Inmobiliario
Pros y contras de las casas prefabricadas en terreno rústico
La construcción de este tipo de viviendas en suelo no urbanizable está sujeta a la normativa que, en muchos casos, impone restricciones por uso
¿Está permitido construir una casa prefabricada en terreno rústico?
Aún no son tan populares en nuestro país como en otros del continente europeo, pero cada vez son más los que se interesan por las posibilidades que ofrecen las casas prefabricadas . Hablamos de viviendas cuyo sistema constructivo o, al menos, parte de él, se produce en una fábrica y, posteriormente, se traslada al lugar de la instalación, aunque incluso dentro del mercado de casas industrializadas, existen diferencias. En todo caso, se trata de un tipo de soluciones residenciales que ofrece ventajas frente a las construcciones tradicionales , pero también despierta dudas.
Una de las más recurrentes tiene que ver con su instalación en terreno rústico , un suelo mucho más económico que el calificado como urbano o urbanizable. Sin embargo, que el precio sea notablemente inferior no es casualidad, sino que responde a la propia naturaleza de los terrenos.
Mientras que el suelo urbano es aquel incluido en los planes urbanísticos de un municipio o ciudad y, en consecuencia, cuenta con todos los permisos, características y servicios para construir en él; el suelo rústico aparece en el PGOU como terreno destinado a usos agropecuarios e incluso con alguna protección.
Dicho de otro modo, se trata de un suelo no urbanizable que, por lo general, tampoco cuenta con servicios urbanos o de abastecimiento . A medio camino entre ambos está el suelo urbanizable, zonas destinadas a posibles crecimientos urbanos que podrían pasar a tener esta calificación llegado el momento.
¿Significa eso que no es posible instalar casas prefabricadas en suelo rústico? La respuesta no es sencilla y es que, en la mayoría de los casos no depende tanto del suelo, como del uso que se le vaya a dar a la vivienda. La normativa municipal, autonómica y estatal , en ausencia de las anteriores, será la que dictamine si se trata de obras ilegales , aunque ante la duda, mejor contar con el asesoramiento de un arquitecto de la zona conocedor del marco legal vigente. En muchos territorios es posible contar con una construcción en suelo rústico siempre que sea imprescindible para mantener la actividad que allí se desempeña, con independencia de que hablemos de una casa prefabricada o tradicional.
Sostenibilidad y economía
Aunque también cuentan con ciertas limitaciones, las viviendas prefabricadas ofrecen ventajas frente a los sistemas de construcción de toda la vida. Para empezar, suelen resultar más económicas , aunque este capítulo puede variar considerablemente en función de las características particulares de cada diseño. Esa es otra de las bondades de estas construcciones y es que, con matices, permiten un grado de personalización más que aceptable en términos de acabados y materiales.
La sostenibilidad es otra de las virtudes de las casas prefabricadas. Dado que la mayor parte del proceso de construcción se lleva a cabo en fábrica, no solo se reducen los costes sino también el impacto en el medioambiente, apostando por materiales y procesos más sostenibles. La reducción del tiempo de ejecución completa el capítulo de ventajas de este tipo de soluciones que, en todo caso, no hay que confundir con las casas móviles. A diferencia de estas últimas, las casas prefabricadas se consideran bienes inmuebles y, por tanto, deben contar con los mismos permisos y licencias que una vivienda convencional con independencia del tipo de suelo en el que se instale.
El terreno es decisivo
Además de la burocracia —compartida con las construcciones tradicionales— y pese a que el mercado ha evolucionado mucho, las limitaciones en términos de personalización de los espacios forman parte del capítulo de inconvenientes de las casas prefabricadas. Pero el principal hándicap de este tipo de edificaciones en suelo rústico tiene que ver, precisamente, con el terreno. Las restricciones en lo que a diseño se refiere pueden imposibilitar su instalación en la parcela elegida o suponer un coste añadido en caso de que sea necesario adaptar el solar.
En todo caso, antes incluso de plantear la elección entre casa prefabricada o construcción tradicional en terreno rústico, conviene asegurarse de la viabilidad de la edificación consultado con las posibles restricciones con la administración o los expertos de la zona.
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