La agricultura de Andalucía, salvavidas de todas las crisis, necesita inversión

Los grandes proyectos de regadío han estado relegados, a pesar de la enorme rentabilidad social que tienen estas infraestructuras

Superficie de regadío ABC

Inma Lopera

El sector agroalimentario es clave en la economía y en la vertebración de Andalucía, pues genera más de 180.000 empleos directos. El regadío andaluz aporta el 60% de la producción agraria nacional, ocupando tan solo un 25% de la superficie agraria útil. Es el mayor responsable de la generación de renta y empleo en el sector primario movilizando, además, servicios muy especializados, creando riqueza y asentando a la población en el entorno rural.

Las 1,1 millones de hectáreas de riego «suponen una garantía para atender las necesidades de los mercados andaluces, nacionales y europeos», aportando un saldo neto en la balanza comercial con terceros países, lo que convierte al campo andaluz y a su industria «en un potente motor para la recuperación económica», señala el secretario general de la asociación de Comunidades de Regantes de Andalucía (Feragua), Pedro Parias.

Las consecuencias de la crisis sanitaria, motivada a raíz del Covid-19, será una economía al ralentí. No obstante «el peso agrario de Andalucía la sitúa en una posición ventajosa para salir de la recesión, teniendo en cuenta, además, que el azote en el sector primario ha sido de menor magnitud que en otros sectores», apunta Parias. Pero para que el regadío actúe como elemento motor de la economía «la garantía del agua es esencial» . Por ello, Feragua hace hincapié en la necesidad de promover inversiones en obras hidráulicas, que han sido «maltratadas por los presupuestos públicos en los últimos años».

Así, en cuanto a las obras de modernización de regadíos, destaca el olvidado proyecto del sector arrocero de Sevilla y la zona regable del Rumblar, en Jaén. Como obras de transporte que mejoren la disponibilidad del suministro de agua está pendiente el proyecto de Duplicación del Túnel de San Silvestre y las obras del Trasvase del Condado en Huelva y respecto a las obras de regulación que mejoren la garantía de agua, Feragua apunta a la Presa de Gibralmedina, en Cádiz.

Las obras hidráulicas han sido las grandes olvidadas en los últimos presupuestos

El regadío andaluz genera 180.000 empleos directos y vertebra el territorio

Estos grandes proyectos suman una inversión de 500 millones de euros , equivalente a lo que cuestan 37 kilómetros de AVE. «Resolverían los problemas de las respectivas cuencas y una parte muy relevante estaría sufragada por los propios agricultores, como ocurre con el proyecto de modernización del arroz, donde el sector privado pondría más del 50%de una obra global de 200 millones», inciden en Feragua.

No obstante, hay otras vías para la inversión: «La regeneración y la desalación tienen un gran potencial de ser usados de forma complementaria a otras fuentes hídricas en toda Andalucía, y fundamentalmente en el litoral mediterránea andaluz», destaca Parias, que insiste en que «ahora que se está gestando la nueva planificación hidrológica para el ciclo 2022-2027 es hora de apostar por la inversión pública en obras hidráulicas con destino al regadío, contando con el apoyo de la inversión privada de los regantes y de entidades financieras».

Aguas regeneradas

El uso de aguas regeneradas en la agricultura no es nuevo, según señala el catedrático de Ingeniería Hidráulica de la Universidad de Córdoba (UCO), Emilio Camacho . Así, explica que, en el año 2006, el CEDEX en un informe sobre el uso de aguas regeneradas para riego inventarió 4,5 hectómetros cúbicos (hm3) en la cuenca del Guadalquivir y 19,8 hm3 en las cuencas atlánticas y mediterráneas. Aun así, «no hay un inventario exacto a día de hoy de superficie de riego con este tipo de agua, aunque en Jaén se estima que hay más de 11.000 hectáreas con riego de aguas regeneradas», aclara Camacho.

El Plan Nacional de Reutilización de Aguas de 2010 estimaba para este año 2020 un total de 1.130 hm3 de uso de aguas regeneradas para España, aunque «lo cierto es que no se ha cubierto ni la mitad de esta estimación». Por ello, el experto insiste en que « en Andalucía el uso de este tipo de recurso tiene aún capacidad de aumento , pudiendo alcanzar a corto plazo 250 hm».

Para Feragua, la regeneración de aguas con destino al regadío es «solo una parte de la solución a los problemas de la falta de agua» y estima que «en Andalucía se están reaprovechando en el entorno de los 40 hm3». La asociación está dando pasos en este sentido y lidera un Grupo Operativo que desarrolla el Proyecto Reutivar , cuyo objetivo es desarrollar un modelo de gestión sostenible de aguas regeneradas para el riego del olivar. El proyecto estará finalizado en el mes de julio y Feragua espera que sus resultados «sirvan como referencia para las comunidades de regantes que están tramitando la concesión de unas 15.000 hectáreas con aguas regeneradas en la cuenca del Guadalquivir , con un volumen inicial de 20 hm3 en este ciclo hidrológico».

Energías renovables

La modernización del regadío conlleva un ahorro hídrico importante , por el aumento de la eficiencia de los sistemas de riego pero, por el contrario, supone un incremento del consumo energético, lo que ha supuesto que la factura eléctrica se haya duplicado en los últimos 10 años. Aproximadamente una hectárea de regadío consume 1.000 kWh de energía y requiere cerca de 1 kW de potencia, siendo los costes asociados a la energía más del 30% de los costes de riego. «Por ello, las energías renovables son un apoyo para reducir la dependencia energética y, por tanto, los costes asociados a ella », señala el catedrático de Hidrología de la UCO, Emilio Camacho. En la actualidad, los costes de inversión de la energía fotovoltaica «son muy competitivos», y en algunos casos, «pueden ser inferiores a 1 €/W incluida toda la instalación», ya que desde el 2013 se consiguió en España el «grid parity», es decir «que los costes de esta energía están por debajo de la energía convencional».

Tanto en pequeños regadíos como en grandes zonas regables «es susceptible reducir el coste energético y consumir energías limpias en beneficio de toda la sociedad»

Esto ha permitido que Andalucía cuente con el mayor parque solar enganchado a bombeos de regadíos, como es el ejecutado por la Comunidad de Regantes del Valle Inferior del Guadalquivir, de 6 MW; o el que está ejecutando la Comunidad de Regantes Bembézar Margen Derecha, de 5,2 MW, ambos en Sevilla. Ejemplos que van a ayudar a extender a toda Andalucía estas tecnologías limpias. «Actualmente hay una auténtica revolución en el regadío andaluz con proyectos de generación de energía renovables, que algunos se hacen con recursos propios, y otros cuentan con ayuda pública de la Junta de Andalucía o del Ministerio de Agricultura, a través de SEIASA, para reducir la dependencia energética de las energías fósiles», apunta el secretario general de Feragua, Pedro Parias.

Y es que tanto en pequeños regadíos como en grandes zonas regables «es susceptible reducir el coste energético y consumir energías limpias en beneficio de toda la sociedad». No obstante, pese a este avance, « el riego fotovoltaico apenas supone el 5% del total , aunque es fácil pensar que se pueda llegar al 40% en un periodo de diez años». Esto tendría un reflejo en términos económicos y ambientales, pues «si actualmente el regadío andaluz puede demandar una potencia de unos 800 MW, podemos llegar al entorno de 300 MW con renovables, lo que supondría más de 170 millones de kilos de C02 que se dejarían de emitir y una inversión del entorno de 250 millones de euros, que ayudaría a dinamizar la economía y el empleo verde en estos años de crisis».

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación