El sector asegurador se sumerge en territorio desconocido
Una de las industrias más sólidas y ajena a los ciclos se mide al reto de convertir en oportunidad los imprevisibles riesgos vinculados al cambio climático y la transformación tecnológica
Calentamiento global, pandemia de coronavirus, ciberataques, guerra en Ucrania… vivimos en un mundo complejo e impredecible , en el que los acontecimientos se suceden a gran velocidad y en el que cada vez resulta más complicado anticipar el futuro. Las compañías operan hoy en un entorno incierto plagado de amenazas y el sector asegurador , cuyo negocio se basa precisamente en el control de riesgos y lo predecible, está teniendo que acometer una profunda transformación para adaptarse a la inestabilidad de los tiempos actuales . Entre los múltiples retos que planean en el horizonte, las aseguradoras siguen con especial preocupación la intensificación de la frecuencia y virulencia de los episodios meteorológicos extremos provocados por la emergencia climática , que ya impactan en sus cuentas, así como el auge de los ciberataques por la mayor automatización de los procesos.
Las aseguradoras son conscientes de la necesidad de adaptar su oferta a las demandas de la sociedad, así como de la importancia de valorar de forma adecuada los nuevos escenarios que traigan consigo las catástrofes naturales o la disrupción tecnológica. Las fuentes consultadas hacen hincapié en la fortaleza del sector para afrontar situaciones inesperadas . «Cuando vienen mal dadas, es capaz de resistir, como demostró durante la crisis sanitaria o en situaciones como Filomena», destaca Ana Baranda , socia de Consultoría en Seguros en EY. En 2021, además, recuperó la senda de crecimiento, ya que los ingresos por primas de las aseguradoras españolas aumentaron un 5% interanual.
«Es un sector resiliente y solvente, pero tiene numerosos retos por delante», apostilla la experta. Uno de ellos, la creación de seguros de riesgos cibernéticos , sobre todo a raíz del Covid. De la noche a la mañana, las organizaciones se vieron obligadas a trasladar su negocio a internet , implementar soluciones digitales y adoptar el teletrabajo, dinámicas que dispararon la actividad de los piratas informáticos. Según Deloitte, el 94% de las empresas de nuestro país sufrieron al menos un incidente grave de ciberseguridad en 2021 y la media anual de incidentes subió un 26% respecto al año anterior.
Este escenario ha hecho que presten más atención que nunca a su ciberseguridad y que, en consecuencia, las aseguradoras traten de aprovecharlo: « La primera valoración que hace el sector es en términos de oportunidad porque aparece un aseguramiento totalmente nuevo que afecta a todo tipo de entidades y a particulares», explica la experta. Las aseguradoras, dice, están ofreciendo más servicios de prevención y ayudando a los clientes a gestionar los momentos de crisis derivados de los ciberataques, lo cual no les supone problemas. El inconveniente radica en que las proyecciones del comportamiento futuro suelen fundamentarse en la experiencia pasada y, en este área, apenas hay histórico . «Por otro lado, los ciberataques se están sofisticando mucho, de modo que son muy diferentes a los de antes», agrega Baranda, que piensa que, como resultado de todo ello, uno de los retos para las aseguradoras en este ámbito es calcular el precio.
Escaso histórico
Las propias empresas del sector confirman que es una dificultad importante. « Como todavía no hay demasiada experiencia no se ha avanzado suficiente en la modelización », subraya Carolina González Martín del Río , directora técnica de Responsabilidad Civil de Mapfre España, que también espera una mayor intervención de los organismos reguladores de los países . «Es necesario poder valorar la exposición global al riesgo cibernético y tendremos que trabajar de su mano en la estandarización de los datos que recopilamos las aseguradoras para que podamos disponer de informes de acceso generalizado que nos permitan modelizar a futuro y saber a qué nos enfrentamos», comenta, a la vez que muestra preocupación frente al cúmulo: «Un ciberataque puede afectar masivamente a todas las carteras, es necesario trabajar mucho en la modelización».
La compañía lanzó en junio CIBER On , un seguro de ciberriesgos para pymes y autónomos que protege de daños a los sistemas informáticos, interrupción del negocio, amenaza de extorsión cibernética, responsabilidad civil y cobertura de soporte tecnológico, entre otros. El cliente, eso sí, debe cumplir una serie de requisitos preventivos , como que los programas no sean piratas, tener antivirus o un ‘firewall’.
La aseguradora especializada en seguridad Hiscox es otra de las que tiene ciberseguros, en su caso desde hace casi veinte años. «Cuando se pensaron los productos de ciberriesgo se supo que tendrían mucho movimiento para adaptarse lo más rápido posible a las realidades , pero en los últimos dos años todo es poco», asegura Nerea de la Fuente , directora de Suscripción de Hiscox Iberia. Para hacerse una idea, el coste de los ciberataques se ha duplicado en el último ejercicio para las empresas españolas , pasando de 54.388 euros en 2020 hasta los 105.655 en 2021 de media para cada una de ellas, según se extrae del Informe de Ciberpreparación 2022 de Hiscox.
Blindaje tecnológico
De La Fuente señala que en los ciberseguros los modelos de predicción actuales no son lo suficientemente robustos y, por tanto, es crucial que las aseguradoras estén al día de todo lo relacionado con la tecnología . «Nos ayuda muchísimo para prevenir incidentes y para solucionarlos antes cuando ya se han producido», ahonda.
Desde Mutua Madrileña inciden en que controlar los riesgos y anticiparse a ellos forma parte de la actividad intrínseca de las aseguradoras y el uso de la tecnología «es hoy una palanca imprescindible para afrontar con garantías el futuro». Por eso, invertirán en digitalización 150 millones de euros hasta 2023. «Parte de esa inversión se dedica a la Transformación de Datos y Analítica Avanzada con el doble objetivo de extraer cada vez más conocimiento de los datos y de tomar cada vez mejores decisiones automáticas basadas en dichos datos. Mutua es una de las aseguradoras punteras en el uso de técnicas de ‘machine learning’ y nuestros clientes ya están viendo los beneficios casi sin darse cuenta porque somos capaces de predecir sus necesidades y en base a ello personalizar su experiencia», dicen.
Marsh, el corredor de seguros y asesor de riesgos líder en el mundo, constata que la tecnología tendrá un papel fundamental y ayudará a las empresas a la creación de modelos predictivos . «En Marsh contamos ya con herramientas tecnológicas que ponemos a disposición de nuestros clientes y que les ayudan a cuantificar el riesgo y su exposición frente a posibles ataques cibernéticos, así como su tolerancia a los mismos», dice Gonzalo Guzmán , director comercial de riesgos financieros y specialties de Marsh España. Este experto afirma que la contratación de pólizas para cubrir los riesgos cibernéticos está creciendo considerablemente, si bien el mercado asegurador continúa experimentando un incremento de primas y reducciones de capacidad y, por tanto, está siendo más selectivo a la hora de suscribir nuevas pólizas y renovación de las ya existentes.
Su previsión es que el mercado asegurador va a requerir un importante volumen de información a las empresas para poder suscribir sus riesgos cibernéticos y mejorar su apetito hacia los mismos. Según los datos que maneja Marsh, el 80% de los eventos cibernéticos son maliciosos y las liquidaciones sobre las reclamaciones cibernéticas se cierran por un 284% más que la reclamación realizada inicialmente nada más producirse el incidente.
Cambio climático
Junto con los ataques cibernéticos, el incremento de los eventos naturales extremos, buena parte debidos al cambio climático , está dejando su huella en el negocio de las aseguradoras. «Estos fenómenos cada vez son más frecuentes y están impactando de forma negativa en la cuenta de resultados de las aseguradoras », sostiene Víctor Pizarro , responsable de la práctica de Seguros en Capgemini España. Estos siniestros, que como advierte el experto, son muy cuantiosos, van a la partida de gastos y hacen que el ratio combinado, indicador que mide la salud de las compañías, se vea francamente afectado . Como recoge el Informe Mundial sobre Seguros de No-Vida 2022 de Capgemini y Efma, las catástrofes naturales han multiplicado por 3,6 las pérdidas aseguradas en los últimos treinta años a nivel mundial.
Desde Generali Seguros admiten su preocupación por la cuestión: «La intensidad y frecuencia con la que ocurren estos fenómenos, cada día más violentos, demuestra que nos encontramos ante un escenario de extrema complejidad ». La firma comenta que la tendencia alcista de los episodios climáticos le ha llevado a adaptar sus procesos para responder a las necesidades especiales que estos eventos requieren (concentración de siniestros en un periodo reducido de tiempo y en una zona geográfica específica), así como a personalizar sus tarifas para hacerlas sostenibles ante estas nuevas realidades de riesgo.
Las catástrofes naturales han multiplicado por 3,6 las pérdidas aseguradas en los últimos treinta años a nivel mundial
Cabe recordar que en España existe el Consorcio de Compensación de Seguros , adscrito al Ministerio de Asuntos Económicos, que se financia con los ingresos de los recargos que se aplican a la mayoría de las pólizas. «Ha dotado de una enorme estabilidad al sector y es un sistema considerado como modélico », valoran desde Generali. La entidad pública cubre riesgos extraordinarios que ocurren en nuestro país y, en el caso de los vinculados al cambio climático, se hace cargo de los daños causados por inundaciones, vientos de más de 120km/h o tornados de cualquier fuerza para los afectados que cuenten con un seguro en vigor. Según las estadísticas del Consorcio, de 2005 a 2020 el número de expedientes que se gestionaron relacionados con inundaciones subió un 191%, mientras que los vinculados con tempestades ciclónicas atípicas lo hicieron un 193%.
(*) Datos del Consorcio de Compensación de seguros, entidad pública que cubre riesgos extraordinarios como las catástrofes causadas por el clima.
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(*) Datos del Consorcio de Compensación de seguros, entidad pública que cubre riesgos extraordinarios como las catástrofes causadas por el clima.
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Pólizas más caras
Sin embargo, las aseguradoras asumen las indemnizaciones por lluvias, vientos entre el umbral que fija el seguro y hasta 120km/h, granizo, nieve y rayos. Pizarro explica que desde Capgemini han llevado a cabo proyectos pilotos con aseguradoras en los que han realizado modelos de prevención , sobre todo para el ramo auto, en los que incorporan fuentes de datos meteorológicas. «Hemos segmentado núcleos de población o rutas, por ejemplo, en las que hay mayor nivel de precipitaciones, probabilidad de heladas en las carreteras… información que permite a las aseguradoras cuantificar mejor los riesgos», comenta. Ello da pie a que reformulen su tradicional modelo lineal de interacción con los clientes . «Si influyen en que un asegurado no conduzca por una determinada vía porque saben que va a estar helada pueden mitigar el riesgo de accidente, lo cual tiene efectos en la mejora de los ratios combinados aparte de que hay beneficios sociales», sostiene Pizarro, que al igual que otros expertos consultados cree que las aseguradoras subirán los precios de las pólizas . «La incorporación de nuevas variables y el uso de tecnologías obligará a las firmas a acometer una serie de gastos que trasladarán al cliente, si bien dependerá de la sensibilidad al precio de cada ramo». El sector de los seguros navega en un mar de incertidumbre.
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