Economía

Andalucía escala cuatro puestos en competitividad fiscal regional

Pese a este avance, se mantiene en penúltima posición en el índice de dinamismo estructural

La innovación es uno de los indicadores en los que avanza la región ABC

E. Freire

La competitividad de las comunidades autónomas disminuyó en promedio un 2,3% en 2020, en sintonía con las fuertes caídas del Producto Interior Bruto (PIB) de las regiones debido al impacto de la pandemia del Covid-19. Así se desprende del último 'Informe de la Competitividad Regional en España 2021', publicado por el Consejo General de Economistas de España, en el que se precisa, no obstante, que esta caída de los indicadores socioeconómicos no es tan significativa como la que se produjo en la crisis financiera del periodo 2008-2012.

Durante el año en que se declaró la pandemia, Andalucía se mantuvo «sin cambios significativos» en el grupo de regiones de competitividad baja, según el índice general (Icreg) que elaboran los economistas a partir de 53 variables o indicadores relacionados con el entorno económico, el capital humano, el mercado de trabajo, el entorno institucional, infraestructuras básicas, eficiencia empresarial y la innovación.

No obstante, hay un apartado, el de la competitividad fiscal , en el que la comunidad ha escalado cuatro posiciones en el último año gracias a las reducciones impositivas impulsadas por el Ejecutivo andaluz de PP y Ciudadanos. Solo Castilla-León, que avanza siete puntos en esta variable, aventaja a Andalucía en un contexto en el que casi todas las regiones pierden dinamismo fiscal.

Sin embargo, la competitividad estructural de Andalucía , medida por una combinación de todos los ejes antes citados, sigue en la franja baja del mapa regional y solo Extremadura está en un escalón inferior. Junto a Canarias, Baleares, Castilla-La Mancha y Región de Murcia, a las que se ha unido este año la Comunidad Valenciana, presentan los indicadores de crecimiento económico y bienestar social más desfavorables.

El entorno institucional y la innovación son los únicos ejes que mejoran su comportamiento en Andalucía, escalan a una clasificación media-baja y presentan una tendencia alcista en la tabla. Los mejores resultados se observan en las tasas de ahorro y temporalidad, el aumento de técnicos y profesionales científicos e intelectuales, el gasto en I+D. o el comercio electrónico.

La tasa de paro juvenil, la variación real del PIB (los 'ninis' y formación por ocupados, el dinamismo y las mujeres empleadoras y la producción de patentes se apuntan los peores registros .

En 2020, y en un contexto de crisis asimétrica, los primeros lugares del ranking vuelven a estar ocupados por Madrid, la Comunidad Foral de Navarra y País Vasco. Según el estudio, estas tres regiones manteniendo el mismo orden y conforman el grupo de competitividad relativa alta.

En el segundo nivel, competitividad media-alta, se incluyen Cataluña y La Rioja, mientras Aragón, Castilla y León, Cantabria, Galicia y Principado de Asturias constituyen el grupo de comunidades con nivel competitivo relativo medio-bajo.

Solo Galicia y Comunidad Valenciana pierden una posición , mientras Cantabria y Principado de Asturias suben en la escala. Canarias y Baleares son las dos comunidades en las que el descenso de competitividad es más acusado. En el extremo opuesto, este índice crece en Castilla-La Mancha, Principado de Asturias, Castilla y León y Extremadura.

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