TRIBUNA: CIUDAD ABIERTA
El Puente de la Concordia, Ucrania y la Ciudad
Marcos Sánchez Foncueva, CEO de la Junta de Compensación de Valdebebas, explica cómo la situación en Ucrania ha estado muy presente hoy en la inauguración de la emblemática obra del Puente de la Concordia
![El alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, y la vicealcaldesa Begoña Villacís han inaugurado hoy la infraestructura](https://s3.abcstatics.com/media/economia/2022/03/09/valdebebas-puente-concordia-kDhB--1248x698@abc.jpg)
Hoy 9 de marzo de 2022, en esta Ciudad Abierta, con la que empiezo a sentirme en deuda por permitirme expresar y dar a conocer todo aquello que me inspiran las ciudades, su urbanismo, el inmobiliario, en definitiva, aquello que inspira mi forma de vivir y de sentir mi profesión, debería hacer una recapitulación de lo que supone la inauguración del Puente de la Concordia de Valdebebas. Ese puente que permitirá unir la ciudad de Madrid, a través de uno de los barrios más modernos y sostenibles de España, Valdebebas, con uno de los aeropuertos internacionales más importantes del mundo. Debería comentar cómo antes, incluso, de su inauguración por nuestro alcalde, José Luis Martínez-Almeida , ya era un icono de la ingeniería y de la arquitectura madrileña y española. Podría glosar sus 162 metros de luz entre estribos sin apoyos, sus más de 240 metros de longitud o los más de 2500 kilos de acero que lo sustentan. Sin embargo, mi libertad y esta Ciudad Abierta me permiten adecuar el guion y contar lo que, ustedes perdonen, me da la real gana.
El Puente de la Concordia de la ciudad de Madrid se ha inaugurado por su regidor, con la presencia de su vicealcaldesa y de sus delegados de urbanismo y obras, del consejero de transportes de la Comunidad de Madrid y de otras autoridades que, desde luego, han honrado con su presencia el acto promovido desde Valdebebas. Ha quedado inaugurado ante las autoridades y ante un sinfín de amigos, muchos con importantes cargos y con altas responsabilidades entre la estructura empresarial madrileña y española. Ahí el presidente de Iberia, mi amigo Javier Sánchez Prieto; el presidente de la Asociación de Promotores y Constructores de España (APCE) y de la Asociación de Promotores Inmobiliarios de Madrid (Asprima), Juan Antonio Gómez-Pintado , con el que he tenido la gran oportunidad de coincidir y de aprender en muchas batallas, mayores y menores, que él anda a todas y en todas se remanga; el presidente de Madrid Foro Empresarial, mi amigo Hilario Alfaro, siempre pendiente de mejorar nuestro tejido empresarial, cuidando al empresario y a la empresa madrileña y otros muchos que emplean su vida en mejorar la de los demás y que seguro me perdonan por no mencionarlos ahora. Ahí, también, el Consejo Rector de Valdebebas , los presidentes y los gerentes de las juntas de compensación madrileñas, extraordinarios profesionales estos últimos, gestores magníficos y hacedores de ciudad, con los que en ocasiones tengo la suerte de compartir mesa y mantel, inquietudes, alegrías, algún disgusto y mucha ilusión por seguir haciendo ciudad. Ellos, más y mejor que nadie, saben en qué consiste hacer ciudad, conocen el enorme sacrificio que supone pero, por encima de todo, disfrutan del hecho de construir, de crear, de generar espacio urbano, aquel donde se da, siempre se da, la serendipia. En la ciudad siempre hay una esquina, un parque, un banco, un museo o una iglesia, un bar, un monumento, un lugar donde se producen esos encuentros casuales valiosos que hacen de la vida un permanente descubrimiento, que hacen de cada una de esas ocasiones una oportunidad para crecer, que hacen de la ciudad, universidad y hogar.
Pero Europa está en guerra. Otra vez. Ucrania sufre el zarpazo de la iniquidad que el dictador ruso impone a un país libre, soberano y, a la vista queda, extraordinariamente valiente. Y hoy las ciudades de Ucrania y sus lugares de encuentro están siendo arrasados, devastados, borrados. Los muertos y heridos de Ucrania y los hombres y mujeres de bien de Europa y del mundo nunca dejarán que las atrocidades se olviden. Y no dejaremos que la injusticia acabe con las ciudades de Ucrania, sin más. La historia nunca deja que las ciudades se olviden tras las guerras. Unas renacen y otras, en lo posible, se rehacen. Y volverá a suceder. En el norte, ciudades como Járkov y Kiev apenas aguantan ya, destrozadas. La devastación en el este y el sur del país es importante. A esta hora Odesa parece ser inmediato objetivo del ejército invasor. Sus edificios decimonónicos y neoclásicos, con el teatro de la ópera a la cabeza, su bulevar Primorsky, su arquitectura europea y multicultural con influencias bizantinas, griegas, italianas, francesas, armenias, todo ello está a punto de ser destruido por una guerra injusta. No olvidaremos.
En la inauguración del Puente de la Concordia, Ucrania y su pueblo han estado muy presentes. A la gran bandera de Ucrania colocada por Valdebebas en el arco del puente, arco que por sí mismo constituye una maravilla de la ingeniería, formado por un diagrid que convierte a este equipamiento en referente internacional, se une el apoyo de toda la ciudad de Madrid, de toda España. Homenaje a Ucrania, a sus ciudades y pueblos, a los ucranianos. Las ciudades, sin duda, seguirán siendo los centros de progreso y avance más importantes del mundo, en ellas seguiremos encontrando, siempre, las claves para entender un mundo cambiante y en ellas seguirá esperando la serendipia para unirse a la ciudad, formando parte de su mismo concepto y de su esencia; aquello que no se puede destruir. Y desde hoy, cuando atravesemos ese Puente de la Concordia hacia esa puerta de Europa a América y a África, Ucrania ya siempre estará presente en el ánimo de muchos. Invocaremos el nombre de este nuevo puente de Madrid como un deseo para Ucrania. Todos los madrileños y todos los que desde Valdebebas trabajamos para hacer de Madrid una ciudad mejor, un lugar de encuentro y de concordia, pensaremos en esas ciudades de Ucrania y en la valentía, heroica y decidida, de los que pelean por su libertad, por su identidad, por su soberanía. Entretanto y después de la inauguración de un equipamiento tan icónico y singular, seguimos trabajando por y para hacer ciudad como nuestro mejor homenaje y como nuestra respuesta decidida frente a una guerra definitivamente injusta y frente a un dictador al que la historia ya le guarda su sitio.