El etiquetado Nutri-Score, ¿cómo funciona realmente? ¿Es 100% fiable?

Esta etiqueta ayuda al consumidor detectar alimentos ultraprocesados ricos en azúcares y grasas saturadas

Etiquetado Nutriscore herbora.es

LA VOZ

España

Vas al supermercado a comprar cereales, te plantas en el lineal ante muchas opciones a elegir y te preguntas cuál tiene mejor composición. Fácil: echando un vistazo a la etiqueta que aparece a modo de semáforo en la parte frontal, el Nutriscore. Y es que desde principios del pasado año los productos de alimentación envasados muestran esta etiqueta nutricional para facilitar al consumidor conocer cómo de nutritivo es un producto.

Pero ¿es realmente fiable esta valoración? Te contamos en qué consiste esta herramienta y por qué genera discrepancias y dudas entre nuestros expertos en nutrición gracias a la información de herbora.es.

¿Qué es el etiquetado Nutriscore?

Nutriscore es un sistema de etiquetado nutricional frontal, es decir, visible en la parte delantera del envase, que clasifica los alimentos en categorías de la A a la E en función de su valor nutricional. Estas categorías aparecen representadas como un semáforo con cinco colores que evolucionan progresivamente desde el verde (la A, la más saludable) hasta el rojo (la E, la menos saludable), pasando por la B, C y D. Así pues, los productos que lleven la C indicarán que debe ser consumidos con «moderación», mientras que una D y una E se deben evitar en la medida de lo posible.

¿Qué valoran en la clasificación?

Valora tanto los aportes nutricionales positivos (contenido en frutas y verduras, fibras y proteínas) como los negativos (calorías, grasas saturadas, azúcares y sal) por 100 g o ml de producto. Su objetivo es comparar productos de la misma categoría, de forma que la elección más fácil sea también la más saludable.

Por otro lado, Nutriscore penaliza las calorías, grasas saturadas, azúcar y sal, presentes en alimentos como bollería, embutidos o aperitivos que tienen en común una composición nutricional poco saludable, con demasiados azúcares o grasas.

¿Cómo lo calculan?

Para realizar los cálculos suma la cantidad de calorías, grasas saturadas, azúcares y sal, es decir, los aportes nutricionales considerados como negativos y que deberíamos tomar en menor cantidad, y resta la calidad de los nutrientes positivos, como las frutas y verduras, la fibra y las proteínas.

En función de la puntuación obtenida, los alimentos se clasificarán de la siguiente manera:

-15 a -1: verde oscuro

0-2: verde

3-10: amarillo

11-18: naranja

19–40: rojo

Aunque las puntuaciones de las bebidas y las grasas puras son algo diferente para adaptarse mejor a sus características nutritivas, el sistema para obtener el cálculo final es el mismo.

¿Qué ventajas tendría para el consumidor?

Su principal objetivo es el de facilitar al consumidor detectar alimentos ultraprocesados ricos en azúcares y grasas saturadas, ya que en muchas ocasiones puede resultar complicado entender la información nutricional que aparece en las etiquetas de los productos envasados. Por otro lado, pretende que su sistema de códigos por colores sea fácil de entender por todos y fácil reconocible dentro del lineal al estar ubicado en la parte frontal del producto.

¿Todos los productos alimentarios lo llevan?

No, Nutriscore es un etiquetado nutricional frontal para productos procesados envasados, por lo tanto quedan exentos los productos frescos (carnes, pescado, frutas verduras, legumbres…), los que solo tienen un ingrediente en su composición siempre que no estén procesados (vinagre, miel…), las bebidas alcohólicas, el café, té, infusiones de hierbas y frutas, los alimentos directamente suministrados por el fabricante o tiendas de minoristas en pequeñas cantidades (como los platos preparados) o alimentos que se venden en envases de menos de 25 cm2 (chocolatinas, caramelos, barritas de cereales…).

¿Qué limitaciones tiene?

Hay principalmente tres puntos clave que pondrían en duda la fiabilidad de Nutriscore. El primero es el hecho de que no distingue las grasas buenas y malas, algo que afecta por ejemplo en la clasificación del aceite de oliva virgen extra o algunas conservas de pescado, dando una puntuación más bien negativa cuando por todos son conocidas sus propiedades saludables.

Por otro lado, no tiene en cuenta el grado de procesamiento de los alimentos lo que afecta en que algunos alimentos obtengan una mejor puntuación y sean valorados con una buena calidad nutricional cuando no es el caso, como ocurre por ejemplo con refrescos azucarados.

Por último, solo permite comparar alimentos dentro de una misma categoría, algo que puede originar problemas de interpretación en los consumidores.

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