Los ‘robots albañiles’ ponen sus primeras piedras
Proyectos colaborativos entre empresas, universidades y centros de innovación exploran las posibilidades de la automatización en la construcción

La revolución de los robots también comienza a tomar forma en la construcción. Algunas iniciativas con participación española evidencian el futuro de la robótica en tareas que hasta ahora necesitan mano de obra, como levantar fachadas, examinar la eficiencia energética o perforar el terreno. Son proyectos pioneros que asientan los cimientos del cambio y buscan dar el salto del prototipo a la acción.
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Un ejemplo es el proyecto europeo Hephaestus. El consorcio, liderado por la empresa española Tecnalia, exploró distintos conceptos de robots para aplicaciones en la construcción. También participaron las empresas españolas Cemvisa Vicinay y Acciona Construcción, las universidades de Múnich y Fraunhofer (Alemania), CNRS Lirmm (Francia), Nlinkjas (Noruega), Focchi SPA (Italia) y R2M Solution LTD (Reino Unido). Julen Astudillo, investigador de la unidad de transición energética, climática y urbana de Tecnalia, coordinadó el proyecto. «Este robot de cables -explica- realiza todas las actividades que requiere el montaje de una fachada tipo muro cortina de forma automatizada: hacer agujeros en un forjado de hormigón, poner placas de anclaje, atornillarlas, coger ese muro cortina de una zona de almacenamiento, moverlo a través de la fachada y colocarlo finalmente en el anclaje».
Ahorro de costes
Aparte de reducir los riesgos de los operarios, aumentar la productividad y mejorar la calidad, esta plataforma puede conseguir el ahorro de un 20% de costes y bajar a la mitad el tiempo de construcción. Se hicieron dos demos reales. A pesar del éxito alcanzado, su comercialización no es cercana, como señala Astudillo: «Todavía faltan cinco o diez años para que pueda estar en las obras. Hemos demostrado que es factible hacerlo y ahora debemos optimizar el desarrollo».
La experiencia ha servido para que Tecnalia esté ahora inmersa en otro proyecto europeo con una variación del robot de cables, pero en esta ocasión para la limpieza de canales de puertos. «Se van a realizar pruebas en una zona de la laguna de Venecia. Este robot se mueve en horizontal y subido en una barcaza», añade el investigador.

Con un parque inmobiliario trasnochado, la eficiencia energética en España resulta bastante deficiente. Para conocer el estado de los edificios, es necesaria una auditoría de salud. El método actual es colocar unos andamios en la fachada, lo que molesta a los vecinos y no facilita tomar las medidas adecuadas. Por eso nació el proyecto Robim (Robótica Autónoma para Inspección y Evaluación de Edificios Existentes con Integración BIM), con un consorcio liderado por Euroestudios, en el que también han participado FCC Construcción, Geotecnia y Cimientos, Insyte, Imatia Innovation e IBIM Building Twice. Para su desarrollo se han apoyado en la Universidad Politécnica de Madrid, la Universidad Politécnica de Valencia, la Universidad de Vigo y el Instituto Tecnológico de Aragón (Itainnova). El proyecto ha sido financiado por el CDTI (Centro para el Desarrollo Tecnológico Industrial).
David Díez, investigador de Itainnova, relata el proceso: «Se apostó por una nave gigante autotripulada, una especie de dron, que vuela por la fachada tras establecer su ruta de manera autónoma. Es una nave modular que puede llevar hasta 12 sensores. Cada uno de ellos mide un parámetro: palpadores de ultrasonido que analizan las fallas estructurales de las paredes, otros examinaban la cámara de aire, también se medían los escapes; existe incluso la posibilidad de coger catas de la propia fachada para llevársela al laboratorio. Gracias al robot conseguíamos una radiografía completa del edificio». Díez está convencido de las posibilidades de esta tecnología. «Es un proyecto que abre el camino a otras aplicaciones, como el mantenimiento de infraestructuras: una presa, un puente, un vial o una vía férrea», afirma.

El proyecto europeo Badger, encabezado por la Universidad Carlos III, ha desarrollado un robot de microtunelación para realizar infraestructuras subterráneas sin zanjas. El doctor y profesor de Ingeniería de Sistemas y Automática de la Carlos III Santiago Martínez de la Casa, ha sido su coordinador técnico. También han colaborado el Centro de Investigación y Tecnología Hellas (Grecia), Escuela de Ingeniería de la Universidad de Glasgow (Reino Unido), IDS Georadar Srl (Italia), Robotnik Automation SLL (España), Singular Logic S.A (Grecia) y Tracto-Technik GMbH &Co.KG (Alemania).
La aplicación práctica de esta tuneladora robotizada en entornos subterráneos, según Martínez de la Casa, es «la instalación rápida de líneas de comunicación, la expansión rápida de líneas de fibra y de internet de alta velocidad». «A las empresas de telecomunicaciones les interesa disponer de un sistema más barato que ayude a mejorar la velocidad e implantación de las líneas», comenta.
El proyecto ha terminado, pero la universidad continúa con las investigaciones: «Desarrollamos el prototipo gracias a la financiación de compañías interesadas en el producto, aunque aún falta para poder comercializarlo». Aparte de profundizar en la tecnología de tunelación, Martínez de la Casa y su equipo investigan en robótica de mantenimiento e inspección de túneles, de infraestructuras ferroviarias y de infraestructuras para vehículos.
Prototipos y alguna prueba en escenario real más allá de nuestras fronteras sitúan la evolución de la robótica en la construcción como una de las grandes posibilidades del sector: excavadoras autónomas, el perro SPOT que realiza mediciones en la obra, los robots albañiles expertos en poner ladrillos SAM100, Hadrian X e In Situ Fabricator1, y Doxel, capaz de detectar errores en tiempo real.