Skunkfunk, la moda vasca sostenible que resurgió de las cenizas
Su fundador, Mikel Feijoo, que empezó vendiendo «chupas» de cuero, ha salido del concurso de acreedores

A veces hay carreras meteóricas que empiezan muy fuerte y a las que una lesión del deportista le sirve precisamente para sentar las bases de una competición más sana. Algo así es lo que le pasó a Skunkfunk, l a firma de moda vasca presente en 38 países. Nació en 1997 y el éxito de su ropa de diseños geométricos, líneas puras y de buena calidad le hizo crecer como la espuma en España y fuera hasta alcanzar los.
La aventura acabó en concurso de acreedores en 2012 del que la compañía logró salir y ahora factura 15 millones de euros y desde ese año siempre ha tenido beneficios. Su presidente y fundador, Mikel Feijoo, asegura tras la experiencia que no quiere saber nada más de los bancos y que ahora irán creciendo a medida que el negocio lo permita y siempre con recursos propios, aunque no descarta dar entrada a algún inversor, pero siempre minoritario o a través de un préstamo participativo».
«Traficante de chupas de cuero»
Feijoo dio sus primeros pasos en el sector de la moda como «traficante de chupas de cuero», que compraba en Londres (donde vivió durante siete años) para vender después en España. No tiene formación específica en moda ya que es licenciado en Historia pero, formación al margen, Feijoo reivindica la libertad como sello personal, y eso se nota en la moda que produce.
«La sostenibilidad es el segundo valor de la compañía, por detrás del diseño y la calidad»
Feijoo afirma ahora que «la base de nuestro negocio es la slow fashion, lo que supone hacer solo dos colecciones al año pero muy cuidadas por parte de nuestro equipo diseño, cien por cien made in Euskadi a excepción de los complementos, que se hacen en Barcelona, y siempre sin perder de vista la sostenibilidad, que es el segundo valor de la compañía por detrás del diseño y la calidad.
Desde el punto de vista de los números Manuel Urrutia, director general de Confianz, la consultora que ayudó a Feijoo a salir del concurso de acreedores, considera que «ahora lo importante es que la empresa continúe consiguiendo liquidez para ir abriendo nuevas tiendas y volver a crecer, pero siempre de un modo sano y no como era en el pasado, invirtiendo mucho en la marca y en la expansión comercial».
Precio medio asequible
Uno de los ejemplos del boom por el que pasó este país, y algunas de sus empresas entre ellas Skunkfunk, es que tenía una tienda «flagship» en pleno centro de Bilbao que llegó a vender en la época de las vacas gordas 100.000 euros en un mes, cantidad que se rebajó a 30.000 con la llegada de la crisis, de modo que casi no daba ni para el alquiler por lo que la compañía no tuvo más remedio que cerrarla.
«El 60% de nuestras prendas son sostenibles, lo que significa que utilizamos tejidos naturales»
Pero Feijoo insiste en que todo lo anterior es ya parte del pasado y que ahora hay que mirar para adelante «con unas colecciones de ropa con diseño propio y con un precio medio asequible, de alrededor de unos 80 euros el vestido, y por si esto fuera poco además el 60% de nuestra ropa es sostenible y está certificada con el sello GOTS, el estándar mundial líder en el procesamiento de textiles de fibras orgánicas que incluye además los criterios ecológicos y sociales, lo que significa entre otras cosas que utilizamos tejidos naturales, como el algodón orgánico, y que nunca enviamos ropa a otros continentes en avión, sino en barco, que contamina mucho menos y, además, es más económico».
El objetivo de Skunkfunk ahora, según su fundador, es «hacer un diseño (moderno y consciente) y captar a unos clientes a los que les gusta la moda pero, al mismo tiempo, les gusta ser algo diferentes. Durante mucho tiempo en el extranjero se pensaba que nuestra marca era alemana por el fuerte componente de moda que tenía, y por el nombre, pero ya han descubierto que somos vascos y, como reza uno de nuestros lemas, hacemos una moda más verde desde un pequeño país verde».
Durante 2015 Skunkfunk ha abierto tiendas en Vitoria, Madrid, San Sebastián y Bilbao. En noviembre del año pasado la empresa inauguró una «flagship» de 140 metros cuadrados en la calle Sá da Bandeira de Oporto. La evolución de las ventas en el país vecino tras la apertura en Lisboa a finales de 2014 ha sido muy positiva, según la empresa.
Más tiendas propias
«Para 2016, el objetivo es reforzar la presencia con tiendas propias en Austria y Alemania, y encontrar socios en México y Colombia que compartan la filosofía de nuestra marca», explica Feijoo.
Pero, al margen de las tiendas físicas, a Mikel Feijoo se le ilumina la irada cuando habla de su proyecto más emblemático, la tienda «online», que en estos momentos es la que más vende de toda la red, y que ha doblado su facturación en el último año fruto de las mejoras realizas en la web.