Evergrande suspende su cotización en la Bolsa de Hong Kong sin explicaciones

La decisión estaría relacionada con la orden de derribar varios complejos residenciales en la provincia de Hainan

Trabajadores destruyen uno de los edificios ilegales EFE

Jaime Santirso

Problemas de 2021 persiguen a Evergrande en 2022. La empresa china ha suspendido esta mañana la cotización de sus acciones en la Bolsa de Hong Kong, aduciendo que aguarda la publicación de una «información interna» , sin conceder más detalles al respecto. Esta inmobiliaria, la más endeudada del mundo, arrastra desde hace meses obligaciones que exceden su capacidad mientras busca con ahínco el modo de asegurar su supervivencia.

Dicha «información interna» podría consistir en una orden emitida este fin de semana por las autoridades de la provincia de Hainan, según la cual Evergrand e estaría obligada a demoler 39 complejos residenciales erigidos en la isla tropical por incumplir los permisos de construcción, de acuerdo a medios nacionales. El grupo contaría con un plazo de diez días para acatar el mandato gubernamental y derribar los edificios, que ocupan una superficie total de casi medio millón de metros cuadrados –espacio equivalente a más de 81 campos de fútbol–.

Evergrande ya suspendió su cotización el pasado mes de octubre. De aquella la empresa invocó «un anuncio que contendrá», de nuevo, «información interna sobre una gran transacción». Los rumores apuntaban entonces que una de sus competidoras, la también china Hopson Development, planeaba adquirir un 51% de sus acciones a cambio de 5.000 millones de dólares (4.400 millones de euros), cantidad reducida luego a 2.600 millones (2.300 millones) antes de que las negociaciones fracasaran.

Impago

Este revés en Hainan constituye otro problema más para Evergrande, que acumula una deuda total de 300.00 millones de dólares (260.000 millones de euros), incluyendo casi 20.000 millones de dólares (17.000 millones de euros) en bonos internacionales cuya retribución incumplió en diciembre y que las agencias de calificación internacionales consideran ya en impago. El pasado martes la inmobiliaria volvió a quebrantar compromisos por valor de 225 millones de dólares (198 millones de euros), aunque estos todavía cuentan con un plazo de gracia de 30 días.

El Gobierno chino no ha dejado entrever su voluntad de rescatar a Evergrande, pero sí se ha involucrado para sacarla del atolladero desde que esta reconociera en diciembre la «posibilidad de no poder satisfacer» sus deudas pendientes, con el consiguiente desplome bursátil. Las autoridades de la provincia de Cantón (Guandong), donde está afincado el grupo, respondieron entonces anunciando el envío de un grupo de trabajo encargado de «supervisar la gestión del riesgo, fortalecer los controles internos y mantener la normalidad operacional».

Desde entonces, la inmobiliaria exprime cada yuan en busca de la liquidez que, como oxígeno, le permita seguir respirando. La semana pasada anunció que el 91,7% de sus proyectos en suelo chino vuelven a estar activos tras arduas negociaciones: una mayoría habían quedado paralizados ante la incapacidad de Evergrande de pagar a proveedores y contratistas.

Las acciones de Evergrande perdieron casi un 89% de su valor en 2021. Cada una de ellas cuesta ahora 1,59 dólares hongkoneses (0,18 euros) cuando en su último máximo en diciembre de 2020 llegaron a alcanzar los 31,11 (3,51 euros), casi veinte veces más. Una vez que se ha tocado fondo, solo se puede subir: quizá esa sea la única buena noticia para la inmobiliaria china en este 2022 a estrenar.

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