Las tecnológicas rendirán cuentas por la crisis de la prensa
EE.UU. investiga el control que ejercen los gigantes de internet sobre el mercado de la publicidad digital
Mientras Silicon Valley ha construido, empresa a empresa, un imperio tecnológico desde el que ha revolucionado prácticamente todos los hábitos conocidos del ser humano, su auge ha venido acompañado por la completa destrucción de un sector al que hasta hace apenas una década no le iba nada mal. Las cifras para la prensa han dejado de ser dramáticas para ser fúnebres: uno de cada cinco diarios locales de Estados Unidos ha echado el cierre; se pueden contar con los dedos de una mano los periódicos de tirada nacional que aún tienen algún beneficio sustancial, y el director del mítico «The New York Times» predijo hace dos semanas que prácticamente todas las cabeceras habrán desaparecido en cinco años.
Washington, como es habitual, ha tardado en reaccionar, pero ha comenzado a hacerlo con una ofensiva coordinada que, si prospera, puede dejar en una anécdota las viejas acciones legales de 1998 contra Microsoft por práctica monopolística. Primero, la Cámara Baja del Capitolio ha iniciado una investigación de las grandes empresas tecnológicas por dominio desleal del mercado. Paralelamente, la Administración de Trump ha pedido a la Comisión Federal de Comercio que investigue a Amazon y Facebook, y al departamento de Justicia que haga lo propio con Apple y Google. Finalmente, dos senadores han aprobado una ley que permitirá a los editores de diarios que negocien de forma colectiva las indemnizaciones de esos gigantes por cualquier competencia desleal.
La investigación antimonopolística contra Amazon, Google, Facebook y Apple no tiene precedentes simplemente por la capitalización bursátil combinada de las cuatro, que el lunes perdieron en Bolsa 130.000 millones de dólares (114.000 millones de euros). Las empresas no han querido hacer declaraciones, con la excepción de Apple, cuyo consejero delegado, Tim Cook, defendió en una entrevista concedida a CBS que la compañía no tiene «posición dominante en ningún mercado».
Inversores y analistas se han lanzado a la defensa de los titanes digitales, ante el temor de multas multimillonarias o incluso el despiece de algunas plataformas. «El gran desafío es cuál es la práctica monopolística en este caso, porque no está nada claro cuál es el daño al consumidor», según explicó Scott Kupor, de la firma de capital de riesgo Andressen Horowitz . «Si uno se fija en Facebook, Google, Amazon o Apple, no está claro que estén perjudicando la competitividad. No está claro que estén aumentando precios».
Las sospechas, sin embargo, no se limitan al dominio de mercado o a la coordinación de precios, sino a la concentración de poder. El diputado demócrata Jerrold Nadler, presidente de la comisión judicial de la Cámara de Representantes, lo explica así: «El internet abierto ha brindado enormes beneficios a los estadounidenses, incluida una oleada de oportunidades económicas, inversiones masivas y nuevos métodos para la educación . Pero hay cada vez más pruebas de que algunos mediadores se han hecho con el control de las arterias del comercio, el contenido y las comunicaciones».
Centrándose en Facebook, el presidente de las comisión Antimonopolística de esa misma cámara añade que la práctica de estas empresas de comprar a sus competidores para crecer por medio de absorción es desleal. «Desde su nacimiento, Facebook, ha comprado 75 empresas », asegura el diputado demócrata David Cicilline. «Dos de las compras más importantes fueron Instagram, adquirida en 2012 por 1.000 millones, y WhatsApp, comprada en 2014 por 19.000 millones. A través de esas compras, Facebook ahora es propietaria de tres de las cuatro mayores aplicaciones de redes sociales».
Reparto de publicidad
De fondo, está el gran problema de cómo se reparte el pastel de la publicidad, que es de lo que hasta hace poco vivió la prensa y de lo que ahora se enriquecen principalmente Google y Facebook. Los ERE, los cierres de redacciones, la ausencia de diarios locales impresos como Detroit o Nueva Orléans… todo ello está intrínsecamente relacionado con el auge de las grandes plataformas de distribución digital, como defienden los senadores John Kennedy y Amy Klobuchar. Ambos han presentado esta semana el proyecto de Ley para la Competitividad y Preservación del Periodismo , que quiere sobre todo transparencia en cómo los algoritmos de las plataformas seleccionan noticias y limites en el control casi absoluto que tienen de los mercados de la publicidad digital, que ellos mismos comercializan.
El senador Kennedy es clarísimo al explicar su intención: «La prioridad de este proyecto de ley es ayudar a los periódicos a sobrevivir. Google y Facebook ahora son quienes mandan en el reino de las noticias. Han decidido enfrentarse a los periódicos en una batalla tipo la de David y Goliat en la que los periódicos no es que no tengan una piedra para lanzarla, sino que carecen hasta de la honda donde poner esa piedra». La única luz de esperanza para los medios es que quienes están tras estas leyes son demócratas y republicanos por igual, capaces al menos en este apartado de ponerse de acuerdo.