El lío de las ayudas europeas
Es un galimatías que se oscurece por la falta de transparencia, por la reiteración de mensajes interesados, por el mal funcionamiento de los programas informáticos y por los sospechas proyectadas por los cambios operados en la cúpula administrativa
No resulta sencillo seguir la evolución de los fondos europeos. Le confieso que lo he intentado, pero no consigo aclararme del todo. El tema tiene la dificultad intrínseca que implica una serie enorme de cifras. Están los fondos adjudicados por Bruselas. Luego viene su ... reparto por las distintas y, a todas luces, excesivas esferas de la administración. Después aparecen los Perte que son las unidades sectoriales destinadas a canalizar los fondos hacia sus destinatarios finales. Más tarde hay que considerar las peticiones realizadas por los organismos y empresas, en base a sus planes de inversión.
Para terminar con la adjudicación de los fondos a cada solicitante. ¿Terminar? No. Quedaría para más adelante la entrega final de los dineros, la ejecución de los proyectos considerados y la comparación entre los efectos previstos y los realmente obtenidos con las ayudas. Lo dicho, un galimatías que se oscurece por la falta de transparencia, por la reiteración de mensajes interesados, por el mal funcionamiento de los programas informáticos y por los sospechas proyectadas por los cambios operados en la cúpula administrativa.
Esta semana hemos conocido los datos de uno de los Perte más importante, el del automóvil. Y no son nada tranquilizadores. Industria ha seleccionado un total de proyectos que recibirán 877,2 millones. Son muchos millones, pero empequeñecen cuando consideramos que se trata del automóvil y se comparan con la cantidad inicialmente prevista, de la que suponen menos del 30%. Es decir el 77% de las ayudas previstas ha quedado desierta, huérfana de destino. ¿No hay proyectos o son demasiado estrictos los requisitos? Ni idea, pero el resultado es un sonoro fracaso. A Seat se le adjudican 397 millones, a Mercedes 170, a Opel 52, a Renault 40, a Irizar 24, a Peugeot 15.
¿Se pueden transformar las fábricas con esas cantidades tan pequeñas? Pues entonces nos hemos asustado en vano, los problemas de adaptación a los nuevos tiempos no eran tan grandes...y están las amenazas de que, con tan escasas ayudas, se aborten los megaproyectos de construcción de baterías que iban a trasformar la industria del país. El ministerio asegura que encontrará más dinero para esos planes. Sigo sin entenderlo. Si merecen apoyo, ¿por qué no se le da ahora el dinero? y, si no lo merecen, ¿por qué se les promete?
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