La inflación en Estados Unidos escala hasta un histórico 9,1% en junio
Se trata de la cota máxima en cuatro décadas impulsada por la gasolina, los alimentos y los alquileres. Lo que abre la puerta a más subidas de tipos
La inflación en Estados Unidos ha alcanzado sus máximas cotas en más de cuatro décadas, situándose en un insólito 9,1% interanual, un dato que atormenta a la Administración de Joe Biden a cuatro meses de unas elecciones parciales en las que se renovará el legislativo.
Son los precios de la gasolina, los alimentos y los alquileres lo que ha catapultado la inflación a ese máximo en junio, sentando las bases para una posible nueva subida de tipos por parte de la Reserva Federal, que se ha marcado como objetivo ponerle freno a ese indicador.
Desglosados, los precios de los alimentos han escalado un 12,2% en comparación con el año anterior, la mayor subida desde 1979. Los alquileres han subido un 5,8%, cotas máximas desde 1986. Los coches nuevos han aumentado en precio un 11,4% en un año. Las tarifas de los billetes de avión, un 34%.
El resultado es el mayor aumento de inflación interanual desde 1981, superior al 8,6% de mayo. En términos mensuales, los precios subieron un 1,3% de mayo a junio, otra subida considerable, después del aumento del 1% de abril a mayo.
La última ocasión en que la inflación golpeó de forma tan dura a EE.UU. el presidente Jimmy Carter, inmerso en una hecatombe económica, perdió las elecciones frente a Ronald Reagan.
El índice de popularidad del presidente Biden se ha desplomado a sus cotas mínimas: apenas un 30% en el reciente sondeo de Civiqs. Un 85% de estadounidenses cree que el país va en la dirección equivocada, incluidos casi 8 de cada 10 demócratas, y el 79% cree que la economía es mala, según otra encuesta de The Associated Press-NORC Center for Public Affairs Research.
Biden ha tratado de calmar los ánimos con un comunicado emitido mientras se halla de viaje en Israel, destacando que la pandemia y la invasión de Ucrania son factores influyentes. «La inflación es nuestro reto económico más acuciante. Está afectando a casi todos los países del mundo. No es un consuelo para los estadounidenses saber que la inflación también es alta en Europa, y más alta en muchos países de allí que en EE.UU.. Pero es un recordatorio de que todas las grandes economías están luchando contra este desafío relacionado con el Covid, agravado por la desmesurada agresión de [Vladímir] Putin», dijo el presidente.
Entre las medidas anunciadas por la Casa Blanca se encuentra la puesta en circulación de crudo de las reservas federales, para bajar el precio de la gasolina, y una propuesta para que el Capitolio apruebe leyes que controlen el precio de los medicamentos y otros bienes de primera necesidad.
A pesar de la fortaleza del mercado de trabajo de EE.UU., en zona considerada de pleno empleo (3,6%), a las autoridades financieras norteamericanas les preocupa profundamente esta galopante inflación.
Cierto es que los precios de la gasolina ya han bajado desde el máximo de cinco dólares (4,99 euros al cambio actual) por galón de mediados de junio hasta los 4,63 dólares del miércoles. Aun así, es un precio elevado con respecto a hace un año.
La Reserva Federal anunció el 15 de junio algo un aumento de su tasa de interés de referencia a corto plazo en tres cuartos de punto porcentual, a un rango de entre 1,5% y 1,75% . El presidente de ese banco central, Jerome Powell, dijo entonces que, dada el alza de la inflación, «puede haber más sorpresas» en el futuro inmediato . Según Powell, estos son tiempos «extraordinariamente desafiantes». El objetivo de la Fed, dijo en Liu día Powell, es devolver la inflación a un «saludable» 2%.
La inflación comenzó a escalar tras la recesión surgida de la pandemia de 2020. A medida que los estadounidenses gastaban más en artículos para hogar, como muebles, electrodomésticos y equipos de ejercicio. Las cadenas de suministro, sobre todo desde China, se vieron desbordadas y los precios se dispararon. Ahora, con el final de confinamientos demás, se experimenta un alza de viajes, vacaciones, comidas en restaurantes, conciertos y partidos, con un aumento de precios del sector servicios.
A muchos economistas les preocupa que el afán de la Reserva Federal por controlar la inflación la lleve a restringir el crédito de forma demasiado agresiva cuando la economía, según algunas predicciones, se está desacelerando. Un dramático aumento del precio del crédito podría desencadenar una recesión, según varios análisis.