AGRICULTURA
La alcachofa gana terreno en la Vega del Guadalquivir
Es una de las hortícolas de invierno más rentables, ya que su precio en el mercado puede alcanzar el 1,5 euros/kilo
La alcachofa continúa siendo un cultivo residual en la vega alta del Guadalquivir frente a la hegemonía de la citricultura. Sin embargo, debido a la competencia con países del norte de África y a la crisis de precios que acarrea el sector de los cítricos, los agricultores están volviendo la vista a cultivos alternativos, entre los que la alcachofa se ha colado como la reina de los cultivos hortícolas de invierno por su rentabilidad.
De hecho, en municipios sevillanos como Cantillana, Los Rosales o Marinaleda, el cultivo de la alcachofa está ganando protagonismo. Tras este aumento productivo están empresas como Agrícolas El Lino, tradicionalmente especializada en el cultivo de la naranja pero que este año ha sembrado 25 hectáreas de esta hortaliza en una explotación situada en Los Rosales, donde producen 16.000 kilos de alcachofas por hectárea.
«Buscábamos un cultivo diferente a los tradicionales de la zona, pero que se adaptara perfectamente a las condiciones agroclimáticas de la provincia, así que nos decantamos por la alcachofa apostando fuerte por esta hortaliza, pues ninguna otra empresa se inicia en un cultivo con tanta superficie», declara José Ignacio Rodríguez, ingeniero técnico agrícola de la empresa. «Las condiciones del Valle del Guadalquivir son excepcionales para el cultivo de la alcachofa, básicamente porque le aportan precocidad, condición importante en términos económicos ya que nos permite llegar antes al mercado», señala el técnico.
Esta hortaliza se siembra en julio y se desarrolla en todo tipo de suelos. Es una planta bianual que necesita la humedad pero que no tolera el encharcamiento. Además, «es una planta dura, resistente y muy agradecida ante los tratamientos fitosanitarios por lo que, aunque depende del año, entre cuatro y seis aplicaciones serían más que suficientes para controlar las posibles plagas como pulgones, heliotis, caracol y topos», explica el experto.
La recolección de la alcachofa se realiza a mano, entre los meses de octubre a mayo. El cultivo permite entre dos y tres cortes a la semana, por lo que este sector genera mucho empleo, ante la necesidad de mano de obra.
No obstante, la rentabilidad de la hortaliza es su mejor carta de presentación, ya que «a comienzos de campaña, la cotización puede llegar a 1,5 euros/kilo, aunque este valor irá bajando conforme avanza la cosecha», indica José Ignacio Rodríguez. No obstante, «con una media de 0,80 euros/kilo ya estamos hablando de un buen precio», apunta el ingeniero técnico agrícola.
El destino de esta alcachofa cultivada en el campo sevillano es el mercado nacional, aunque Agrícolas El Lino va a exportar parte de su producción a partir del año que viene, principalmente a países europeos, debido a la demanda de esta hortaliza por sus propiedades nutritivas y efectos sobre la salud, ya que su consumo regula las funciones hepáticas, es muy diurética y posee efectos antirreumáticos, entre otros.