ENTREVISTA
Antonio Moreno: «Hay administradores concursales que no logran cobrar nada»
Este economista cree que hay un desconocimiento social sobre la labor que realmente ejercen estos profesionales
![Antonio Moreno](https://s2.abcstatics.com/media/economia/2017/05/30/s/antonio-moreno-administradores-cocursales-U10492691482Ty--1240x698@abc-Home.jpg)
Un centenar de abogados y economistas andaluces ha consolidado la Asociación Profesional de Administradores Concursales Sainz de Andino, entre cuyos objetivos está el de «defender a unos profesionales que hacen una labor fundamental y no siempre está bien valorada», apunta su presidente, Antonio Moreno. Dado que los concursos implican tanto a licenciados en Derecho como en Economía, así como a titulados mercantiles y auditores de cuentas, «hay que defender los intereses de la profesión complementando la defensa de los Colegios». Y esto tiene su reflejo en el ámbito de la formación , ya que «la normativa concursal es de una gran complejidad y requiere una permanente actualización».
–¿Por qué hay una visión negativa de los administradores concursales?
—Hay un gran desconocimiento sobre la labor que realmente ejercen. Los casos conflictivos tienen una enorme repercusión social, pero no se habla de lo que ocurre en una mayoría de los concursos, donde los honorarios son desproporcionados, pero no por arriba, sino por abajo, y en otros muchos no se cobra nada, aunque el trabajo se hace igual y el riesgo de responsabilidad, que es bastante alto, es el mismo. Si estableciéramos una ratio de honorarios por hora de trabajo, daría un resultado que haría sorprender a mucha gente mal informada. El administrador concursal es una profesión de alto riesgo y con unos honorarios que no están a la altura de la responsabilidad que se asume.
–El porcentaje de las empresas que superan el concurso es mínimo. ¿A qué cree que se debe?
—Los empresarios generalmente han acudido al concurso de acreedores cuando la crisis de la compañía era irreversible, con lo cual ni siquiera aplicando los mecanismos que permite la Ley se podía reflotar el negocio. Ha pasado la crisis, hemos visto miles de casos, y todavía hoy no se ha asumido la relevancia que tiene tomar medidas de reestructuración a tiempo. En el fondo, esto se debe a que a pesar de la experiencia que se ha vivido en España en los años de recesión no hemos sido capaces de cambiar de mentalidad, ya que en otros países como EE.UU. esto no ocurre. Sin embargo, en Sevilla ha habido unos jueces cuyo compromiso con la supervivencia de las empresas, en los casos en los que había mimbres para ello, ha sido innegable. Es más, siempre que se ha hecho una interpretación de la ley el criterio ha sido el más favorable posible para la salvación de la empresa y el mantenimiento de la actividad; casos como el de Abengoa y Alestis son los más conocidos, pero no los únicos.
–¿Ha remitido el trabajo de los administradores concursales por el descenso de empresas en crisis?
—En muchos casos los concursos son procesos muy largos; ahora se está gestionando la liquidación de sociedades que entraron en concurso hace ya años, pero han sido procesos tan complejos que se están resolviendo en el momento presente. La situación se está normalizando, aunque los concursos forman parte del ciclo natural de la economía, ya que siempre hay empresas que atraviesan procesos de reestructuración. En todos estos años la ley ha sufrido numerosos cambios en función de cómo evolucionaban los concursos, de ahí que la labor de formación de nuestra asociación sea importantísima.
–¿Los procesos concursales son suficientemente transparentes?
—La Ley obliga a que todo lo que hace el administrador concursal lo refrende el Juez y sea comunicado a todas las partes. A partir de ahí, en procesos de venta de activos, por ejemplo, hay que propiciar la máxima transparencia y publicidad para obtener las mejores ofertas. Uno de nuestros objetivos es generar un ambiente de colaboración entre los asociados, ya que compartiendo experiencias se pueden mejorar las actuaciones. Los procedimientos tienen que funcionar con la flexibilidad que la propia ley permite si no queremos que se eternicen los concursos y se agraven aún más sus problemas. Esto requiere velar también por las buenas prácticas y crear un clima de confianza en torno a los procesos, que es otra de las metas de nuestra asociación. Por eso organizamos cada año una convención en Carmona donde conseguimos reunir a más de una veintena de magistrados-jueces especialistas en esta materia y a cerca de centenar y medio de administradores concursales. En dicha convención, por ejemplo, se intercambian experiencias y conocimientos positivos para el ejercicio de la profesión.