La temporada menos dulce del sector apícola español
La actividad se enfrenta a plagas y a las importaciones baratas de China o Argentina
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El coronavirus introdujo algo de sordina al conflicto del campo español esta semana, tras más de un mes de movilizaciones. La expansión de este virus forzó la suspensión de la concentración ante el Ministerio de Agricultura de los más de 30.000 apicultores españoles, un sector que se ve azotado por su particular tormenta perfecta : a las problemáticas comunes del campo como los precios en origen se unen cuestiones específicas como la fuerte competencia de las mieles importadas de países como China, con un precio alrededor de 1,30 euros/kg, o Argentina, cuya miel cuesta entre 2,10 y 2,30 euros/kg frente a unos costes estimados para las mieles españolas de 2,50 euros/kg.
El sector también sufre plagas como la varroa , un parásito que debilita a las abejas, y las incertidumbres alrededor de las negociaciones de la nueva PAC (Política Agraria Común) que, según la propuesta inicial de la Comisión Europea, en lo que respecta al Plan Apícola vería incrementada su dotación en un 70%. En la actualidad hay presupuestados 13 millones de euros, con financiación nacional.
«Llevamos dos años con la miel en los almacenes de la cooperativa, y la vamos sacando muy a cuentagotas», explica el responsable de la sectorial apícola de COAG Pedro Loscertales . Este apicultor denuncia que le cuesta producir 2,93 euros el kilo y que les están pagando a 2,50 euros/kg. Sin embargo, en su opinión, «el problema está en las importaciones de terceros países y, sobre todo, de China que entra a 1,50 euros/kg en puerto».
Todo ello, en una actividad que en 2018 produjo 36.394 toneladas de miel (29.393,2 toneladas el año anterior) provenientes principalmente de Andalucía (8.502 toneladas), Extremadura (5.298,5 toneladas), Castilla y León (3.106,1 toneladas) y Castilla-La Mancha (2746,6 toneladas). Según los datos más recientes disponibles en el Ministerio de Agricultura, este sector exportó 23.107 toneladas en 2018 destinados a países comunitarios como Francia, Alemania, Italia y Portugal, así como a mercados extracomunitarios como Estados Unidos, Arabia Saudí o Israel.
Esto representa el tercer descenso anual consecutivo en el volumen de exportaciones. Muy lejos quedan las 30.208 toneladas vendidas al exterior en 2015 . De igual modo, tras un repunte en 2017 (33.619 toneladas), las importaciones cayeron hasta las 27.940 durante la campaña de 2018. Al respecto, el profesor de EAE Business School Mariano Iñigo apunta que «está entrando mucha miel de China sin las garantías suficientes y que compiten en precio: es un caso similar al del tomate, además si en el etiquetado no se precisa de forma exacta y los consumidores no sabemos apreciar las diferencias, malo».
Para este experto, muchos de los problemas del sector apícola español son comunes al resto del campo. «Nos tenemos que poner en serio con ellos, porque hay gente que no trabaja en las mismas circunstancias que en Europa», añade Iñigo quien exige que todos jueguen con las mismas normas. En una línea similar se pronuncian desde la sectorial apícola de UPA. Su máximo representante, Antonio Prieto , destaca sobre la miel importada que «no se sabe con qué productos sanitarios se ha tratado, donde se han hecho los controles o cuándo se hacen: queremos que haya transparencia y competir en las mismas condiciones sanitarias, sociales y económicas».
Ya en la reunión del pasado 9 de marzo entre las organizaciones agrarias y el secretario general de Agricultura y Alimentación Fernando Miranda, el Ministerio de Agricultura recordó que dentro de las negociaciones con el campo español se creó una mesa de diálogo sobre el cumplimiento de los acuerdos internacionales y el control de las importaciones. Además, el Ministerio recuerda el rol del Plan Nacional Apícola dentro de la PAC, que para el periodo 2020-2022 destinará a España 16,9 millones de euros (un 14% de los fondos europeos a este fin), siendo el mayor receptor y habiendo recibido desde 1998, un montante de 140 millones.
Interprofesional y varroa
En cualquier caso, para Iñigo (EAEBusiness School) la clave está en «un acuerdo sectorial para que todo el sector hablase con la administración española y esta representase estos intereses ante Bruselas». En su opinión, si no hay unión es complicado buscar soluciones a los problemas de esta actividad y «los compromisos sectoriales siempre han sido más fáciles de implementar que una imposición de fuera». Por este motivo, insta –en línea con Agricultura– a que el sector apícola recupere su interprofesional. Una opinión también compartida por organizaciones agrarias como UPA o Asaja.
Sin embargo, hay problemáticas específicas como la varroa. Un ácaro que amenaza el crecimiento de las abejas, que habitan en las cerca de tres millones de colmenas españolas . Para Pedro Loscertales, de COAG, este parásito «está fuera de control» y exige más recursos para su combate. El Plan Nacional Apícola dedica a esta plaga 6 millones de euros, según explicó recientemente Agricultura.
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