El tamaño vuelve a importar

La demanda de pisos de tres y cuatro dormitorios se reactiva en las nuevas construcciones

JAIME RECARTE

Cuando en 1845 H.D. Thoreau se fue a vivir a una cabaña de poco más de 12 metros cuadrados lo hizo por austeridad, de forma voluntaria. En España los jóvenes se fueron a vivir a pisos de 28 metros por necesidad. No podían pagar otra cosa. Sin embargo, desde hace dos años los indicios de recuperación económica están dando sus frutos y el tamaño vuelve a ser importante. Con muchos matices, ha vuelto la demanda de pisos más grandes, y eso se está evidenciando especialmente en las nuevas promociones.

Ya a finales del pasado año la Sociedad de Tasación publicó un informe en el que quedaba patente el aumento de la demanda de pisos de mayor tamaño. El «Perfil del comprador de vivienda en 2016», que se hizo público en el marco del SIMA, recogía el incremento en las adquisiciones de vivienda de tres dormitorios (un 57,8%) frente al año anterior (55%). En cuanto a la compra de pisos de una habitación, el porcentaje se mantiene estable. Un 2,6% en 2016 y un 2,4% en 2015, pero por debajo de 2014 y 2013, cuando alcanzó un 3,7 y un 4,4%, respectivamente.

Víctor Portela, director de marketing y comunicación de iKasa, una promotora con especial actividad en el noroeste de Madrid, explica que «durante la crisis se redujo el tamaño de las viviendas para ajustar los precios a la realidad del mercado, sin embargo en la última fase de nuestro residencial de Las Rozas, por ejemplo, hemos construido viviendas de tamaño un 27% superior respecto a las fases anteriores, ya que era lo que el mercado comenzaba a demandar».

Las casas de dos habitaciones, protagonistas indiscutibles de las nuevas construcciones en los años centrales de la crisis, comienzan a ceder protagonismo frente a las de tres e incluso cuatro. «La demanda de viviendas de superficie mayor a los 100 metros ha crecido en torno a un 20%», asegura Portela. José Ramón Leal, responsable comercial de la inmobilaria Cadbe, coincide en que el tamaño recobra protagonismo. «Nuestros clientes reclaman ahora viviendas de mayor tamaño. Por ejemplo, en nuestra promoción del Álamo de Bularas, en Pozuelo, tuvimos que unir pisos de dos habitaciones con otros de tres para conseguir un duplex de cinco dormitorios», explica.

Subida relativa

No obstante, todavía nos encontramos en una situación convulsa en la que no hay tendencias absolutas y depende mucho de los mercados y las zonas. Manuel Gandarias, director del Gabinete de Estudios de Pisos.com, explica que «a mayor tamaño, el precio del metro cuadrado tiende a ser menor, por lo que el atractivo de compra es mayor, aunque depende de las necesidades del comprador». Pero en lo que se refiere a la compraventa de pisos de segunda mano y al alquiler, la demanda de más metros cuadrados no parece acabar de consolidarse. En este sentido, el «Informe sobre los precios medios de la vivienda» de 2016 de Pisos.com recoge que «el mercado pasó de ofrecer un piso tipo en alquiler de 90 metros cuadrados por 571 euros mensuales en 2010 a uno de 70 metros cuadrados por 416 euros en 2016».

En la compraventa de pisos de segunda mano y de alquiler, la demanda de más metros cuadrados no parece acabar de consolidarse

Sin embargo, algunos jóvenes sí han conseguido ampliar sus estrechos límites habitacionales. Eva Rodríguez vivía en Madrid en un piso de 28 metros cuadrados, un minipiso como los que María Antonia Trujillo, ministra de Vivienda con el PSOE, aventurara en el año 2005. «Pagaba 495 con todos los gastos incluidos, me fui en diciembre, porque a partir de este mes pedían 595 euros con todos los gastos incluidos», cuenta. Ahora se ha mudado a otro «con salón y cocina de verdad». Todo un lujo para otras circunstancias.

Sin embargo, los minipisos no están llamados a desaparecer por completo. Tal como todos los informes inmobiliarios advierten desde hace unos años, la disminución de la oferta en determinados mercados hace que no desaparezcan los pisos «troceados», como en el que vivía Eva Rodríguez: «Tenía la cocina (y campana) con microondas; vitro, mininevera y fregadero. Una mesa de estas plegables, tres sillas, armario, TV y aire acondicionado. Dos tablones que hacían como mesitas, cama con canapé, cabecero y el baño completo».

Pese a que la situación económica mejora, aún queda un largo camino hasta que la situación inmobiliaria se normalice por completo y permita que quien quiera vivir en un minipiso, como Thoreau, lo haga por austeridad o por interés personal, y no por necesidad.

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