El trabajo cualificado se hace fuerte en el mercado laboral

Con un 35,2% del total, este tipo de empleos tocó en 2021 su máximo histórico, a pesar de la desigualdad entre autonomías

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Nuevos tiempos, más y mejor talento. A medida que la digitalización y la transformación tecnológica se han acelerado en las empresas, el empleo de alta cualificación ha ido ganando terreno en el mercado laboral. Al cierre de 2021, las ocupaciones directivas, técnicas, científicas y profesionales alcanzaron un nuevo máximo histórico, un 35,2% del total y siete décimas más que el curso anterior, según el último «Monitor Adecco de Oportunidades y Satisfacción en el Empleo». Hace veinte años, este porcentaje no alcanzaba el 28%.

El giro hacia el talento cualficiado se intensificó a lo largo de 202:se crearon 840.600 puestos de trabajo (+4,3% interanual), de ellos, 465.900 fueron de alta cualificación (+7%) y los restantes 374.700 de media o baja (+3%). «Esta es una buena noticia en momentos donde la recuperación de la economía y el empleo exigen una apuesta decidida por la formación continua y la recualificación de personas, tanto desempleadas como aquellas que trabajan en sectores con bajas retribuciones», reconoce Javier Blasco, director del Adecco Group Institute. Pero este experto avisa de los frenos que amenazan este despegue: «La nueva configuración legal –más rígida– de los contratos formativos, las incertidumbres sobre la entrada en vigor del nuevo modelo de formación profesional dual y la nueva Ley de Universidades, y el retraso de nuestro país en las inversiones en formación para el empleo, arrojan muchas sombras sobre esta necesidad esencial de nuestro mercado de trabajo».

El análisis de Adecco sobre los datos del INE también revela un desigual reparto territorial del trabajo cualificado. La proporción de este tipo de empleo en el total de la ocupación aumentó en 13 autonomías, con La Rioja (2,9 puntos), País Vasco (1,8) y Andalucía (1,6) cosechando los mayores incrementos.

Madrid mantiene el liderazgo de este tipo de empleo, con un 45,3%, del total, pese a una ligera reducción interanual de 4 décimas. País Vasco (40,6%) supera también el 40%. Y sólo cinco comunidades se sitúan por encima de la media del 35,2%, con Castilla-La Mancha (27,6%) y Extremadura (25,6%) muy lejos de la cabeza de la tabla. Sin embargo, Diego Barceló investigador del Adecco Group Institute, no cree que se pueda hablar de «una España a dos velocidades» en materia de empleo cualificado. «Si dejamos de lado los casos extremos (Madrid y País Vasco, con las mayores proporciones, y Extremadura y Castilla-La Mancha, las dos más bajas), la situación del empleo cualificado es relativamente homogénea y responde, entre otras cosas, a la estructura económica de cada región. Por ejemplo, en la Hostelería y el Comercio, con presencia abrumadora de pequeñas y microempresas, es difícil o imposible crear empleo de alta cualificación».

Impulso europeo

Este experto cree que, por su propia naturaleza, los fondos europeos pueden dar un impulso a estos empleos. «En una primera etapa (diseño de proyectos, evaluación, concesión de ayudas...), todo el proceso de los fondos está vinculado a empleos de alta cualificación». Pero matiza que «el impacto a largo plazo dependerá del tipo de proyecto y de la mano de obra asociada al mismo».

Barceló también recuerda que hay retos por resolver para apuntalar el despegue de este empleo cualificado. «Algunos puntos importantes para la capacitación de los trabajadores y futuros trabajadores pasaría por ampliar la oferta formativa tanto en cantidad (más oferta en módulos industriales, sanitarios y tecnológicos, por ejemplo, en algunos territorios) como en tipología de cursos que permitan que la FP siga “alineada” con las demandas del mercado (nuevas tecnologías: IOT, IA, big data, drones, vehículos autónomos, block-chain...)», apunta este experto.

En el seno de las empresas, trabajadores y compañías deben apostar «por un ‘reskilling’ y ‘upskilling’ prácticamente continuo», aconseja Barceló. Y sería recomendable «hacer una labor de divulgación de titulaciones (grados, FP y formación para el empleo) que siguen teniendo mayores posibilidades de empleo, mayor retribución, y muchas de sus vacantes se quedan sin cubrir (electromecánica, por ejemplo) e implantar desde las mejores prácticas (País Vasco) la extensión en todos los territorios de la FP dual, como modalidad con una contrastada eficacia en otros países. Muchas vías de exploración para que el empleo de calidad siga ganando terreno.

Una guerra abierta

«La mayor preocupación de los empleadores es la falta de perfiles cualificados y la guerra por el talento». Así de contundente se mostraba esta semana Jesús Echevarría, presidente de Randstad España, Portugal y América Latina, en una nueva edición de los ‘Desayunos Esade’, organizados por Esade Alumni en colaboración de Criteria Caixa. Durante su intervención, Echevarria explicó que «las compañías internacionales compiten por los mismos perfiles y, gracias al teletrabajo, en muchos casos, este talento no tendrá ni que desplazarse». La razón de esta guerra por el talento es, según comenta Echevarría, la falta de perfiles cualificados en España: «Cerca del 60% de los desempleados no tiene formación y apenas el 54% de la población activa cuenta con estudios universitarios o de Formación Profesional». «Esta es una de las necesidades que debemos dar solución como país», aseguró.

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