Así utilizan las empresas el «genoma humano» de sus trabajadores
Accenture, junto a varias grandes compañías, ha puesto en marcha una herramienta para recopilar todos los datos laborales de sus empleados en pos de saber a qué proyectos destinarles y en cuáles se sienten más cómodos
España se conecta, sin prisa pero sin pausa, a las nuevas tecnologías. Las grandes empresas más que las pymes, pero todas avanzan. Big data, machine learning, inteligencia artificial... todo suma en pos de mejorar la eficiencia y productividad de las compañías. Siempre pensando en el cliente, en cómo vender más de puertas para afuera, en aplicaciones que mejoren la operativa... pero ahora el paradigma está empezando a cambiar con nuevas maneras de aplicar esas herramientas. No tanto hacia el exterior sino mirando hacia dentro de la propia empresa.
Accenture ya está probando un nuevo desarrollo del uso de los datos destinado a sus empleados. Para ganar en eficiencia en sus proyectos, sí, pero también para satisfacer las necesidades laborales de sus trabajadores -y de otras empresas con las que ya están trabajando en pruebas piloto-. Se trata del llamado «genoma humano» o «genoma del talento» , que consiste utilizar el big data para dirigir a los empleados hacia aquello que mejor sepan hacer y más les interese.
«Lo que hacemos es recopilar la mayor cantidad de datos de los empleados y tenerlos disponibles para poder explotarlos. Todas las organizaciones tienen información sociodemográfica de sus trabajadores, de su desempeño, de su formación, de sus proyectos, de su experiencia profesional... Todo está disperso en diferentes sistemas y no está conectado, con lo que no tienen capacidad para sacar información útil», explica Luis Díaz, responsable de Consultoría en Talento y Organización de Accenture en España, Portugal e Israel. Incluso, cuentan con estadísticas de quién «vende» más o menos dentro de una organización.
En suma, se trata de analizar cada detalle de la vida laboral de los trabajadores para saber dónde podrían ser más productivos, dónde realizarían mejor su tarea... pero también dónde se sienten ellos más cómodos. Realizar un mapa de las características y conocimientos de cada persona, configurar sus relaciones y ver cómo se la puede reconvertir a lo que le resulte más atractivo y pueda dar una mejor respuesta.
Del mundo de los negocios al de las personas
Esta idea no es casual sino una evolución de lo que ya realizan las empresas. Siempre se ha pensado en los procesos y en el cliente pero poco «de puertas para dentro». «Es una de las cosas que estamos intentando traer del mundo del negocio al de las personas» , dice Díaz.
La consultora tecnológica, que cuenta por millares su número de científicos de datos en plantilla para el conjunto de proyectos, ya tiene implantado en su propia compañía este modelo. Aún es pronto para conocer los resultados pero ya hay grandes sociedades interesadas en su aplicación. «Estamos en una fase bastante incipiente. Solo hay unas pocas empresas que lo están poniendo en marcha , pero con el tiempo se comoditizará y todas lo aplicarán», detalla el responsable de Accenture.
Gigantes empresariales españoles cuentan ya con esta herramienta en sus ambientes de trabajo, aunque hay sectores concretos que son más propicios a interesarse: el biotecnológico, el farmacéutico, el financiero y el de telecomunicaciones . A lo que hay que añadir también ciertos contactos de compañías industriales. El uso del «genoma humano» se abre paso, aunque también surgen interrogantes.
La hiperespecialización y la vigilancia extrema son los contras de esta innovación
El dilema de la hiperespecialización es uno de ellos. Con esta aplicación de la tecnología lo que se busca es encontrar los proyectos concretos en los que un empleado es más útil, lo que se traduce en un cierto abandono de otras generalidades. «Los empleados ya no hacen solo lo que las empresas piden, sino que tienen mucho más poder, especialmente si pertenecen a esa nueva generación que puede elegir dónde trabajar por sus conocimientos», defiende Díaz. En este sentido, el responsable de la consultora recalca que ahora los trabajadores tienen mucho poder de decisión; no se adaptan ellos tanto a la empresa, sino que esta se amolda en parte a ellos. «Hay gente que valora la hiperespecialización y otros ser generalistas. Se debe llegar a un equilibrio y darle al empleado lo que necesita», destaca Sara Morales, manager de Spring Professional. Todo sea por permitir a cada cual « sentirse experto , un concepto tan clave hoy día», añade, refiriéndose a que cada vez está más de moda considerarse a uno mismo como tal en una materia concreta o una herramienta.
El otro problema del «genoma humano» radica en el factor «Gran Hermano» que tiene analizar cada detalle del personal laboral. «La información es poder. El quid de la cuestión está en cómo gestionamos eso para que sea saludable y el trabajador no sienta que le evalúan a cada momento. Tiene que sentirlo como un acompañamiento», explica Morales. Misma postura mantiene Accenture, que también sostiene que cuentan con restricciones legales a la hora de recopilar esos datos . No es una barra libre, sino que el control sobre esa información lo tiene el empleado. Libertad para decidir cómo progresar.
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