John Müller, periodista de ABC: «Es mejor que suba el precio del dinero a que éste se quede sin valor»

El Banco Central Europeo ha hecho lo único que realmente podía hacer: mantener la subida de tipos de interés que había anunciado, medio punto hasta alcanzar una tasa del 3,5%. Cualquier otra decisión hubiese sido interpretada como una renuncia a seguir combatiendo la inflación. La inflación, como vemos día tras día, es el auténtico flagelo para nuestra población que el Banco Central debe yugular porque ya estamos viendo que las medidas del gobierno son ineficaces o distorsionadoras.

Con la excusa de que el sector financiero está en peligro, al hilo de la quiebra de tres bancos en EEUU y de los problemas que en Europa ha presentado el Credit Suisse, se han alzado voces pidiendo que se ralentice o se detenga la subida de tipos de interés ante el temor de que ésta pueda causa la quiebra de otras entidades. La verdad es que el sector financiero europeo luce bastante más sólido que hace tres lustros, cuando empezó la gran crisis financiera. Pero la gran diferencia es que entonces no teníamos un problema de elevación generalizada de precios como tenemos ahora. De hecho, los tipos de interés reales siguen siendo negativos.

El BCE no es indiferente a los eventuales problemas del sector financiero. La entidad anunció ayer que está preparada para inyectar toda la liquidez que sea necesaria si la banca presenta problemas de estrangulamiento del efectivo.

Pero la inflación merma cada mes el poder adquisitivo de las familias. Y aunque se produzcan subidas salariales, todos saben que eso no solucionará el problema porque los precios volverán a subir. Es absolutamente imprescindible pasar por la cura monetaria para volver a situar la inflación en el 2% o por debajo.

La noticia desagradará a los amigos del dinero barato, pero es mucho mejor que el BCE siga en su batalla contra la inflación elevando el precio del dinero que arriesgarnos a tener dinero sin valor.