Los empresarios reivindican su papel social: «No somos el enemigo a batir sino parte de la solución»
Bajo el lema 'El directivo frente a la transición a un nuevo mundo', más de mil empresarios han reflexionado acerca de los retos futuros de las empresas
El Gobierno subirá los impuestos a patrimonios de más de 3 millones y los bajará a las rentas de menos de 21.000 euros
«Las empresas no son el enemigo a batir sino parte de la solución». La frase la ha pronunciado este jueves Isidro Fainé, presidente de la Confederación Española de Directivos y Ejecutivos (CEDE) en el congreso que la asociación de directivos ha celebrado en el Bilbao Exhibition Center de Baracaldo (Vizcaya). Bajo el lema 'El directivo frente a la transición a un nuevo mundo', más de mil de directivos y empresarios de los más diversos sectores han analizado cuáles son los retos futuros que tendrán que afrontar las empresas dada la actual situación de inestabilidad.
Fainé ha hecho un repaso de los grandes desafíos a los que se enfrentan en la actualidad los empresarios, y ha defendido la necesidad de que las empresas también se adapten. «El mundo cambia y también tienen que hacerlo los directivos», ha señalado. El presidente de CEDE ha defendido el «amplio, firme y duradero» compromiso social que están mostrando las empresas españolas ante esos cambios y ha pedido a las instituciones «facilitar» la colaboración público-privada. «Ganar el futuro está al alcance de nuestras empresas, solo tenemos que proponérnoslo y actuar con coraje, determinación y valentía», ha añadido.
El Rey Felipe VI también ha apelado a la responsabilidad de las empresas y de sus directivos para que adopten medidas más allá de la mera gestión. «Es imprescindible una orientación hacia la búsqueda de soluciones operativas ante tanta fragilidad, fracturas sociales y ausencia de escenarios ciertos», ha asegurado en su discurso ante los directivos. El Monarca, que asiste de forma habitual al congreso desde el año 2001, ha destacado cómo la pandemia y la incertidumbre posterior han puesto de manifiesto la necesidad de replantearse «muchas cosas, incluso el modo y los instrumentos de gestión de algunas realidades». Por todo ello ha animado a los presentes a estar «a la altura de las exigencias de los tiempos».
Energía y metaverso
Y es que, CEDE ha planteado la cita de este año como una mirada al futuro, y se ha marcado como objetivo reflexionar acerca de la forma de encarar los retos que se les presentarán a las empresas en los próximos años. Probablemente el más inmediato para las empresas sea abordar la transición energética. A este respecto, Antonio Brufau, presidente de Repsol, ha defendido la creación de un mercado único europeo. También ha advertido de los riesgos que tienen no contar con un marco legal estable y cambiar las reglas del juego «a mitad de partido». En su opinión, los inversores podrían terminar por «retraerse» lo que afectaría al conjunto de la economía.
Ha destacado que España «ha hecho los deberes» en materia energética, al contrario de lo que ha ocurrido en el resto de países europeos. En su opinión, Europa ha priorizado la sostenibilidad sobre otros factores como el acceso a la energía o los costes de la misma. Sin embargo, ha recalcado que los tres ejes están interconectados y que es necesario prestar atención a todos ellos para garantizar el suministro. Ha insistido en la buena posición que ocupa España pero ha hecho un llamamiento a no relajarse en el objetivo de reducir emisiones.
Algo más futurista ha resultado la intervención de José María Álvarez-Pallete, presidente de Telefónica, que ha dedicado su ponencia al Metaverso. Ha advertido que ese universo que en la sociedad se concibe como algo futurista, es más cercano de lo que pensamos.
«El metaverso no es una frikada», ha insistido, lo que ha levantado alguna que otra sonrisa entre los presentes. En su opinión, se trata de una nueva forma de ocio y comunicación que «va a generar mucho valor añadido». «Tendremos una identidad en el mundo real y otra en el metaverso» ha vaticinado. Y es en ese nuevo universo donde las empresas podrán encontrar un sinfín de oportunidades. En su opinión, además, las empresas españolas «tienen las capas para liderarlo», y no deberían dejar de pasar esa oportunidad.
