«Tecnocreativa»: Cómo enseñar moda en tiempos del Covid-19
Esta escuela de moda y diseño ofrece «microformación», píldoras de formación de entre 10 o 30 horas sobre materias tradicionales como el patronaje o la sastrería y los nuevos oficios del siglo XXI como el escaparatismo digital
El Covid-19 ha impactado en todos los sectores y actividades económicas. También en el ámbito de la educación que se enfrenta al reto de hallar un modelo que compagine la formación online con la presencial de cara al próximo curso. En este contexto complejo, afronta su primer año de vida la escuela de moda y diseño «La Tecnocreativa» sita en la madrileña calle de José Abascal. En palabras de Rocío Ortiz de Bethencourt , cofundadora del centro, nació con el doble propósito de «la revitalización de los oficios más tradicionales , para los que no había relevo generacional como el patronaje, la sastrería o la estampación textil» y «liderar» lo que consideran «los nuevos oficios del siglo XXI como el patronista digital, la simulación de prendas, el escalado de prendas digitales o la escaparatismo digital».
Ortiz de Bethencourt lleva más de 30 años en el sector de la moda donde ha pasado por la Fundación Tecnomoda y ejercido la docencia en centros como el IED o desde 2015 en ESIC. En esta aventura cuenta como socia con Isabel Goiri Basaldúa , directora creativa de Basaldúa, una de las marcas más icónicas de la Alta Costura española. En su opinión, su joven escuela llega «en el mejor momento, porque seguimos la dirección en la que se está moviendo todo» . La tercera pata del proyecto es una empresa tecnológica 100% española, Incommon Human Technologies, que les ha proporcionado todo los equipos informáticos y desarrollado su plataforma online. «Somos la primera escuela en España que programa un máster en sastrería digital », ha destacado Otriz de Bethencourt.
Basaldúa, depositaria de una larga tradición familiar en la Alta Costura, ha apuntado sobre este proyecto que une las técnicas más tradicionales de una actividad como la moda con las últimas tecnologías que «así es el futuro del diseño y la moda» . A lo que añade otros elementos como la sostenibilidad o la historia. Precisamente, Incommon Human Technologies ejerce el rol de socio tecnológico proporcionando los últimos software que ya usan en gigantes textiles como Mango e Inditex.
Pero, ¿qué hace singular un modelo, al que el Covid-19 le está haciendo madurar rápido? La palabra «microformación» parece resumirlo todo. Un conocimiento encapsulado en píldoras de formación de entre 10 o 30 horas: «Cómodamente enfocadas a una técnica concreta , al grano, solo aprenden lo que necesitan», describe la profesora de ESIC sobre «La Tecnocreativa» que para este verano de desescalada - pandemia mediante- ofrece una formación híbrida de 14 micromásters para los meses de junio y julio. «A la vez que se está impartiendo físicamente un taller en Madrid, se va a retransmitir y lo puedes estar viendo en tu ordenador en tiempo real», apunta una de las fundadores de esta novedosa escuela. Todo ello, en grupos «de entre 10 y 20 alumnos máximo».
Sobre el perfil de alumnado, Ortiz de Bethencourt, comenta que están recibiendo a profesionales alrededor de la treintena que «quieren sacar el máximo partido» a cada curso o taller. Personas que vienen de países como Estados Unidos, australia, de países latinoamericanos o de Reino unido. En este sentido, ha apuntado que a pesar del parón confía en firmar «tres convenios» para facilitar prácticas a los alumnos y considerado imprescindible la sede física para que sea el «buque insignia» de la escuela.
«Un muy castigado»
Sobre la moda postcovid, la cofundadora de «La Tecnocreativa» , ha apuntado que se trata de «un sector muy castigado» que debe dar salida al stock acumulado durante el confinamiento. «La moda empezaba a recuperarse ahora de la crisis de 2008, porque ahora tiene que competir con la tecnología, los viajes o el ocio: No está en la lista de prioridades», ha apuntado y cree que no habrá una remontada completa hasta finales del año próximo.
Por su parte, Basaldúa ha constatado frente a lo que comúnmente se cree que «en España la mano de obra es muy cualificada y hay muy buenos creativos» . En su opinión, traer procesos de producción a España ayudará a que más personas se interesen por los oficios más tradicionales, aunque tenga «consecuencias» para los países que se aprovechan de esta mano de obra. «Se trata de tener menos y mejor. Las prendas deben ser una prolongación de lo que somos», ha resumido criticando el fast fashion.
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