Teletrabajo, una opción voluntaria, sin recorte salarial y gastos adicionales
Irrumpió de forma brusca en la pandemia sin existir legislación y con apenas el 8% de ocupados trabajaban a distancia

Estrés, aislamiento, jornadas maratonianas. El teletrabajo irrumpió en el mercado laboral de forma brusca, sin avisar y, sobre todo, sin una legislación que sostuviera una fórmula laboral prácticamente desconocida en España. Pero la pandemia ha obligado a empresas y trabajadores a entenderse a la velocidad del rayo sin estar preparados.
El Gobierno cayó en la cuenta de que el vacío legal no ayudaba y, corriendo y deprisa, diseñó una reforma que fue rechazada de plano por las empresas . Enterarse por los medios no sentó bien a la CEOE, que alertó de que una mala norma puede llegar a ser perjudicial para el empleo.
¿Por dónde van los cambios legales? El anteproyecto de ley que en unas semanas comenzarán a negociar el Ejecutivo y los agentes sociales parte de que «la cuestión del tiempo de trabajo y del derecho a la desconexión adquiere una dimensión especial en el caso de las personas que desarrollan trabajo a distancia». Puntualiza que «la propia naturaleza del trabajo a distancia hace que los límites entre la vida profesional y la vida personal a veces se desdibujen». Evitar el «smart working» (trabajo en cualquier momento y lugar) es el objetivo.
Garantizar derechos
Por ello, uno de los principales retos que plantea el trabajo a distancia es garantizar que no se resientan los derechos colectivos de las personas trabajadoras. Así, la norma preparada por el Ministerio de Trabajo puntualiza que el ocupado que teletrabaja no sufrirá perjuicio en sus condiciones lab orales , incluyendo retribución, estabilidad en el empleo y promoción profesional.
El trabajador tendrá, además, « derecho a la compensación total de los gastos » porque el trabajo a distancia no puede suponer costes relacionados con equipos, herramientas y medios vinculados al desarrollo de su actividad laboral». También alude a la prevención de riesgos laborales y urge a poner atención en los factores «psicosociales, ergonómicos y organizativos» y tenerse en cuenta, en particular, la distribución de la jornada, tiempos de disponibilidad y la garantía de descansos y desconexión durante la jornada.