Una oportunidad de oro para testar el teletrabajo
«El teletrabajo favorece la conciliación, reduce las emisiones de CO2 y puede ser una oportunidad para la España vaciada»

La crisis provocada por el coronavirus ha animado a muchas empresas en España y en todo el mundo a fomentar el teletrabajo para evitar posibles contagios y como medida de protección de los trabajadores con patologías previas y, por tanto, más vulnerables ante ... la extensión del virus. Aunque se trata de una medida en principio excepcional y que se toma con carácter temporal, lo cierto es que es una oportunidad de oro para comprobar si es posible sacar o no adelante las tareas, para medir cómo afecta a la productividad de los empleados esta nueva forma de trabajar e incluso para comprobar el grado de satisfacción de los trabajadores.
Está claro que el teletrabajo no se puede aplicar en todas las empresas: en una fábrica, en una imprenta o en un comercio se seguirá necesitando que los empleados acudan cada día a sus puestos; y también es cierto que incluso en las empresas de servicios en las que sí se pueden realizar trabajos desde casa se seguirá necesitando acudir a la oficina de manera puntual. Pero los resultados de esta experiencia piloto, que muchas empresas están haciendo obligadas por circunstancias excepcionales, pueden dar un fuerte empujón al teletrabajo, ya que, sin duda, es una interesante opción que puede servir para minimizar muchos de los problemas que tienen planteados en estos momentos las sociedades occidentales .
El teletrabajo es, sin duda, una buena fórmula de conciliación para trabajadores con hijos. Además, si se convierte en habitual en muchas empresas permitiría reducir el número de desplazamientos en horas punta, con lo que en las grandes ciudades mejoraría el tráfico y se reducirían las emisiones de CO2 . Y, por último, también puede ser una oportunidad para la España vaciada . Si desde cualquier punto de España se pudiera acceder con facilidad a internet, a una velocidad adecuada, y solo fuera necesario desplazarse a las oficinas de la empresa una vez a la semana o incluso menos, no sería necesario que todo el mundo se concentrara en los grandes núcleos urbanos, los jóvenes no se verían obligados a abandonar sus pueblos e incluso algunos podrían volver. De momento habrá que esperar a ver cómo funciona el experimento.
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