Abengoa renegocia su deuda con la banca tras la marcha de Gestamp

«La situación es más delicada que antes pero ni mucho menos estamos muertos», indican fuentes internas de la empresa consultadas por ABC

Imagen del campus Palmas Altas, sede de Abengoa JUAN FLORES

LUIS MONTOTO

La situación de Abengoa ha dado un vuelco y en este momento la compañía presidida por José Domínguez Abascal está renegociando su deuda (el pasivo neto ronda los 6.300 millones de euros) con sus principales acreedores financieros, con los que mantuvo ayer una reunión a última hora de la tarde para fijar la nueva hoja de ruta. Las conversaciones entre Corporación Gestamp y los principales acreedores financieros de Abengoa -entre ellos Santander, HSBC y Crédit Agricole- se rompieron ayer definitivamente a las 19.00 horas, momento en el que la compañía controlada por la familia Riberas Mera comunicó a Abengoa que renunciaba a participar en la ampliación de capital. Hay que recordar que cuando el pasado 8 de noviembre la multinacional sevillana anunció a la CNMV que Gestamp inyectaría 350 millones de euros para convertirse en accionista de referencia, ya se especificó claramente que el acuerdo estaba sujeto a dos condiciones fundamentales. La primera de ellas era «el mantenimiento del aseguramiento de la ampliación de capital por parte de las entidades financieras». En paralelo, estas entidades también tendrían que comprometerse a suscribir «un importante paquete de apoyo financiero a favor de la sociedad». Y es precisamente en esta inyección extra (de entre 1.000 y 1.500 millones de euros) donde las conversaciones entre Corporación Gestamp y el pool de entidades han encallado. Gestamp habría recibido una oferta de financiación de la banca nacional que ha considerado insuficiente (debido a que las entidades foráneas han declinado entrar en la operación), lo que le ha llevado a retirase definitivamente.

A los pocos minutos de anunciarse esta súbita marcha atrás la multinacional sevillana mantuvo una primera reunión con la banca acreedora para definir cuál es ahora el nuevo panorama. Y en este momento, Abengoa ya ha comenzado a trabajar sobre un nuevo escenario que implica una profunda reestructuración de su deuda con Santander, HSBC y Crédit Agricole. «La situación es más delicada que antes, pero ni mucho menos nos han matado», según indicaron a ABC fuentes internas de la compañía. Esta reestructuración se prolongará durante los próximos meses.

La nueva opción

En un principio, Abengoa había pactado en octubre con Santander, HSBC y Crédit Agricole una ampliación de capital de 650 millones de euros cuya contrapartida era un agresivo programa de desinversiones para obtener, hasta finales de 2016, unos 1.200 millones de euros. Para ello tendría que vender su participación en Abengoa Yield, la sociedad que agrupa sus activos terminados y en operación comercial (como nueve parques termosolares además de grandes líneas de transmisión eléctricas en Latinoamérica y dos desaladoras en África). También estarían en venta sus activos en el área de bioenergía (como sus plantas de biofuel).

La llegada de Corporación Gestamp al capital de Abengoa -que iba a inyectar 350 millones de euros para controlar un 28% de la compañía- estaba diseñada, precisamente, para suavizar este estricto plan. La clave de este movimiento era el músculo de Gestamp (con una facturación superior a 7.000 millones y un balance muy saneado) para lograr nueva financiación y postergar, al menos durante un año, el programa de desinversiones.

Tanto la ampliación de capital como el desembarco de Gestamp en Abengoa estaban previstas para el mes de diciembre, después de que la compañía haya presentado sus resultados hasta el tercer trimestre (en los cuales arrojó unas pérdidas de 194 millones de euros entre enero y septiembre de este año).

El nuevo escenario de Abengoa está marcado por el hecho de que en estos cuatro meses de negociaciones sus cuentas se han deteriorado. Deloitte ya advirtió la pasada semana que «los resultados negativos de las operaciones al 30 de septiembre, la evolución negativa de la cotización, los problemas para acceder tanto a los mercados de deuda como a las renovaciones de algunas líneas de circulante son indicadores de la existencia de incertidumbres».

Por esto, la retirada de Gestamp obligan tanto a Abengoa como a sus principales acreedores a establecer una vía distinta a las anteriores, que obligará a un proceso más largo de negociación de la deuda y de reestructuración de una compañía que tiene una cartera de proyectos adjudicados en ingeniería y construcción de 8.800 millones de euros.

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