Vacaciones frustradas por la subida de precios: «Iremos de excursión y de feria, como antiguamente»
En el verano de la recuperación turística, la inflación ha obligado a un 21% de las familias a cambiar sus planes. Se prevén escapadas más cortas y reservas más tardías
Acaba de empezar el verano más esperado , después de dos años de restricciones e incertidumbre. Pero a Carmela y su familia este año les tocará quedarse en Madrid. La situación económica les obliga a apretarse el cinturón y renunciar al ocio. Ella se quedó ... en paro en octubre y, aunque su marido trabaja, pasar dos semanas en la playa, como hacían antes, se ha convertido hoy en un lujo inasumible . «Como yo no estoy trabajando, nos planteamos irnos con mis tres niños al menos siete días, pero este año una semana nos cuesta más cara que antes dos. Súmale comidas, gasolina... Si solo ir a comprar da hasta miedo: llevas 50 euros y te vuelves con cuatro cosas», lamenta.
Por eso, este verano lo pasarán «c omo antiguamente, de feria en feria y haciendo algunas excursiones para sacar a los niños de la rutina», relata con algo más de optimismo. Ellos tienen la suerte de que pueden contar con la piscina de sus padres –con los que viven desde que tuvieron que mudarse porque su propio alquiler subió hasta los 900 euros–, donde los pequeños disfrutan al máximo. Cualquier plan de ocio, como ir al cine o salir a cenar, se dispara de precio para las familias numerosas. «Soy optimista porque tengo 33 años y espero encontrar trabajo , pero con la situación económica, ya sea por la pandemia o por la guerra, llevamos tanto tiempo así que ya no sé...».
Como la familia de Carmela, un 21% de los españoles ha cambiado sus planes de vacaciones para este año debido a la crisis y la inflación (un 8,7% en mayo, según datos del INE). «También es muy revelador el dato de que el 33% de los españoles ha recortado actividades sociales como ir a bares o restaurantes , servicios que tienen que ver con el turismo», explican desde la OCU.

Si bien tanto Elena como su marido trabajan, han decidido, ante la subida de precios, ser cautelosos y modificar sus planes de ocio para que sus cuatro hijos puedan disfrutar este verano. «Ya nos gustaría irnos tres semanas o un mes, pero es imposible. Siempre intentamos viajar en familia, pero no es nada fácil, porque tenemos que coger varias habitaciones y mis hijos son aún pequeños . Y son carísimos, como los apartamentos con dos o tres habitaciones», cuenta esta madre. El IPC de mayo constata que esta tendencia es más que una percepción de los futuros turistas: los hoteles cuestan un 45,4% más que el año anterior, los vuelos internacionales un 9,8%, el gasóleo un 33,9% y la gasolina un 23,5%. « Así que iremos primero a veranear a casa de mis padres y luego, si podemos, intentaremos escaparnos una semana. Por el momento, como trabajamos, los niños están en el campamento, y trataremos también de hacer planes por Madrid».
Sin tiempo ni dinero
Pese a la incertidumbre económica, el sector turístico sigue siendo optimista, principalmente porque el 89% de los españoles reconoce que quiere salir, aunque con cautelas . A pesar de que un 37% de los viajeros ya ha hecho alguna reserva, según el informe veraniego del Observatorio Nacional del Turismo Emisor publicado hace unos días, hay otro grupo importante (31%) que hará su reserva lo más tarde posible para estar seguros. Además, hay un 12% que ya ha decidido que no viajará, principalmente por motivos económicos: un 25% por la subida de precios, un 20% por un descenso de sus ingresos y un 5% por otras razones. La falta de tiempo por trabajo o estudio condiciona al 23% de los españoles. Un 12% aduce motivos relacionados con la pandemia y un 2% reconoce que teme las consecuencias de la guerra de Ucrania, una opinión que, según los autores del informe, está relacionada también con la economía.

«Antes de la pandemia nos íbamos siempre, a veces con los nietos, otras veces con los hijos, pero los dos últimos años no salimos por precaución. Y este verano no hay potencial económico. Igual en septiembre si mi hija coge vacaciones», admite Fernando, un «abuelo canguro», como se autodenomina orgulloso. Consciente de que muchos mayores, como él, pasan los meses estivales con sus nietos, este jubilado ha ayudado a organizar un campamento para abuelos y nietos en la sede de la asociación de mayores Acumafu. «Ya hay una decena de mayores apuntados. Tenemos preparados juegos, paseos para conocer la flora y la fauna local, talleres de relatos...», explica inquieto. A lo que no querría renunciar es a visitar su pueblo, Alcázar de San Juan (Ciudad Real). «Pasamos allí unos días, v emos a la cuadrilla y la familia y así gastamos menos. Aunque con el precio de la gasolina hasta eso hay que pensárselo ya. Como las salidas a restaurantes de algunos domingos, que las hemos reconvertido, en versión casera, en las paellas de la abuela. Y que no falten».
Los españoles gastarán una media de 610 euros por persona este verano. Es el primer aumento en dos años, aunque no llega a las cifras prepandemia
El Observatorio Nacional del Turismo Emisor, en el que participan importantes empresas del sector, confirma que este verano se acortará la duración de las vacaciones. El gasto medio previsto, 610 euros por persona, aumenta respecto a los dos últimos años, aunque no llega aún a las cifras prepandemia.
Los jóvenes, sin margen de ahorro
Pamela y su prometido, Michael, después de dos veranos separados por la pandemia y un viaje a Australia para conocer a la familia de él , han optado por un verano con escapadas exprés de un día a la playa en el bus playero que fleta la peruana Miluzca Arias desde hace ya varios años. Él está aún estudiando Ingeniería Aeronáutica y ella acaba de terminar un módulo de pastelería por lo que no pueden excederse mucho más: «Miramos otras vacaciones pero nos convienen más estas escapadas porque ir en coche es carísim o. Nos planteamos incluso dormir en el automóvil, pero estos viajes exprés grupales nos dan más seguridad. Además, como él tiene lejos a su familia, se encuentra así más arropado», relata Pamela mezclando inglés y castellano, traduciendo a su novio, al que conoció precisamente en una excursión al Santuario de Lourdes. Un flechazo divino.
«Al final me voy unos días gracias al dinero que he conseguido vendiendo ropa que mi madre y yo no usamos en Vinted»
De las dificultades que tienen los jóvenes para ahorrar y permitirse unos días de desconexión da fe también Patricia, farmacéutica de 27 años, que trabaja como becaria en un laboratorio. El alquiler del piso en el que vive con su pareja, en el centro de Madrid, se come el 75% de su sueldo. Apenas le quedan 150 euros para el resto de gastos: «Al final me voy unos días con unas amigas a Cádiz , aunque nos ha costado carísimo, gracias a un dinero extra que he conseguido vendiendo ropa que mi madre y yo ya no usamos en internet ».
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