El sólido material con el que se forja el emprendimiento
Después de que la crisis liquidara su empresa en Valencia, Miguel Ángel Prieto se reinventó con un exitoso negocio en Alemania
Humildad, esfuerzo y aprendizaje continuo son los cimientos sobre los que Miguel Ángel Prieto ha levantado una innovadora empresa que recupera hormigón enfermo por la corrosión y que triunfa en Alemania. Fundada en octubre de 2015, la actividad de PR-KKS se centra en la planificación de sistemas de protección catódica con corriente impresa , una técnica que consiste en la aplicación de impulsos eléctricos sobre el material para prevenir y controlar la corrosión.
Las ventajas frente a los sistemas tradicionales, basados en hidrodemoliciones y sustituciones del hormigón contaminado por uno nuevo, son numerosas: requiere menos tiempo y, sobre todo, no supone un daño para el medio ambiente . «Con la protección catódica los tiempos se reducen a la mitad. Un garaje de unos 1.000 metros cuadrados lo puedes tener terminado en solo cuatro semanas», asegura Prieto. Y es que, tras la apariencia robusta de las construcciones de hormigón, se esconde un interior vulnerable a las humedades, los gases residuales o las sales del deshielo, de modo que si no se actúa a tiempo se puede producir el colapso de la estructura.
El empresario español, ingeniero técnico industrial, se encarga de inspeccionar esas estructuras de hormigón, diagnosticar el daño por corrosión, diseñar el sistema de protección catódica, así como supervisar y auditar la ejecución de las obras. «Aproximadamente el 20% de las planificaciones de obra que llevan el sistema de protección catódica las realizo yo. Somos la tercera o cuarta empresa en cuanto a volumen de planificación de proyectos en Alemania», subraya Prieto. Además, aplica un novedosos sistema desconocido en España , que es la medición de potencial de corrosión. «Mediante unos electrodos -explica- podemos determinar, sin abrir el hormigón, en qué zonas hay riesgo de corrosión y cuáles están ya afectadas».
La actividad de PR-KKS comenzó en octubre de 2015
Uno de sus proyectos más ambiciosos llegó el año pasado, cuando la empresa ganó un concurso público para planificar la remodelación del garaje de la Ópera de Stuttgart , con capacidad para albergar casi 700 vehículos. Aunque su mercado principal es el alemán, la firma también tiene acuerdos de colaboración en Suiza y Austria. Prieto está convencido de que «la internacionalización es buena» y ya planea introducir la técnica en España .
Detrás del éxito empresarial de Prieto se esconde una auténtica historia de superación. Tras haber trabajado en diversas empresas de automatización en Valencia, se animó a poner en marcha su propio negocio, pero la crisis económica asestó un duro golpe a sus aspiraciones profesionales y en 2010 tuvo que echar el cierre definitivo.
Valentía
Su respuesta a los problemas: reinventarse y empezar de cero lejos de casa . «Desde el 2002 había ido temporadas cada año a trabajar allí en fábricas. Pensé que era un buen sitio para buscar empleo y también para que viviera la familia», cuenta el empresario.
Los inicios fueron complicados. Prieto se marchó solo -meses después llegaron su mujer y sus cuatro hijos- y sin hablar alemán. «Me salió un trabajo de electricista para montar las instalaciones de alumbrado en un garaje. Justo allí la segunda empresa más fuerte de construcción de Alemania estaba montando el sistema de protección catódica. El jefe me vio trabajando y le interesó, así que me fui a Stuttgart, que era donde tenía esta empresa la central», recuerda Prieto. Tras estar cinco años en la compañía y obtener la titulación exigida por la normativa, dio el paso de fundar PR-KKS.
«Alemania me dio una nueva oportunidad como persona y a nivel profesional. Estoy contento con la decisión », afirma. Y se muestra agradecido a las ingenierías germanas para las que realiza la planificación de la protección catódica y la supervisión de esa parte de los proyectos. «Sin esta red de trabajo no habría sido todo tan rápido y fructífero», remarca.
Sus objetivos para los próximos años son «crecer despacio, trabajar menos clientes o facturar menos pero haciendo buen trabajo». La razón: «Es un sector muy pequeño, nos conocemos todos. He visto empresas que fallan dos o tres veces y tienen que cerrar». Poco a poco, día a día, con sacrificio y un firme compromiso con la calidad , Miguel Ángel Prieto espera quedarse en Alemania, el país donde comenzó su nueva vida, aprendiendo del pasado para construir el futuro.