ENERGÍA
El salto en Andalucía a un sistema energético 100% verde
El auge fotovoltaico alcanza un ritmo superior al que preveía la planificación, aunque aún se debe avanzar en aspectos como el almacenamiento para lograr la descarbonización total del mix eléctrico
El hidrógeno verde marca el paso de la economía andaluza
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La velocidad de la transición energética se acelera. El Gobierno de España materializó en el PNIEC (Plan Integrado de Energía y Clima) el desafío de reducir al final de esta década un 55% las emisiones –tomando como referencia el volumen del año 1990– y ... lograr que el 75% de la generación eléctrica sea renovable. La Junta de Andalucía considera que se puede adelantar este objetivo a 2026, dando así un paso de gigante para la descarbonización total del sistema.
Hay factores para el optimismo, como el ritmo que ha adquirido la instalación de parques fotovoltaicos. También se están viviendo los años de eclosión del autoconsumo solar tanto industrial como residencial. Sin embargo, otros ámbitos como el almacenamiento en baterías avanzan todavía despacio (debido en parte a la falta de regulación).
La 'exuberancia' solar –se instalan actualmente 1.000 nuevos MW fotovoltaicos cada año y el objetivo s triplicar esta cifra– ya está generando un enorme interés en el desarrollo de grandes proyectos asociados a la explotación de toda esta nueva capacidad eléctrica, como es el caso del hidrógeno verde (un gas producido a partir de los excedentes que generan las renovables). De hecho, algunas iniciativas ya han recibido ayudas públicas para iniciar su construcción.
Con desequilibrios y problemas que resolver, el cambio de modelo energético es una realidad que está en marcha, y varias son las claves que definen esta etapa.
1. Exuberancia solar
Actualmente, ya hay 10.200 megavatios de luz 'verde' frente a 8.253 de tecnologías tradicionales que funcionan con combustibles fósiles (el 56% del total procede así de energía limpias). El ritmo de expansión de esta nueva potencia verde no se detendrá. La Junta –cumpliendo los plazos que establecía el Ministerio para la Transición Energética– ha dado luz verde medioambiental a más de 12.000 MW (sobre una cartera de proyectos que ascendía a 16.200 MW).
Esta nueva potencia garantiza un sistema eléctrico que se basa en la producción masiva en renovables. No es utópico que casi el 100% del consumo eléctrico en el futuro se origine con fuentes limpias. El siguiente paso es lo que se denomina 'electrificación'. Es decir: expandir el uso de la electricidad para aplicarlo allá donde sea posible (como el fomento de vehículos de baterías en vez de combustión).
Para el desarrollo de estas megaplantas solares se han impuesto criterios de sostenibilidad que garantizan que se puede compatibilizar la biodiversidad con la instalación del grandes campos de paneles solares.
La evacuación de toda esa nueva energía limpia hacia los principales centros de consumo requiere que exista una infraestructura de redes con capacidad suficiente para transportar todos los megavatios que generan los nuevos parques solares. REE está trazando un nuevo eje desde Sevilla hasta Castilla La Mancha para dar soporte al crecimiento acelerado de la producción renovable (con una inversión que supera los 207 millones).
También ha puesto en servicio el primer tramo del eje Caparacena-Baza-La Ribina, un conjunto de infraestructuras imprescindible para el desarrollo económico y social de Andalucía Oriental, que se completará con un segundo hasta su destino final en la subestación de La Ribina (Almería).
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2. Autoconsumo
Junto a la instalación de grandes plantas fotovoltaicas, en 2022 también se vivió el 'boom' definitivo del autoconsumo industrial (con instalaciones en cubiertas de fábricas o en terrenos adyacentes a las mismas).
Según la asociación APPA, la alta volatilidad del mercado eléctrico, la reducción de trabas administrativas, las ayudas del plan Next Generation y la extraordinaria reducción de costes experimentada por la tecnología propició un crecimiento del 130% de la potencia instalada en autoconsumo para empresas. Y todo ello pese a que hubo problemas que no permitieron que el crecimiento se experimente a mayor velocidad, como las tensiones en la cadena de suministro.
