Los 'llaneros solitarios' del emprendimiento innovador
La irrupción del 'solopreneur', figura que apuesta por su idea de negocio sin apoyo de más socios, es una muestra de la madurez del ecosistema de startups

La madurez del ecosistema emprendedor español se hace cada año más evidente. No solo por el aumento en el número de proyectos o por la mayor duración de los mismos sino que se van registrando tendencias ya consolidadas en otros mercados. El emprendedor en serie es ya una constante en España pero este año irrumpe el fenómeno 'solopreneur' que ya representa el 6% de las startups de nuestro país, tal y como se refleja en el 'Mapa del Emprendimiento 2022', realizado por South Summit, en colaboración con IE University. Se trata de un emprendedor que crea, lidera y desarrolla su startup en solitario, sin equipo fundador, un «autónomo 3.0». Esta tendencia, originaria de Estados Unidos, surge principalmente en negocios del ámbito digital.
Para María Benjumea, fundadora y presidenta de South Summit, es importante transmitir que «se puede arrancar en solitario creando una empresa que puede ser el inicio de un futuro unicornio». Este tipo de emprendedor responde al perfil de una persona «muy cualificada, con gran visión, que trabaja muy bien sola, con cabeza muy completa para identificar, diseñar, desarrollar y vender un producto y además que hace crecer su idea». En las startups que cuentan con un equipo fundador cada socio realiza unas funciones, se dividen el trabajo, «pero en este caso la misma persona se tiene que ocupar de todo y ello implica tener una mente muy amplia», puntualiza.
Si bien es cierto que este 'llanero solitario' empieza su aventura solo, «hay un momento determinado en el que deja de estarlo porque nada que vaya a crecer depende de una sola persona». Tras una primera fase en solitario da paso a formar un equipo, aunque en muchas ocasiones se sigue manteniendo como único socio. «El mundo no es de llaneros solitarios, tiene que haber un equipo por detrás para que las ideas crezcan», resalta Benjumea. Como principal ventaja del 'solopreneur' destaca el poder poner en marcha una idea sin necesidad de contar con la aprobación de los demás, siempre que tenga capacidad para desarrollarla. «Es interesante este tipo de emprendedor, y puede que aumente su número en un futuro, pero siempre consciente de que todo tiene su momento y es una fase».
Tal y como refleja el 'Mapa del Emprendimiento 2022', en España lo más habitual sigue siendo emprender en equipo, normalmente reducido y masculino: el 60% de las startups tiene entre dos y tres fundadores, mientras que un 35% cuenta con más de cuatro. Asimismo, seis de cada diez están fundadas únicamente por hombres y solo un 6%, por mujeres. Las startups con un equipo de fundadores mixto representan el 35%.
Visión clara
Con 45 años Elena Ibáñez decidió emprender en solitario. Contaba con una larga trayectoria en consultoría en transformación digital, creando equipos multidisciplinares y «haciendo propuestas valientes». Esa base profesional le sirvió para dar el salto y tomar un nuevo rumbo en su vida buscando «crear algo nuevo y poder ayudar a los demás». Ha creado Singularity Experts, una plataforma que orienta a las personas que no saben qué estudiar o en qué trabajar sobre los empleos del futuro y la formación perfecta para ellos, 100% adaptada a sus habilidades, personalidad e intereses. «La idea surgió en solitario y nunca me planteé tener socios. Como mi emprendimiento trata sobre un proyecto en el que nunca había trabajado, tampoco tenía compañeros profesionales que supiesen de eso», subraya.
Reconoce que se trata de una experiencia «arrolladora, es brutal. Uno ya no se dedica a esto, sino que es un estilo de vida. Hay muchas cosas por demostrar, muchas luchas, pero es recomendable». Ibáñez ve ventajas en el hecho de emprender sola, al menos a su edad. «Quizás con 25 años se busca algo más en grupo, no era mi caso. Tener un socio tiene la ventaja económica pero yo he creado algo de cero, un proyecto en el que se involucran distintos conocimientos como educación, psicología, formación… no era fácil encontrar a alguien con esa visión», subraya. Precisamente para emprender en solitario «necesitas una visión muy clara y tajante. Con otra opinión al 50% la idea puede tomar otra deriva que no sea el alma que tu quieres».

Emprender en solitario
«Uno ya no se dedica a esto, sino que es un estilo de vida»
Elena Ibáñez
Fundadora de Singularity Experts
Andrés Ramírez, por su parte, responde al perfil de 'solopreneur' pero también al del emprendedor en serie ya que cuenta con varios proyectos. Fue precisamente en su segunda startup cuando decidió emprender solo. Insttantt es un monedero electrónico de datos que permite a las personas centralizar de forma segura su información y utilizarla para interactuar al instante con empresas y personas, al tiempo que proporciona a las empresas una plataforma avanzada para crear, gestionar y ofrecer procesos de incorporación instantáneos.
«Emprender solo es un reto muy complicado. La primera compañía que creé empezó así y de forma natural salieron socios, no los había buscado. Pero luego surgieron problemas», comenta este joven colombiano. En su segundo intento, «decidí ir solo. Yo diseñaba el servicio, el producto, me ocupaba de la parte comercial... Si eres capaz de crear y de vender, las dos habilidades importantes para que vaya bien, puedes hacerlo», añade.

Sin socios en el segundo intento
«Si eres capaz de crear y de vender, las dos habilidades importantes para que vaya bien, puedes hacerlo»
Andrés Ramírez
Fundador de Insttantt
Tres años después de aventurarse en solitario está muy satisfecho, «es una compañía rentable que no ha necesitado inversión externa, ha crecido de forma orgánica». En su caso, la experiencia de su primera startup fue decisiva para aventurarse en solitario. «Me dio una buena base en temas legales, de recursos humanos… en muchas áreas. Estar solo es un esfuerzo en horas superior a cuando tienes socios». Cuando ha conseguido armar el proceso «puedo delegar en otras personas». Reconoce que muchas veces los inversionistas evitan invertir en startup de un solo socio, «dicen que no consiguen hacer todo, pero si son varios socios tienen que negociar con todos, tampoco es fácil».
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Él prefiere centrarse en los pros que tiene estar solo, uno de ellos es que «puedes tomar decisiones e ir más rápido. En esta compañía en tres años he hecho lo que en la otra hice en seis y es muy satisfactorio». Ramírez recuerda que no tener buenos socios es tan malo como no tener clientes. En su anterior startup las diferencias entre los socios impidieron su salida a bolsa, «alinear expectativas no es muy fácil».