CUENTAS SIN CUENTOS
El espejismo del bajo coste de la deuda
Gastar y endeudarse como si eternamente nos fuésemos a financiar gratis sería un enorme error
Esta semana por primera vez en su historia España ha subastado bonos a diez años a tipos de interés negativos . A diferencia de la crisis de 2008, cuando el Tesoro llegó a pagar casi un 7% por colocar este tipo de deuda, ayer los compradores pagaron al Reino de España un 0,016% del importe adquirido. Es, sin duda, una buena noticia para un país tan endeudado como el nuestro , que durante la pandemia ha visto dispararse el agujero de sus cuentas, y que debe ya más de 1,3 billones de euros, un 114% del PIB y 100.000 millones más que hace un año.
El continuado descenso de los tipos de interés está permitiendo contener el incremento del pago de intereses por la deuda, pese al crecimiento de su cuantía. De hecho, al finalizar el mes de noviembre el coste de la deuda en circulación cayó hasta el 0,18% y el tipo de interés del stock de deuda se situó en el 1,86%. Esto explicaría que la partida destinada al pago de intereses de la deuda prevista en los Presupuestos para el próximo año apenas varíe un 0,4%. Eso sí, sigue siendo una partida muy abultada, más de 31.000 millones de euros. De hecho es la partida más abultada del Presupuestos de gastos del Estado, excluyendo las pensiones. Supera incluso los recursos del Ministerio con más presupuesto: el de Inclusión, Seguridad Social e Inmigraciones, que no llegan a los 30.000 millones; y multiplica por más de tres el dinero público destinado a Defensa o Interior, por seis, lo que recibe el Ministerio de Educación y es diez veces mayor que el presupuesto del Ministerio de Ciencia, Sanidad, Industria o Justicia.
El Ministerio de Economía aseguraba el jueves que el descenso del coste de emisión de la deuda y la emisión de bonos con tipos negativos eran un reflejo de «la confianza de los inversores en la eficacia de las medidas adoptadas por el Gobierno español». Y añadían que es también «un mensaje de confianza en la recuperación y futuro de la economía española». Y aunque se pueda entender que desde el Gobierno se diga esto, mucho me temo que la rebaja del coste de la deuda no se debe precisamente al buen hacer de la política económica, ni a los expansivos presupuestos aprobados por el Ejecutivo de coalición, sino que más bien se explica por la política monetaria expansiva del Banco Central Europeo (BCE) , que, a diferencia de lo que ocurrió con la crisis financiera de 2008, dejó muy claro desde que estalló la pandemia que pondría encima de la mesa toda la artillería que fuera necesaria para garantizar la financiación de los estados. Esta misma semana, el BCE ha anunciado una nueva batería de estímulos, que incluyen un aumento de 500.000 millones de euros del plan extraordinario de compras de deuda, que asciende así a un total de 1,85 billones . El plan, además, se prorroga hasta marzo de 2022 lo que significa que se garantiza a los estados financiación barata al menos hasta ese momento.
El riesgo que se corre es que los gobiernos, al igual que las personas y las familias, pueden caer en la tentación de pensar que no pasa nada por gastar de más y por endeudarse, porque la financiación es muy barata. Pero esta situación no deja de ser un espejismo, porque la deuda estará ahí y la financiación barata no será eterna . Lo que debe hacer España es presentar un plan creíble de reconducción del gasto y de la deuda pública para cuando los países se proclamen vencedores en esta batalla contra el Covid y la economía vuelva a funcionar a pleno rendimiento. Es importante que cuando los tipos vuelvan a subir, que lo harán, España haya vuelto a la senda de la estabilidad y la deuda esté en proceso de reducción. Actuar como si eternamente nos fuéramos a financiar gratis sería un enorme error.
Las cifras . La deuda del conjunto de las administraciones públicas superó en septiembre los 1,3 billones de euros con lo que marcó un nuevo máximo histórico y se situó en el 114,1% del PIB, según los datos publicados el viernes por el Banco de España. De acuerdo con estas cifras, la deuda ha aumentado en 104.000 millones en el último año y 17.023 millones entre julio y septiembre.