Reputación de la banca
El sector bancario también ha estado representado por el presidente de Caixa Bank, José Ignacio Goirigolzarri, que ha intervenido a través de un vídeo, y por Gregorio Villalabeitia, presidente de Kutxabank. Ambos directivos han coincidido en destacar la reputación como el principal reto al que se enfrenta en estos momentos el sector bancario después de que ésta cayera en picado durante la crisis financiera.
«La sostenibilidad del sector para por el hecho de que la sociedad desee que exista y vea su utilidad», ha asegurado Goirigolzarri. Ha destacado que la banca española «compara muy bien» con la europea en términos de «calidad del servicio y coste de financiación». Sin embargo, debería hacer un esfuerzo por comunicar y transmitir «de forma mucho más eficaz» ya que se trata de un sector «decisivo» para el bienestar de la sociedad aunque esta idea no siempre es percibida por la ciudadanía.
Villalabeitia por su parte ha señalado la falta de reputación que vive el sector como uno de los temas «críticos». «Especialmente después de la crisis financiera, tienen un reto reputacional de primera magnitud no justificado en muchos casos», ha lamentado. Y es que, según ha recordado, ninguna de las entidades que operan en la actualidad fueron rescatadas, sino que más bien «contribuyeron» a su saneamiento.
Ha reclamado además, que los reguladores y supervisores tengan «mayores competencias» para que así se puedan establecer «las mismas reglas del juego» para todas las entidades que «hacen lo mismo». No lo ha nombrado pero sus palabras claramente se referían a los nuevos productos financieros, como las criptomonedas, que están sometidos a una supervisión menos estricta que la banca tradicional.
Recetas económicas
Aunque el objetivo era reflexionar sobre el futuro de las empresas, en las ponencias no han faltado las referencias a la actual situación económica. Precisamente la inflación ha sido el hilo conductor de la intervención que ha tenido Pablo Hernández de Cos, gobernador del Banco de España. En su ponencia se ha mostrado convencido de que la actual espiral de inflación cederá «a medio plazo».
De hecho, ha asegurado que el Banco de España ya ha detectado indicadores que apunta a una «relajación» en la escalada de precios. Ha explicado que en la actualidad «entre el 75% y el 80%» de la subida de los precios se explica por el incremento de los precios de la energía y de los alimentos. Es el mismo porcentaje que se está trasladando a los precios «de segunda ronda» por la necesidad que tienen el resto de productores de absorber el incremento de los costes de producción.
Sin embargo, ha explicado que «los precios de varias materias primas esenciales, incluidos los de la energía, se sitúan actualmente por debajo del escenario central del BCE, lo que puede reflejar una demanda inferior a la esperada». Por todo ello el Banco de España cree que la inflación podría ceder a partir de ahora. Tanto es así, que las proyecciones de la institución pasan por una inflación del 5,5% en 2023 y del 2,3% en 2024.
En opinión de Hernández de Cos, el BCE se enfrenta en la actualidad a la disyuntiva que le obliga a elegir entre atajar la inflación o proteger la actividad económica. Y es que, una reacción excesivamente «contundente» podría hacer empeorar el crecimiento económico y «el paro empeorará». Por el contrario, tomar medidas «demasiado débiles» puede no ser suficiente para detener la espiral inflacionista.
Precisamente por eso cree que aunque los tipos de interés seguirán subiendo, lo harán hasta un máximo del 2,25% o del 2,5%. Las proyecciones del Banco de España son, además, que la subida se haga de forma lineal y progresiva hasta 2023 y que se mantengan al menos buena parte de 2024. Elevarlos hasta su nivel terminal de forma inmediata sería, en su opinión «una opción muy poco recomendable dada la enorme incertidumbre que caracteriza al actual entorno económico». «La política óptima en este caso es intervenir en contra de la tendencia, endureciendo la política monetaria lo suficiente para permitir un cierto aumento transitorio de la inflación por encima del objetivo, así como una reducción del PIB por debajo de su nivel potencial», ha añadido.