La recesión será peor de lo que cree el Gobierno, alerta el Banco de España
El supervisor calcula que no se recobrará el nivel de PIB previo a la crisis para antes de 2023
La recuperación no avanza con la fuerza que se esperaba, con lo que se descartan las previsiones más optimistas para España, pero, al mismo tiempo, la evolución de la pandemia siendo negativa tampoco está cumpliendo los augurios más apocalípticos. Este dilema entre ver el vaso medio lleno o medio vacío afecta a las estimaciones que organismos y casas de análisis están sacando del horno. El Banco de España graduó ayer sus previsiones sobre la economía española: por un lado descarta el escenario más benigno que calculaba en junio pero también desecha el más negativo, ya que cree que no habrá un fuerte rebrote -y un confinamiento- a niveles de marzo y abril, si bien sí recoge que va a haber incrementos de contagios que requieran ciertas restricciones.
Si en junio el Banco de España dibujaba tres escenarios que registraban según su grado de pesimismo una caída del 9%, del 11,6% o del 15,1%, ahora pronostica dos hipótesis con un desplome del 10,5% o del 12,6%, según la intensidad de los rebrotes y, en consecuencia, de las restricciones aprobadas para controlarlos. Para 2021 y 2022 esperan que en el mejor escenario se crezca para rebotar un 7,3% o un 4,1% el próximo año y un 1,9% o un 3,3% en 2022. Todo ello, con dos escenarios que recogen que no hay vacuna o tratamiento para el coronavirus hasta la segunda mitad de 2021 .
De esta forma, tanto las previsiones del Banco de España como las que publicó hace dos días Funcas -con una caída estimada del 13% este año- y las de la plana mayor de organismos ya descartan el cuadro macroeconómico dibujado por el Gobierno -con una recesión del 9,2% este año y un crecimiento del 6,9% el que viene-, que tendrá que rehacer el cuadro macroeconómico que acompañe al proyecto de Presupuestos para 2021 y que remitirá a Bruselas a mediados de octubre, junto a los planes de reformas y proyectos para absorber los fondos europeos.
Fondos europeos
Por el momento, eso sí, el Banco de España no toma en cuenta el impacto de los fondos en el PIB que, como explicó en un encuentro ante medios el director general de Economía y Estadística del Banco de España, Óscar Arce, tampoco tendría un efecto diferencial, ya que, a lo máximo, supondría aproximadamente un 2% de crecimiento en 2021 en caso de dedicar todas las transferencias a inversión y proyectos que no se llevarían a cabo sin el dinero continental. La economista sénior de Funcas, María Jesús Fernández, cree que el año que viene, a lo sumo, llegarán 14.000 millones.
Como fuere, según se cumpla un escenario u otro, el Banco de España cree que el crecimiento del PIB en el tercer trimestre oscilará entre el 13% o el 16% según el prisma que se coja. Pese a crecer a doble dígito hay que tener en cuenta la cuantía del desplome anterior. Arce subrayó que apenas se recuperará en torno a la mitad de la actividad perdida en la primera mitad de 2020.
El supervisor, eso sí, detecta «cierto agotamiento del proceso de recuperación» desde mediados de agosto. Porque en los datos de 2021 es donde se ve que el Banco de España espera que la recuperación no vaya a ser tan fuerte como sí auguraba en junio, cuando pronosticaba un crecimiento que podía oscilar en 2021 entre un 6,9% o un 9,1%.
Una pérdida de tracción que ya se vislumbra especialmente en los datos de afiliación y que se explica por el empeoramiento de la situación epidemiológica y la menor llegada de turistas extranjeros por las restricciones impuestas por países terceros. La recuperación no será tan rápida como se podía esperar. Solo dos países (Portugal y Grecia) tienen un mayor peso sobre el PIB del turismo internacional, con casi un 6% del PIB en España, entre dos y tres veces más de lo que supone para Francia, Alemania e Italia.
Fin de los ERTE
El desempleo proyectado será del 17,1% este año, el 19,4% en 2021 y el 18,2% en 2022 en el escenario más benigno mientras que en el más pesimista ascenderá al 18,6%, un 22,1% y un 20,2%, respectivamente. Es decir, el organismo comandado por Pablo Hernández de Cos descuenta que con el fin de los ERTE aumentará el paro por la cantidad de personas que se quedarán sin empleo. El supervisor, como fuere, tiene en cuenta que la prórroga de los ERTE no sigue tras el 30 de septiembre, ya que el Ejecutivo aún no ha acordado esto con los agentes sociales -aunque el pacto estaría cerca y contempla una extensión al otoño-. Fernández, cifra «posiblemente entre 100.000 y 200.000» los trabajadores bajo un ERTE que se quedarán sin empleo al fin de la prórroga.
Con todos estos ingredientes en la coctelera, el Banco de España descarta que se alcance el nivel de PIB precrisis antes de 2023, lo que entierra la recuperación rápida que contemplaba el Gobierno. «El escenario central de ING plantea una recuperación lenta y gradual de la economía-el símbolo de “Nike”- en el que se alcanzarían los niveles de producción previos al Covid entre finales de 2022 y principios de 2023», cree el director de Estrategia de Inversión de ING, Francisco Quintana.
El impacto será mayúsculo para las finanzas públicas: el déficit será del 10,8% del PIB este año (frente al 2,8% de 2019), del 7% en 2021 y del 5,8% en 2022. Si se cumple el panorama más negativo, los números rojos serán del 12,1%, el 9,9% y el 8,2% respectivamente. En consecuencia, la deuda se irá al 115,4% en 2021 y hasta el 118% en 2022. O, si se coge el prisma más pesimista, escalará al 120,6% para volar al 125,6% y al 128,7% los dos próximos años respectivamente. Eso sí, los precios bucearán en aguas negativas: en todos los escenarios, la inflación de 2020 es inferior a cero. Todo hace pensar que la recuperación, al igual que la cura para el coronavirus, se ralentizará más de lo previsto: no habrá salida en forma de «V».