Uber se olvida de Barcelona e inaugura en Lisboa su servicio de bicis eléctricas compartidas

«Jump», su nueva aplicación, debuta así en la península ibérica y elige la capital portuguesa como segundo emplazamiento europeo, después de Berlín

Lisboa es la segunda ciudad europea, después de Berlín, donde se concreta esta nueva línea de actividad ABC
Francisco Chacón

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Mientras las oportunidades de negocio se le cerraron a Uber en Barcelona debido a la restrictiva legislación autonómica, la compañía estadounidense abre de par en par las puertas de sus inversiones en Lisboa incorporando las bicicletas eléctricas compartidas, que implanta en la capital portuguesa por primera vez en la península ibérica. Es la segunda ciudad europea , después de Berlín, donde se concreta esta nueva línea de actividad, todo un éxito en San Francisco, Chicago, Seattle o Los Ángeles.

Cualquier usuario que acceda a la aplicación de Uber en la cuna del fado puede elegir ya entre automóvil convencional, automóvil eléctrico (Uber Green) y bicicleta ídem (Uber Jump) , en función de la prisa que tenga y de su demanda personal: ¿Desplazamiento? ¿Paseo?

Por tanto, se trata de la competencia para los operadores auspiciados por los ayuntamientos, pero con una diferencia muy clara que apunta directamente a la comodidad de los usuarios: los vehículos de dos ruedas pueden dejarse donde el cliente quiera, es decir, no se requiere acudir a un punto establecido… siempre que sea un lugar apto para aparcar bicis, aunque de forma aleatoria.

Así se gana en flexibilidad gracias a Uber Jump y, en cambio, la explotación municipal que funciona en Madrid o Sevilla exige estacionar en los lugares habilitados para tal fin.

Lisboa comienza con una flota de 750 unidades , disponibles para ser utilizadas en el 90% del perímetro urbano. Así lo justificó Ryan Rzepecki, cofundador y gerente de Jump: « Lisboa se ha convertido en un punto crucial y en una referencia para la comunidad tecnológica». Unas palabras relativas a la explosión de empresas vinculadas a internet que se vive a orillas del Océano Atlántico desde que la Web Summit se instaló en el Parque das Naçoes.

Después de la plaza lisboeta, donde la promoción arranca con 10 días de utilización gratuita (hasta dos minutos de prueba, máximo dos viajes), Uber extenderá esta opción a otras ciudades europeas a partir de la primavera. En todos los casos, con una velocidad de hasta 25 kilómetros por hora, precisamente debido a que se trata de bicicletas eléctricas.

La empresa norteamericana ha encontrado una alianza total en el área de Urbanismo del Ayuntamiento de la capital portuguesa. Tanto es así que el concejal de Movilidad y Seguridad, Miguel Gaspar, anticipó que los 3.000 sitios para estacionamiento de bicis que salpican las calles se verán complementados en breve con otros 4.000 más a causa del desembarco de Jump.

De acuerdo con sus palabras, «todas estas empresas comparten con el Consistorio los datos acerca de dónde están las bicicletas, dónde se hallan aparcadas, etcétera». En consecuencia, prosiguió: “Esto nos permite ajustar las reglas y vamos mejorando los procesos de reubicación y fiscalización”.

Jump era una «start-up» de Estados Unidos que fue adquirida en abril de 2018 por Uber, previo pago de 175 millones de euros. Ahora el negocio está en fase de despegar en Europa, con la garantía de que las unidades (fabricadas en China) incorporan un candado que debe enlazarse a alguna pieza del mobiliario urbano… a través de una sencilla operación en el teléfono móvil.

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