Este crecimiento ha sido motivado porque la descarbonización ya es rentable para las empresas: en pocos años se amortizan las inversiones y permiten reducir la factura eléctrica. La red de Endesa registró la entrada de casi 49.000 instalaciones de autoconsumo en Andalucía en 2022 (el 42% del total de toda España). Es la señal que indica la relevancia que está adquiriendo esta fórmula en las empresas de la comunidad.
3. Eólica marina
Aunque el protagonista del cambio de modelo energético en Andalucía es la fotovoltaica, también crecerán otras tecnologías, como la eólica marina flotante. Esta tecnología permite desarrollar instalaciones renovables en áreas que superan los 100 metros de profundidad gracias a que los aerogeneradores se sostienen sobre estructuras flotantes (que se fijan al fondo con cables).
El Consejo de Ministros ya ha aprobado los Planes de Ordenamiento del Espacio Marítimo (POEM), en el que se identifican las zonas concretas que pueden albergar este tipo de instalaciones. El litoral andaluz será una enclave con potencial, con 1.222,6 kilómetros repartidos en dos áreas (una próxima al Estrecho de Gibraltar y otra frente a las costas de Motril). Hay un enorme interés empresarial por desarrollar estos proyectos.
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4. Almacenamiento
Es el cuello de botella para el cambio de modelo. Para lograr un sistema 100% limpio sin depender del respaldo de plantas de generación convencional –como los ciclos combinados– existe un desafío que todavía no está resuelto. La fotovoltaica, que dominará el mercado, «no contribuye a suministrar energía en la punta de máximo consumo del sistema (que se produce durante la noche en invierno) y un anticiclón invernal puede limitar la disponibilidad de eólica», tal como indica el informe 'El futuro de la energía' de Funcas.
Frente a la generación intermitente de las renovables es esencial desarrollar sistema de almacenamiento a gran escala que –según la Comisión Europea– «en el horizonte 2030 será con hidroeléctrica de bombeo y baterías de litio como principales soluciones». Sin embargo, no existe un marco regulatorio definido y «las tecnologías de almacenamiento que se requieren no recuperarán sus costes de inversión» en el contexto normativo actual. En este momento, las propuestas viables que hay para mitigar la intermitencia de las renovables se basan en la hibridación de tecnologías, como las centrales solares mixtas con fotovoltaica y termosolar.
5. Hidrógeno verde
El desarrollo fotovoltaico es el presente… y el hidrógeno verde debería ser el futuro. La compañía sueca Maersk –la mayor naviera del mundo– ha anunciado que invertirá 5.000 millones en Andalucía para producir combustibles con hidrógeno verde para abastecer su flota. Cepsa lidera el Valle Andaluz del Hidrógeno Verde (que planea mover otros 5.000 millones) y se ha aliado comercialmente con el puerto de Rotterdam; Ignis tiene un proyecto de 1.000 millones de euros en el Puerto de Sevilla; Iberdrola y Fertiberia otro de 1.800 millones en Palos de la Frontera… El Ministerio para la Transición Ecológica aprobó a fines de año los primeros incentivos para impulsar este gas renovable con un presupuesto de 250 millones de euros para 29 proyectos (que suman una inversión agregada cercana a los 900 millones de euros).
De ellos, un tercio se ubica en Andalucía, con un protagonismo especial de los polos industriales de Huelva y Algeciras, y con otras iniciativas repartidas en el área metropolitana de Sevilla y en las provincias de Almería y Jaén.
La Junta de Andalucía ha creado este año la Alianza por el Hidrógeno para crear sinergias entre todos los actores que se están moviendo en este campo. Aunque es una tecnología que todavía es dependiente de las subvenciones, se percibe como uno de los vectores con más potencial para reducir la dependencia del gas natural de terceros países.
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