Especial Alimentaria
Toda la carne en el asador para mejorar la sostenibilidad y el bienestar animal
La industria cárnica, que representa más del 28% de todo el sector alimentario español, apuesta por la innovación para apuntalar su fortaleza
A pesar de haber sido protagonistas de recientes polémicas sobre su calidad y sostenibilidad, lanzadas de forma sorprendente por un enemigo que estaba en casa, el sector cárnico español sigue dando muestras de fortaleza . En 2021 una cifra de negocio de 31.727 millones de euros, el 28,5% de todo el sector alimentario español. Poniendo en contexto esta dimensión con el conjunto de la industria española, supone el 2,55% del PIB total español , el 17,22% del PIB de la rama industrial y el 4,66% de la facturación total de toda la industria española, según los datos facilitados por la Asociación Nacional de Industrias de la Carne de España (Anice).
A pesar del difícil contexto nacional e internacional que se vivió el año pasado, marcado por el Covid, la industria logró seguir su expansión exportadora de los últimos años , alcanzando el récord anual de 3,24 millones de toneladas de carnes y despojos y 212.443 toneladas de productos elaborados (un 6,2% superior al ejercicio anterior). Productos que se vendieron en mercados de todo el mundo por un valor de 9.107 millones de euros , prácticamente un 5% más que el año anterior. «Esto representó una balanza comercial muy positiva del 712%, un dato que pone de manifiesto la importancia de este sector para la economía y el progreso global de nuestro país», señalan desde Anice.
«Estamos ante un sector muy maduro, creciendo año tras año, que trabaja mucho para la calidad, la seguridad alimentaria y el bienestar animal. Son tres cuestiones que nos hacen diferenciar a los productos españoles», resalta Ignacio Pons , director adjunto de la Federación Empresaria de Carnes e Industrias Cárnicas (Fecic). Resalta también la capacidad de este sector para exportar, «abriendo mercados y convenciendo a los países terceros», así como todo el esfuerzo que se realiza para conseguir ser sostenible. La industria apuesta también por innovar , «es la forma de progresar, crecer y estar en el liderazgo», afirma Pons. Una innovación que está en el día a día de las empresas y que trae el mercado nuevas gamas de productos.
Los profesionales del sector no esconden su preocupación por el impacto que puedan tener factores como la subida de la luz o de los carburantes. « Somos un sector que por nuestra idiosincrasia exige un gran consumo de luz . Estamos trabajando en ser más sostenibles, utilizar más renovables pero estamos sufriendo y padeciendo la subida del precio de la luz», resalta Pons. En las instalaciones hace falta generar tanto calor como frío y con los precios en aumento «estamos en una situación difícil de gestionar, hay empresas que no lo podrán sostener», añade.
Inversión en calidad
El sector está acostumbrado a recibir muchas críticas, ya sean éstas relacionadas con el bienestar animal, con la emisión de CO2 o por el sistema de producción. Desde Fecuc se recuerda que el sector «invierte mucho en calidad, etiquetado … Invertimos recursos humanos y económicos para posicionar nuestros productos de calidad y somos los primeros que condenamos abiertamente cuando se hacen las cosas mal. Pero esa no es esa la realidad. Como en todos los sectores, hay gente que no hace cosas bien, pero de la excepción no se puede hacer la regla».
Ignacio Pons se lamenta también de las palabras del ministro de Consumo, Alberto Garzón, por considerar que el modelo de producción es insostenible . «Debemos hablar de granjas de intensivo y de extensivo, y hay una regulación europea de cómo debe ser cada una de ellas. ¿Donde está el problema si nosotros cumplimos con la legislación existente? Por la tipología de nuestro territorio, podemos poner un tipo de granja que cumple con lo establecido. Lo que se puede analizar es si España puede tener otros modelos, pero no criticar un modelo que cumple con la legislación», resalta el director adjunto de Fecic. Este tipo de críticas, así como aquellas que piden un menor consumo de carne, «no tienen un impacto inmediato, pero todo va calando en el consumidor», se lamenta.
