El 'think tank' de Toni Roldán ve la rebaja al carburante como una táctica para frenar la subida de las pensiones

Cuestiona la eficacia del plan del Gobierno para paliar el impacto de la inflación sobre los más vulnerables y sugiere que ha estado condicionado «por la necesidad de cortar el impacto de la escalada del IPC» en las pensiones.

Toni Roldán, director de Esade EcPol, junto al director de Esade Madrid, Mario Lara EP

Bruno Pérez

Impedir a toda costa una subida desmesurada de la factura de las pensiones sin tocar las prestaciones del sistema de Seguridad Social. Ése y no otro es, a juicio del 'think tank' de élite coordinado por el exportavoz económico de Ciudadanos, Toni Roldán, en Esade, el objetivo del plan de medidas de choque contra la inflación aprobado por el Gobierno hace ahora una semana y que tiene la rebaja de 20 céntimos del precio del carburante como su medida más emblemática.

«El objetivo primero del paquete de medidas no es necesariamente atacar la inflación, sino algo más prosaico: frenar la escalada del IPC. Aunque pueda tener efecto real en la evolución de precios, lo que se busca es cortar la conexión entre precios energéticos e IPC , a la vista de que van a ir llegando las revalorizaciones en estos meses. Podríamos pensar en estas medidas como la respuesta a la valoración del coste de oportunidad de no actuar en términos de un mayor gasto y déficit al finalizar el año«, asegura el laboratorio de ideas dirigido por Roldán en un informe lanzado este jueves en el que se analizan las medidas aprobadas por el Gobierno.

El informe cuestiona abiertamente la orientación del paquete de medidas aprobado por el Gobierno, se muestra escéptico sobre su potencial para paliar el impacto de la inflación sobre las personas y los sectores más expuestos a la espiral de los precios de la energía y subraya su incoherencia con la estrategia de transición energética que el Gobierno ha convertido en una de sus banderas.

«Nuestra valoración general es que estas medidas podrían estar mejor dirigidas al apoyo a sectores vulnerables, lo que las haría más eficientes, menos costosas y más respetuosas con los objetivos de descarbonización y transición verde. Sin embargo, su carácter de urgencia y la necesidad de cortar el impacto de la escalada del IPC en transferencias indexadas (como las pensiones) sesga y condiciona las medidas», concluye el informe, sosteniendo su teoría de que el plan busca más rebajar el IPC que amortiguar el impacto de la inflación.

El 'think tank' es particularmente crítico con la medida estrella del plan: el descuento de 20 céntimos sobre el precio del carburante que tantos quebraderos de cabeza está dando al sector de las estaciones de servicio. Recalca que su efecto sobre el IPC apenas llegará a un punto y que tendrá un coste excesivo para las arcas públicas para la eficacia que se espera de la misma. Además, entiende que tendrá carácter regresivo, por beneficiará más a los hogares más acomodados que son los que consumen más carburante; que las medidas de supervisión previstas no garantizan su adecuado cumplimiento; y que golpea el núcleo del proceso de transición energética.

Todo ello le lleva a concluir que «reducir la escalada del IPC, al que están indexados gastos tan importantes como el de las pensiones, es de manera realista uno de los objetivos centrales de esta medida, si no el principal, aunque su efecto se estima en no más de un punto de inflación».

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