Una oportunidad para hacer empresas más responsables
La crisis no es una excusa para aparcar la RSC. Es una oportunidad para relanzarla
Ser una empresa sostenible y éticamente responsable con su capital humano, con el medio ambiente y con la sociedad en la que desarrolla su actividad ha dejado de ser una opción marginal o una estrategia de cara a la galería , para convertirse en una exigencia y en una oportunidad para hacer más y mejores negocios, tener acceso a fondos europeos y mejorar la reputación de las compañías ante sus clientes, sus proveedores, sus trabajadores y la sociedad en general. Podría pensarse que en un momento como este, en el que la crisis económica ha azotado con dureza a muchas empresas, sobre todo en los sectores relacionados con el comercio y la hostelería, hay que dedicarse a sacar adelante la compañía como sea y que todo lo demás es secundario. «¡Ya apostaremos por la sostenibilidad y la responsabilidad social cuando venga momentos mejores!», se plantearán algunos. Pero lo cierto es que las crisis son también la mejor oportunidad para dar un golpe de timón y para hacer una apuesta decidida por lo que, sin duda, es el presente pero sobre todo será el futuro.
En los últimos meses hemos visto como muchas empresas, de manera casi espontánea, se han adaptado para prestar un servicio a los ciudadanos de sus pueblos o ciudades. Algunas compañías han dejado de fabricar coches para fabricar respiradores, otras en lugar de hacer camisas, han dedicado sus máquinas de coser a hacer mascarillas. Restaurantes que vieron cerradas sus puertas se volcaron en preparar comidas para quien lo necesitaba. Iniciativas múltiples que no solo han prestado un gran servicio a la sociedad, sino que, sin duda, han servido también para mejorar la reputación de estas pequeñas o grandes compañías.
Y queriéndolo o sin querer, también se puede considerar responsabilidad social lo que han hecho la mayoría de las empresas de nuestro país, al facilitar con teletrabajo y con horarios flexibles que los padres con hijos pequeños pudieran adaptar sus jornadas laborales a las necesidades de su familia. Todas estas iniciativas, puestas en marcha de manera espontánea, prácticamente sin planificación previa, han demostrado que cuando la situación lo exige la empresa española puede estar a la altura de las circunstancias . Lo importante es que en el futuro próximo se aproveche esta inercia provocada por la pandemia para continuar con políticas responsables. Y ahí las administraciones, las españolas, pero especialmente las europeas, tienen un papel importante que jugar.
La crisis económica en la que el coronavirus nos ha envuelto va a provocar que este año 2021 que estrenaremos en unos días vaya a ser muy complicado para muchas empresas, que tendrán muy difícil subsistir si no es con ajustes. Pero eso no puede hacer pensar que hay que dejar al lado las políticas responsables. Cada vez son más los inversores que solo invierten en empresas socialmente responsables, o los clientes que tienen en cuenta cómo se comportan las empresas a la hora de comprar sus productos . Y el reparto de los fondos europeos para la recuperación también premiará a las empresas más comprometidas. Según las reglas de reparto de estos fondos, las empresas que trabajen por la cohesión social y el cuidado del medio ambiente tendrán preferencia a la hora de optar a esas ayudas. Ser socialmente responsable se ha convertido en la mejor opción para sobrevivir a la crisis.