El sector cárnico hace tiempo que asumió su responsabilidad medioambiental y de bienestar animal, replanteándose su manera de llevar a cabo la actividad y buscando la forma de ser más sostenible. « Existen ejemplos en el ámbito de la lucha del sector contra el cambio climático , donde se lleva haciendo trabajo concreto durante años para encontrar soluciones que permitan reducir el impacto de la ganadería en forma de emisiones de gases de efecto invernadero y/o amoniaco. También en otros aspectos más generales que engloban parámetros de bienestar animal, protección de la biodiversidad, recursos hídricos, etc… », resalta Agustín del Prado , investigador del BC3-Basque Centre For Climate Change e Ikerbasque.
Existen estrategias que podrían ayudar a conseguir procesos más sostenibles a través de aproximaciones tecnológicas. «Por ejemplo, uno de los retos para reducir en lo posible las pérdidas medioambientales es el ajuste de las necesidades de los animales (y las plantas, en el caso de la producción de forraje o alimentación con destino animal) en relación al estado en el que se encuentran diariamente. De esta forma se puede disminuir la cantidad de nutrientes que se pierden en el sistema», indica Del Prado. También es posible monitorizar los animales mediante herramientas tecnológicas de precisión en lo referido a su estado fisiológico, sanitario, productivo, nutricional, reservas corporales y su nivel genético, de tal forma que «permite tener acceso al ‘big data’ que hoy en día es una herramienta accesible al ganadero a la hora de tomar decisiones y gestionar la explotación», explica el investigador.
En relación al cambio climático, son varios y grandes los frentes que tiene por delante el sector. «Por un lado, la ganadería sufre y sufrirá aún más el impacto del cambio climático y tendrá que hacer esfuerzos para adaptarse frente al mismo. De forma directa (con olas de calor, inundaciones etc.) e indirecta (disminución de la disponibilidad de forrajes y piensos: reducciones en las cosechas por sequías, etc.)», indica el investigador. Y por otro lado, el sector necesita reducir sus impactos en gases de efecto invernadero , por ejemplo, vía medidas que reduzcan el metano, óxido nitroso en las granjas (animales y gestión de los purines y estiércoles), el CO2 proveniente del uso energético en la cadena de producción o asociado a impactos en tierras en otros continentes para la producción de piensos) y fomenten una mayor captura de CO2 en suelos (a través de la mejora de la gestión en los pastos). «A nivel global, y conjuntamente para toda la cadena alimentaria, el mayor reto supondrá alimentar a una población creciente global sin aumentar el impacto en emisiones (o incluso disminuirlos)», puntualiza.
Claves
Una potencia mundial del porcino . La industria porcina es la gran referencia en España. El volumen de producción de este subsector español representa el 5,1% del total de la producción mundial. Somos la tercera potencia global. Solo nos supera China, con un impresionante 38,8%, y tenemos ya muy cerca a Alemania (5,2% del total).
El buen síntoma de la balanza comercial . En el pasado ejercicio, las exportaciones de las distintas industrias cárnicas se elevaron hasta los de 9.107 millones de euros, prácticamente un 5% más que durante el curso anterior, llevando el signo positivo de la balanza comercial del sector hasta el impresionante porcentaje del 712%.
Un motor de empleo en el mundo rural . El empleo sectorial directo de las empresas industriales cárnicas suma 105.396 trabajadores, cifra que representa ya el 28,9% de la ocupación total de la industria alimentaria española. El sector cárnico está formado por un tejido industrial de unas 2.800 empresas ubicadas especialmente en zonas rurales y con una base de pymes familiares.
Un 2,55% del total del pib nacional . Con una cifra de negocio de 31.727 millones de euros en 2021, la industria cárnica representa el 28,5% de todo el sector alimentario español. Este significativo volumen de negocio representa también el 2,55% del PIB total español, el 17,22% del PIB de la rama industrial y el 4,66% de la facturación total de toda la industria española.
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