde que se inicia el proceso se tarda un mínimo de cinco años, aunque también es algo que depende mucho del tipo de suelo donde se prevea abrir la tienda.

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