Targhetta (Primigea): «No podemos ser un parque temático, la minería es esencial»
El sector de las materias primas une fuerzas para pedir una gran estrategia nacional que colabore a reindustrializar España
Mientras España diseña sus planes para la reactivación económica, las industrias del sector de las materias primas minerales han dado un paso adelante con el lanzamiento de Primigea , una confederación que agrupa a los empresarios de la metalurgia (Confedem) y a las industrias extractivas de rocas y minerales (Cominroc). «Representamos a 3.750 compañías con un volumen de negocio de 26.600 millones de euros», recuerda su presidente Javier Targhetta, que también es CEO de Atlantic Copper. Uno de los principales desafíos de Primigea es « desarrollar una estrategia española de las materias primas , como ya hizo la propia UE en 2008, al igual que países con una industria de vanguardia como Alemania, Suecia y Finlandia», remarca.
¿El principal objetivo de Primigea es que exista una estrategia nacional para el sector?
Nos hemos unido porque tiene sentido que sumemos esfuerzos para reclamar las ventajas y los beneficios de la actividad extractiva y minero-transformadora para el desarrollo de la economía y la sociedad española. Tenemos mucho que aportar al crecimiento de nuestro país a largo plazo y, a corto plazo, ayudaremos a salir más rápido de la crisis derivada de la pandemia. Somos una potencia europea, los segundos mayores productores de cobre de Europa tras Polonia, y sin embargo carecemos de un plan estratégico, en sintonía con la UE y el resto de los grandes países industriales de nuestro entorno, que nos ayude a elevar nuestro potencial. Es importante que coordinemos esfuerzos porque las oportunidades son impresionantes; el desarrollo de las renovables, la electrificación de la economía, la digitalización y el crecimiento de países emergentes requerirá metales y materias primas que podemos extraer, tratar y comercializar desde España.
España sí ha hecho planes en automoción, aeronáutica o renovables... ¿Por qué carece de un plan en minería y materias primas?
Somos un sector que nunca ha comunicado bien lo que hace. Esto ha provocado que la minería haya estado muy estigmatizada porque se ha asociado con un segmento muy particular, como es el carbón, con un gran impacto mediático y que en España ha sido especialmente difícil y ha generado una imagen asociada al drama, la decadencia y la pérdida de empleo. Hoy en la Faja Pirítica de Sevilla y Huelva están las empresas más innovadoras del sector, con compañías como Matsa, Cobre Las Cruces y Atalaya, que hacen un uso intensivo de tecnologías digitales y han sido pioneras en los procesos de investigación y tratamiento del mineral, con un respeto al medioambiente de referencia mundial.
Vuelve a existir interés inversor en wolframio en Salamanca, además de litio o estaño en otras provincias. ¿El marco regulatorio es el adecuado?
El inversor requeriría una agilización en el proceso de permisos y una cierta homologación en la regulación de las 17 comunidades, cuyas diferencias no favorecen el desarrollo de proyectos. Algunas administraciones autonómicas, como la Junta de Andalucía, están haciendo un esfuerzo muy relevante para simplificar procesos. La minería crea riqueza en lo que hoy se denomina la España vaciada, porque las explotaciones están en zonas remotas, con lo cual contribuyen al equilibrio social de España. Esto requiere un esfuerzo de conjunto.
¿Cómo es la competitividad de España en relación a otros países mineros para la atracción de inversiones internacionales?
Diría que está en la media, lo cual significa que debemos mejorar, ya que nuestra obligación debe ser estar en los primeros puestos del ranking. España tradicionalmente es una economía abierta a la inversión extranjera, y en el caso de la minería debe dar un salto adelante con la agilización y simplificación de procedimientos. España no puede ser un parque temático, la industria es esencial, necesita desarrollo industrial y en este sector habrá grandes oportunidades. Países considerados de servicios, como Holanda y Suiza, basan una parte muy relevante de su desarrollo en un PIB industrial que supera el 20%, mientras que en España se sitúa en el 13%. Todo suma, un sector primario y secundario potente sirven para reforzar al sector terciario.
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