Confederación de Empresarios de Andalucía

Los 40 años de la CEA: del esplendor a la crisis y la regeneración

La Confederación de Empresarios de Andalucía fue fundadada el 11 de enero de 1979 en Antequera, cuatro décadas de luces y sombras y un presente de moderación

Los Reyes Don Juan Carlos y Doña Sofía, con Rafael Álvarez Colunga, en el XX aniversario de la CEA CEA

E. Freire

Los presidentes de las ocho organizaciones territoriales de la Confederación de Empresarios de Andalucía renovarán hoy con sus rúbricas el acta fundacional que firmaron sus antecesores el 11 de enero de 1979, durante un acto convocado en Antequera.

Del nacimiento de la CEA en la localidad malagueña ni siquiera hay documento gráfico, ni rastro de la noticia en la hemeroteca de ABC. Uno de los protagonistas del momento, el único que ha perdurado en la directiva de la Confederación durante las cuatro décadas, Antonio Carrillo, recuerda «la ilusión» de aquellos primeros años en los que «cabíamos en un taxi» , bromea. «La CEA se llevaba en una carpeta bajo el brazo. No tenía sede fija y nos reuníamos de forma itinerante en las asociaciones provinciales», relata. Fue el primer secretario general de la organización bajo la presidencia del empresario malagueño Manuel Martín Almendros, y no ha dejado la primera línea hasta 2018.

Primera asamblea de la CEA celebrada en Torremolinos en 1979 CEA

La primera década de la CEA estuvo marcada por el «entusiasmo y el orgullo» de los pioneros, según coinciden diversas fuentes consultadas. Como hito destacado, una reunión de la directiva con el presidente Adolfo Suárez en la Moncloa en el año 1980, que se prolongó durante cinco horas y dio carta de naturaleza a la patronal andaluza. Suárez designó a su vicepresidente Fernando Abril Martorel como coordinador para Andalucía tras este encuentro.

Los primeros pasos hacia la unidad empresarial se lograron al incorporar a las sectoriales, empezando por dos de las más potentes en Andalucía: la de los constructores (Fadeco) y la de los agricultores (la antigua Fasaga, antecesora de Asaja).

En aquellos años de preautonomía ya se exploraron los primeros acuerdos con los sindicatos, todavía bilaterales, sin la intervención de la Junta de Andalucía, precursores de la concertación tripartita que se prolongó hasta el año 2009, cuando se firmó el séptimo y último pacto a tres bandas. Con el objetivo de consensuar la estrategia económica regional y mantener la paz social en Andalucía, estos acuerdos acabaron envueltos en la polémica política, al considerarse que eran una vía de financiación para empresarios y sindicatos que se desmovilizaban y supeditaban al poder ejecutivo; y cuestionados por la opinión pública por la mala gestión de los fondos que llegaban a patronal y sindicatos para impartir cursos de formación.

Un episodio desdichado , según reconocen de forma retrospectiva los propios empresarios, marcó también la etapa inicial de la CEA. La agresiva campaña contra el PSOE que desplegó la patronal en anuncios y actos públicos en las primeras elecciones autonómicas de 1982, dejó la imagen de una manzana podrida, una manzana socialista de la que salía un gusano comunista, que fue muy contestada.

El hotelero sevillano Manuel Otero Luna sucedió a Martín Almendros en la presidencia de la CEA en 1984 y encadenó tres mandatos, hasta el año 1996. Recién llegado, el asesinato del empresario sevillano Rafael Padura a manos de los Grapo el 5 de septiembre de 1984 fue un hecho doloroso que queda en la memoria de aquella primera década de la patronal, en la que la organización consiguió logros importantes. Entre ellos, justo un año después del ingreso de España en el Mercado Común, la CEA consiguió la concesión de la primera Euroventanilla que la Comisión Económica Europea asignó a España.

Reunión de la comisión gestora de la CEA en Huelva en marzo de 1979 CEA

Expo 92 y sede

La consolidación de la Confederación, con su implantación en toda Andalucía, llegó a finales de los 80, como reflejan las primeras grandes misiones internacionales, que no se han vuelto a repetir desde hace muchos años. Entre ellas, la visita de los representantes empresariales a la Exposición universal de Brisbane en Australia en 1988 —cuando ya se empezaba a hablar de la Expo 92 de Sevilla— o a Bruselas (1989) para conocer las instituciones europeas.

Estos lazos con la CE ayudaron a conseguir la financiación de los fondos Feder europeos para construir la sede corporativa de la organización en la Isla de la Cartuja. El edificio fue pabellón de África en la Exposición Universal antes de que la CEA lo ocupase, a partir de octubre de 1992. Antes, la patronal tuvo su domicilio durante una década en el edificio Sevilla 2.

El álbum de fotos de los 90 refleja el esplendor de la CEA. En 1990 el Gobierno presidido por Manuel Chaves le otorga la Medalla de Andalucía; en 1993 se firmó el primer acuerdo de concertación; y en 1996 el empresario Rafael Álvarez Colunga fue elegido presidente, cargo que revalidó hasta 2002 tras ser reelegido. El broche de oro lo pusieron los Reyes Don Juan Carlos y Doña Sofía, que visitaron la sede de la CEA en la Cartuja para conmemorar su XX aniversario.

Durante la tercera década, de 2000 a 2009, la maquinaria de la organización seguía avanzando, impulsada por los sucesivos acuerdos de concertación, con iniciativas como la Red Andaluza de Servicios Avanzados al las Empresas (CSEA), que desplegó una red de 90 centros en toda Andalucía.

Bil Clinton en 2009 con Santiago Herrero y Miguel Salas Tornero J. M. Serrano

El periodo estuvo marcado por los fallecimientos de Otero Luna y Álvarez Colunga y los mandatos de Santiago Herrero, que ocupó la presidencia entre 2002 y 2014. En esta fase, la CEA fue de las «vacas gordas» a los años duros de la crisis económica. La recesión pasó factura a la organización empresarial , que tocó fondo a partir de 2012, hasta el punto de llegar a la quiebra económica y al despido del 70% de su plantilla. Del centenar de trabajadores que llegó a tener ha pasado a solo 34 actualmente.

La crítica situación económica se vio agravada por la intervención de la Fiscalía de Delitos Económicos, por el desfase de más de 12 millones detectado en un crédito concedido a una fundación de la CEA para hacer 583 VPO en Sevilla .La Fiscalía terminó archivando en 2014 la denuncia de Sareb.

Este declive obligó a una catarsis que ha pilotado Javier González de Lara desde el año 2014. En este nuevo tiempo la patronal andaluza ha redefinido su papel en la sociedad adoptando un código ético para la regeneración , y ha enderezado sus cuentas con una gestión racional de los recursos económicos.

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