Sabadell quiere seguir en solitario y fía su futuro a un nuevo plan estratégico
La entidad logró un beneficio de solo dos millones de euros en 2020 por las provisiones frente al Covid, los ajustes y la venta de carteras de activos tóxicos
Son tiempos de cubrirse ante el Covid-19 y buscar un golpe de timón. Banco Sabadell logró cerrar 2020 con beneficio positivo, pero de apenas dos millones de euros (-99,7% en interanual) a causa de las provisiones frente a la pandemia, los procesos de reestructuración en España y Reino Unido y la venta de carteras de activos tóxicos. Un año complicado para la entidad, que trata de sentar las bases para salir de su crisis particular.
«Cerramos un año con un excelente desempeño comercial y el aumento de todos márgenes de negocio. Con el esfuerzo en saneamiento y la ejecución del plan de eficiencia en España y Reino Unido, sentamos las bases de nuestro próximo plan estratégico que será presentado el próximo mes de mayo», indica Jaime Guardiola , hasta ahora consejero delegado. Dicho plan, que estaba previsto ser presentado en el primer trimestre, se dilata dos meses más y estará capitaneado ya por el nuevo CEO, César González-Bueno . Así las cosas, el banco fía su recuperación y su futuro a este nuevo plan estratégico.
En el conjunto del ejercicio, Sabadell, conocido como «el banco de las empresas», provisionó 2.275 millones de euros . Una cifra tan abultada (más que dobla la del año anterior) cuyo aumento se debe al entorno del Covid-19, con un impacto directo de 650 millones, otros 380 millones por mayores dotaciones por la venta de activos problemáticos y otros 115 millones por reclasificar ciertos préstamos a un rango de dudosidad mayor, «siguiendo criterios conservadores», según explica la entidad en su informe financiero.
Así las cosas, los ingresos del negocio bancario (margen de intereses+comisiones netas) llegaron a los 4.749 millones , un 6,2% menos, aunque en el cuarto trimestre lograron repuntar un 3,1% gracias al crecimiento de ambos conceptos. Asimismo, el banco saca pecho de su reducida ratio de morosidad, que se situó a cierre de año en el 3,6%, por debajo de la media del sector, mientras que el ratio de activos problemáticos netos sobre el total de activos descendió hasta el 1,4%. Su ratio de cobertura, por otro lado, queda en el 52,6%.
El beneficio de apenas dos millones de euros que se apuntó el banco el pasado ejercicio se entiende comparado con el aumento de los costes del 7,7% por los procesos de reestructuración en España y en Reino Unido. Esa partida asciende hasta los 3.461 millones , aunque los costes recurrentes se han logrado rebajar un 2,4% por menores gastos de personal y generales.
Más allá de ello, el ratio de capital CET1 quedó en el 12,6% , lo que supone dos décimas más en interanual. Mientras, el ratio de liquidez ascendió hasta el 198%, frente al 172% de un año antes. Sin embargo, hay puntos bastante negros. Por ejemplo, la rentabilidad.
Tanto el ROE como el ROTE se situaron en el 0,02%. El banco afronta un problema de rentabilidad más grave que el resto del sector. Y para ello están acometiendo sus planes de reestructuración y piensan ya en un nuevo plan estratégico. El golpe de timón interno se empezó a dar en el cuarto trimestre, tras aparcar las negociaciones con BBVA .
Fusión con BBVA
Sabadell estuvo negociando su fusión con el banco de origen vasco pero, finalmente, no llegaron a un entendimiento a causa del precio. La entidad decidió levantarse de la mesa para intentar seguir en solitario, pero sabedores de que eso iba a exigir tomar ciertas decisiones. No solo la de preparar un nuevo plan estratégico, sino también la de desprenderse de su lastre internacional. En este caso, la filial británica TSB , que este año ha reportado unas pérdidas al grupo de 220 millones de euros. Aunque en el banco siempre se ha dicho que este 2021 esperan lograr el equilibrio financiero en este territorio. «El banco no ha iniciado ningún proceso de venta respecto a TSB», ha indicado Josep Oliu, presidente de la entidad. Sí que analizan y analizarán las posibilidades de enajenar esta filial, pero todo apunta a que no se hará de manera inminente.
Como publicó ABC, varias entidades de Reino Unido e internacionales contactaron a Sabadell para quedarse TSB pero ninguna de esas opciones terminó por convencer al banco, por los precios en que podrían moverse las hipotéticas ofertas. No quieren deshacerse a cualquier precio de su filial, y eso requiere primero «ponerla guapa», que se dice. La intención es vender, pero sin precipitarse. Sin embargo, el banco ha rechazado comunicar qué valor le atribuyen a su filial en estos momentos, aunque sí han reconocido que a partir de 250 millones de libras su venta supondría una aportación neutral a las cuentas.
Asimismo, el banco ha descartado en rueda de prensa entrar en cualquier operación de fusión, ya que están centrados en su plan estratégico, que tendrá una duración de tres años. «El tema de BBVA pertenece al pasado», ha dicho Oliu, alineándose con lo que dijo Carlos Torres, dirigente de la entidad de origen vasco, en su presentación de resultados el pasado viernes: «No hay que mirar atrás». Su idea es seguir en solitario y recuperar la rentabilidad para el banco.
Cambios en la dirección
El desembarco de González-Bueno como nuevo consejero delegado no ha sido la única decisión adoptada por el banco estos últimos meses. Sabadell ha comunicado hoy el nombramiento de Leopoldo Alvear como nuevo director financiero, «para su incorporación al banco una vez se obtengan las correspondientes autorizaciones regulatorias».
De esta manera, Tomás Varela , tras más de dos décadas en la entidad, dejará este puesto de responsabilidad para dar paso al que hasta ahora era director financiero de Bankia. Golpe de efecto en la entidad, en plena búsqueda de perfiles renovados para acelerar en la digitalización y buscar nuevos horizontes para recuperar el vigor de la firma.
A ello se suma también que Josep Oliu dejará de tener funciones ejecutivas, en línea con las directrices dadas por la Autoridad Bancaria Europea (EBA, por sus siglas en inglés). Un paso atrás en sus tareas de dirección del banco, que también obedece a una intención de ir dando el relevo a generaciones de banqueros más jóvenes.
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