Tesla, ¿dónde está el techo?
Las acciones de la compañía de Elon Musk subieron un 700% en 2020, alimentando las dudas sobre la correlación entre la realidad y las expectativas del negocio

2020 ha sido un gran año para los accionistas de Tesla, el fabricante estadounidense de vehículos eléctricos que dirige el excéntrico Elon Musk. Sus acciones se han disparado un 700% , un desempeño espectacular que ensombrece la gran revalorización que han experimentado las cuatro empresas que componen el acrónimo FANG. A lo largo de un año marcado por la pandemia, Facebook ha subido un 35%, Amazon en torno al 80%, Netflix un 64% y Google un 30%. Las acciones de Tesla ya habían experimentado un buen crecimiento durante 2019, cuando su precio incrementó un 25%. Sin embargo, la propagación del Covid ha despertado un súbito apetito por la compañía de Palo Alto, California, ante el creciente interés de los gobiernos por impulsar proyectos medioambientalmente sostenibles para crear una economía más verde y resiliente.
¿Pero justifica el negocio de Tesla que su capitalización bursátil ronde los 630.000 millones de dólares , más que Volkswagen y Toyota juntas? Este año prevé entregar unos 500.000 vehiculos. Es la cifra más alta en su historia, pero para ponerla en perspectiva, en 2019 Volkswagen produjo alrededor de 10,8 millones de vehículos y Toyota 10,7.
«Los inversores en Tesla no compran una compañía de automóviles, sino los desarrollos de la tecnología que ya tienen y que crearán en el futuro», explica Darío García, analista sénior en el bróker XTB. Al igual que Ferrari usa su equipo de alta competición para desarrollar tecnologías para los deportivos que vende en los concesionarios, Musk utiliza su compañía SpaceX como un laboratorio donde crea los nuevos dispositivos que incluirán los vehículos Tesla. «Tesla va a incluir en sus coches toda la tecnología que pueda lograr a través de SpaceX, una empresa de transporte aeroespacial que no cotiza en bolsa», dice García como una de las ventajas competitivas de Tesla.
En ese sentido, está trabajando en el desarrollo de nuevas baterías que podrían llegar a expandir su vida útil a más de 3 millones de kilómetros . El objetivo actual de sus innovaciones es incrementar la autonomía y generar ahorros de fabricación. En un video publicado recientemente en su web, se explica que la nueva batería con celdas 4680 será capaz de aumentar en un 30% la autonomía de sus coches eléctricos. García explica que los actuales modelos de Tesla tienen una autonomía cercana a los 350 kilómetros, pero el objetivo es lograr que las baterías permitan desplazamientos de 1.000 kilómetros.
«El sector de los vehículos eléctricos atraviesa un periodo similar a la carrera espacial de los años setenta», comenta el analista para detallar la creciente competitividad en una industria que cada vez atrae a más jugadores. Se estima que para 2030 habrá unos 27 millones de vehículos eléctricos en todo el mundo, un crecimiento significativo comparado con los 3,3 millones que había en 2019, según un estudio de la consultora MarketsandMarkets. Para 2030, se espera que los vehículos eléctricos configurarán una industria valorada en más de 31.100 millones de dólares, de acuerdo con Deloitte.
Otros importantes jugadores del sector son Nio, XPeng, Li Auto y la estadounidense Lordstown Motors (centrada en camionetas estilo «pick up»). Los tres primeros son compañías con sede en China, el principal mercado actualmente para los vehículos eléctricos. Según el informe de Deloitte, los chinos compran el 50% de los vehículos eléctricos que se venden en el mundo, un porcentaje que permanecerá en el mismo nivel hasta el 2030.
Frente a esas perspectivas, las acciones de los fabricantes chinos cotizadas en la bolsa de EE.UU. han registrado un gran desempeño a lo largo de 2020. Los títulos de Nio se han apreciado un 1.000%, XPeng un 112% y Li Auto un 90%.
Pese a las altas expectativas, García hace un llamamiento a la prudencia porque este es un sector muy nuevo. Por ejemplo, Nio no empezó a entregar unidades de su exitoso vehículo ES6 hasta hace apenas dos años. Entretanto, el ratio PER de Tesla es más de 1.000, un nivel excesivamente superior al PER 18 al que cotizan competidores General Motors o Volkswagen, compañías con décadas de historia. «Tesla es una empresa sobrecomprada porque los ingresos no justifican el precio de la cotización , sin embargo, los inversores la valoran a niveles muy exigentes», dice García.
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