Verdades y mentiras sobre los beneficios de desconectar durante las vacaciones

La rutina, aunque creamos que no, es beneficiosa para todos ya que nos estructura la mente, permite organizarnos y llevar un orden

EFE

ABC

Inmersos ya en el mes de agosto, la mayoría de trabajadores solo piensan en las ansiadas vacaciones y las ganas de desconectar al máximo, dejando atrás la rutina diaria. Y es que nuestro cuerpo y mente necesitan descansar cada cierto tiempo para volver con las pilas 100% recargadas.

Pero, ¿qué beneficios y qué contras conlleva la desconexión total en verano? Según, Laura Llobet, psicóloga de mediQuo -el chat médico donde consultar directamente con médicos y especialistas de la salud-, «cuando pensamos en vacaciones, la mayoría piensa en todos los beneficios que nos aportan. Pero, ¿es totalmente cierto?». Además de explicar los beneficios que tiene desconectar en verano, la psicóloga de mediQuo ha querido analizar los contras con los que nos podemos encontrar al alejarnos tanto tiempo de la rutina que llevamos marcada durante todo el año.

Es cierto, según la especialista, que cuando nuestro cuerpo y sobre todo nuestra mente están descansados y sin altos niveles de estrés, se nos permite ver todo desde una óptica más amplia y, por ello, aparecen nuevas ideas . También, una desconexión total en vacaciones nos posibilita tener más tiempo libre para realizar aquellas actividades que nos motivan, como hacer deporte, leer, reunirse con los amigos o pasar tiempo en familia, entre otros, ya que durante el resto del año no tenemos tanto tiempo de llevarlas a cabo. Además, después de un periodo de vacaciones, volvemos descansados y desconectados. En consecuencia, nuestra motivación aumenta y nuestras ganas de hacer cambios e implicarnos en el trabajo también .

Por contra, la vuelta a la rutina, al trabajo o al colegio se hace complicada. La rutina, aunque creamos que no, es beneficiosa para todos ya que nos estructura la mente, permite organizarnos y llevar un orden. Asimismo, tras una desconexión total, volverse a organizar y estructurar la psique se torna complicado y, en muchas ocasiones, es difícil recuperar el ritmo . Además, al volver del verano hemos de retomar todo aquello que habíamos dejado en el aire y eso puede llegar a producirnos estrés y un esfuerzo mayor de lo habitual.

Aunque, a pesar de ello, Llobet asegura que «hay que disfrutar de las vacaciones y desconectar, pero sin olvidarse de buscar un equilibrio para que a la vuelta a la rutina podamos decir que las vacaciones han sido productivas y nos han servido para que nuestra mente vuelva cargada de energía positiva».

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