Energías renovables
Qué es, cuánto cuesta y cómo se gestiona el autoconsumo energético en las comunidades de vecinos
Las comunidades de propietarios, como las viviendas unifamiliares, también pueden poner paneles solares y producir su propia energía eléctrica
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En contra de cierta creencia popular, el autoconsumo eléctrico no es algo exclusivo de las viviendas unifamiliares. Las comunidades de vecinos también pueden colocar paneles solares y producir su propia energía eléctrica. De hecho, las instalaciones para autoconsumo se pueden poner en bloques de pisos, y existe una nueva normativa destinada a que sea más sencillo ponerse de acuerdo entre los propietarios.
La Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) señala que, al instalar paneles fotovoltaicos, todos los vecinos pueden beneficiarse del ahorro con la energía fotovoltaica y disminuir su dependencia de las compañías eléctricas y los proveedores externos.
El autoconsumo colectivo se basa en una instalación de energía renovable para autoconsumo que distribuye la electricidad entre un grupo de consumidores, según un reparto acordado previamente. Los consumidores se conectan directamente a las placas solares sin que la electricidad tenga que pasar por la red eléctrica de distribución.
Como se suele producir más electricidad a mediodía, cuando muchos vecinos están fuera de sus casas, estas instalaciones suelen acogerse al sistema de «compensación de excedentes»: vierten a la red la energía no consumida y reciben una compensación económica, pues esos kilovatios se les descuentan de su factura mensual según un precio acordado.
¿Cuánto cuesta su instalación?
Cada instalación es diferente del resto, por lo que el coste pueden variar mucho, lo que hace oscilar también el plazo de amortización. Además, la OCU aconseja comprobar en cada caso las posibles subvenciones y si hay alguna rebaja del IBI en el municipio para los edificios que los instalen.
Lo ideal es pedir siempre al menos tres presupuestos a empresas especializadas y que hagan un estudio de la cubierta. El estudio tiene que indicar las siguientes cuestiones: qué cantidad de energía se producirá (potencial energético), el presupuesto del proyecto, cuánta de esa energía se podrá aprovechar para el autoconsumo y cuánta se verterá a la red, así como el retorno económico que se espera. Es recomendable que la potencia instalada no sobrepase el 60 % del consumo previsto.
Distribución de los costes
A la hora de gestionar el autoconsumo colectivo, hay que repartir cómo se va a pagar la instalación y cómo se va a distribuir la energía que produzca. Para que quede constancia de todo, en el acta de la junta de la comunidad de propietarios tiene que quedar registrado tanto el acuerdo de participación económica como el reparto de la energía entre los participantes.
Por un lado, la inversión para la instalación y los gastos de mantenimiento se pueden vincular con el reparto de energía generada o seguir otros criterios, como el de las cuotas de participación en la comunidad de vecinos o cualquiera que se fije por acuerdo de todos los participantes. Lo más sencillo es que cada consumidor aporte una parte del coste de forma proporcional a la cuota de reparto energético.
Reparto de la energía entre los propietarios
Respecto a la distribución de la energía generada, es posible elegir el criterio de reparto: según la potencia contratada por cada vecino en su domicilio, según la participación en los costes de la instalación o en función de la cuota en la comunidad de propietarios.
Sea cual fuere el criterio escogido, el reparto deben firmarlo todos los participantes. Los coeficientes pueden ser iguales para todas las horas o diferentes para cada hora del año (pudiendo llegar hasta los 8.700 coeficientes distintos para cada consumidor) según los hábitos. La única restricción es que sumen 1 para todas las horas.