Abengoa propone una fórmula para seguir negociando el acuerdo en abril

Logrará un pacto con la banca el 28 de marzo y pedirá al juez de lo mercantil que alargue un mes el plazo para cerrar un acuerdo con el resto de proveedores

Imagen de un parque termosolar de Abengoa REUTERS

LUIS MONTOTO

Abengoa presentó ayer en un encuentro con sus acreedores la fórmula que ha ideado para evitar definitivamente el concurso de acreedores y salir a flote con una solución extrajudicial que se alcanzaría a finales del mes de abril. Se trata de un plan que tendrá dos etapas: primero espera obtener un acuerdo de viabilidad exclusivamente con los acreedores financieros que le permita amortiguar su actual situación de insolvencia antes del 28 de marzo. A partir de ahí, a lo largo del mes de abril tratará de alcanzar un acuerdo global con el resto de los acreedores. El éxito de este esquema dependerá tanto de la colaboración de los acreedores como del juez de lo mercantil (que será quien tenga que pronunciarse sobre la propuesta de Abengoa).

Refinanciación

En primer lugar, a lo largo de la próxima semana la multinacional sevillana espera cerrar el plan de refinanciación con bancos y bonistas. Estos acreedores cambiarán el 70% de la deuda (que asciende a 9.500 millones) a cambio de acciones y, en paralelo, aportarán 1.500 millones de euros de créditos nuevos. El resultado de esta doble operación (capitalización de deuda más nuevos créditos) será que la firma reduzca su actual pasivo financiero a prácticamente la mitad (4.900 millones). ¿Cuál es la clave para alcanzar este primer pacto? La ley permite que si el 60% de los acreedores financieros se adhieren a un acuerdo que no contemple quitas, se obligará al 40% restante a suscribirlo (Abengoa reducirá su deuda pero legalmente no propone una quita, sino una capitalización). Con ello, no llegaría al 28 de marzo con las manos vacías, sino que podría presentar este plan de viabilidad.

La empresa dirigida por Antonio Fornieles ya tiene, de hecho, un preacuerdo con el denominado G-6 (Popular, Banco Santander, Bankia, CaixaBank, Crédit Agricole y HSBC) y con un grupo de bonistas (como Attestor, Blackrock o Centerbridge). Juntos suman el 40% del pasivo financiero. Como adelantó ayer ABC, la firma podría tener en su órbita a instituciones como el ICO y el Banco Europeo de Inversiones, y a entidades como Bank of America Merrill Lynch, con lo cual superaría holgadamente este umbral del 60%. El acuerdo blindaría, además, la nueva liquidez que entidades y bonistas están concediendo a la empresa -que está utilizando como garantía las acciones de Abengoa en la filial Atlántica Yield- si finalmente hubiera un concurso de acreedores.

Proveedores

Al margen de la deuda con la banca y los bonistas, Abengoa también acumula pagos pendientes a sus proveedores por valor de 4.379 millones (de los que 604 millones ya estaban vencidos al cierre de 2015). Para evitar el concurso de acreedores un pacto con el 60% de la banca no es suficiente. Cualquier solución que requiera quitas de deuda y esperas de más de cinco años necesita la adhesión de una doble mayoría: el 75% del pasivo financiero y el 75% del total de los acreedores (y ahí es donde se incluye a los proveedores). El objetivo de Abengoa es que, dado que tendrá un acuerdo de viabilidad el 28 de marzo, el juzgado de lo mercantil número dos de Sevilla (cuyo titular es Pedro Márquez) le permita trabajar a lo largo del mes de abril en este acuerdo global con los proveedores, que blindaría definitivamente a la compañía y le permitiría comenzar a trabajar en su nuevo plan de negocio. Es una fórmula poco ortodoxa, aunque hay que tener en cuenta que se trata de la mayor insolvencia de la historia económica de España. En este momento la empresa ya está negociando contra reloj con sus principales proveedores.

Cifras hasta 2020

¿Qué perspectivas de negocio ha presentado la empresa? Prevé cerrar el presente ejercicio con un ebitda negativo de 244 millones de euros. En 2017 ya volverá al terreno positivo con un beneficio bruto de 20 millones. A partir de ese momento, la empresa continuará incrementando su negocio hasta sumar un ebitda positivo por valor de 181 millones de euros en 2018 y 236 millones un año después. Además, Abengoa espera superar unos ingresos de 4.200 millones de euros y un ebitda de 274 millones de euros en el año 2020. La compañía estima que en ese momento su valor bursátil estimado podría alcanzar los 5.395 millones de euros. De esta valoración, 2.581 millones se deberá al desarrollo de su cartera actual de proyectos; 1.917 millones será por la valoración de los nuevos proyectos que se adjudique la empresa en estos años y 473 millones por la venta de activos no estratégicos.

Objetivos

Para cumplir con estas cifras (que permitirían satisfacer una parte sustancial de la deuda), el plan presentado ayer vuelve a insistir en que la actividad del grupo se centrará en ingeniería y construcción (buscará hacer proyectos llave en mano), con un análisis exhaustivo de la rentabilidad de los proyectos y menos empleo de capital. Suspenderá su actividad en algunas zonas geográficas, así como algunos pequeños proyectos, ya sea a través de ventas directas o a través de acuerdos con los agentes locales. El plan de negocio remarca que habrá una reducción de gastos generales (de hecho hay en torno a 250 millones destinados a reestructurar la empresa) y habrá una profunda remodelación del esquema directivo. Los nuevos accionistas nombrarán rápidamente a un nuevo presidente y a un consejero delegado.

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