De Quinto (Cs): «En España no hay tanto rico como para pagar los Presupuestos de Sánchez»
El diputado de Cs y exvicepresidente de Coca Cola mundial se muestra sorprendido porque llame la atención sus salto a política «y no que el presidente de Correos sea una persona que nunca haya gestionado nada»
![Marcos de Quinto frente al Congreso](https://s1.abcstatics.com/media/economia/2019/05/13/Quinto-k2KB--1248x698@abc.jpg)
Es uno de los españoles que más alto ha llegado en el mundo empresarial y de los pocos que han apostado por dar el salto a la política. La exitosa carrera profesional de Marcos de Quinto (Madrid, 1958) quedará patente en la declaración de bienes que, por ley, deben hacer sus señorías y, aunque es consciente de que generará polémica, la transparencia no le asusta al fichaje estrella de Cs. Eso sí, curtido en las exigentes normativas empresariales estadounidenses, no duda en reclamar la misma vara de medir para la gestión de las compañías públicas que para las privadas. El colofón de su vida de ejecutivo es el libro «Notas desde la trinchera» en el que reflexiona sobre su carrera profesional y, además, hace una cerrada defensa de la publicidad tradicional frente a la digital: «La revolución digital y tecnológica es un hecho, pero no por ello hemos de bajar la guardia cuando alguien, en su nombre, nos quiera tomar el pelo. Hay mucho vendedor de crecepelo».
—¿Cómo se valoró en su entorno su salto a política?
—Es innegable que hay una situación de queja generalizada contra la política y los políticos. Yo mismo he sido parte de esa queja. Pero llega un momento en la vida en que piensas, ¿qué hago, sigo quejándome? ¿O hago algo? Esa reflexión es la que me impulsa a dejar la queja para complicarme la vida. Porque probablemente hay mucha gente que ha entrado en política para solucionar su vida pero yo entro para complicármela. Sacrifico muchas cosas, pero sobre todo ingresos y nivel de exposición.
—En su libro afirma que sin propósito la vida de las empresas carece de sentido ¿Cuál es el suyo en política?
—[Entre risas] ¡Cambiar el colchón! Bromas a parte, yo creo que gestionar un país no es muy distinto a gestionar una empresa. Y yo he venido para tratar de ayudar en la gestión. No vengo muy ideologizado. No obstante, he de decir que lo que sí me ha sorprendido es que llame la atención el hecho de que una persona que ha sido vicepresidente ejecutivo de una empresa cuyos ingresos suman los de muchas comunidades autónomas juntas, maneja más de 200.000 personas y tiene presencia en más de 200 países se plantee cómo ayudar a gestionar lo público. Porque, sin embargo, a nadie le sorprende que el presidente de Correos sea una persona que nunca ha gestionado nada y que su mayor mérito sea el de haber sido una especie de secretario personal de Pedro Sánchez cuando daba la gira con su coche y le habían echado de su partido. Correos es una empresa de 50.000 empleados y que, además, ¡compite con Amazon! ¿Alguien se imagina a Bezos hablando sobre el sector con el presidente de Correos? ¿Qué debate iba a ser ese? Pero no, eso no sorprende. Hemos olvidado que las empresas públicas tienen accionistas: todos los españoles. Nosotros somos los propietarios de esas empresas y, sin embargo, los procedimientos de control del buen gobierno no son similares a las del Ibex
—¿Cambiaría la ley para igualarlas?
—Por su puesto, eso es para mí de las cosas más importantes. Hay que revisar la legislación para que tengamos más seriedad en lo que nos pertenece a todos. Que se maneje y se gestione mejor y que se responda de esa gestión.
—Grandes empresas como Alcoa o el Santander están anunciando EREs, ¿como valora la situación económica?
—La desaceleración es algo que se está produciendo a nivel internacional y nosotros deberíamos estar preparándonos para ella. Pero las decisiones empresariales no solo responden a la situación económica nacional porque ellas compiten en mercados globales. A pesar de que la economía vaya bien, determinadas empresas deberán seguir haciendo expedientes de regulación para mantener la competitividad respecto a compañías internacionales. Lo que sí espero es que todos los expedientes de regulación se hagan con generosidad. Con la misma que los embotelladores de Coca Cola, que no eran de mi compañía, hicieron el suyo. Y que no los hagan como Pablo Iglesias en Podemos.
—Los empresarios quieren un gobierno PSOE-Cs...
— España necesita una alternativa al Sanchismo. Y ese es el papel de Cs. No se lidera la oposición por tener un escaño más, sino por tener ganas de liderarla, un equipo cualificado, estar en crecimiento, tener credibilidad y no tener mochilas.
—¿Cómo valora los PGE que presentó el PSOE?
— Estamos absolutamente en contra de esos Presupuestos. Han intentado distraer diciendo que esto lo van a pagar solo los ricos y, desgraciadamente, en España no hay tantos como para poder pagar todo lo anunciado.
—Defiende que en el marketing funcionan más las emociones que la razón ¿ocurre lo mismo en política?
—Sí, no es deseable pero es lo que sucede. Nos movemos por las emociones y después buscamos las razones para justificarnos. Mucha gente se da emocionalmente a un partido y posteriormente, de manera selectiva, escoge las informaciones que apoyan la decisión que ha tomado. Cuando en el debate Pedro Sánchez le decía a Albert Rivera que era falso que fuera a subir los impuestos era evidente que estaba mintiendo. Pero eso, una persona que le ha votado, lo trata de eliminar. Aunque sea mentira y justifique una decisión errónea.
—Precisamente recuerda en su obra que la publicidad de producto y la política no siguen las mismas reglas...
—Sí, yo soy un gran defensor de la publicidad porque no miente. No puede mentir porque por la ley de publicidad ésta debe ser verídica. Un anuncio es como un contrato y si no cumple lo que dice se puede denunciar. Pero la propaganda o la publicidad política se eximió de esa ley.
—¿Es partidario de incluirla?
- No lo sé, la verdad. Hay que tener en cuenta que, por las condiciones parlamentarias, no siempre es posible hacer lo que se ha prometido y que, además, la gente tiene que poder hablar sin corsés. Pero, por otro lado, no se debería permitir tener la caradura de prometer cosas a sabiendas de que no se van a hacer, como hicieron PP y PSOE cuando disfrutaban de mayorías absolutas.
—Asegura que la publicidad en Google está sobrevalorada, pero lo cierto es que los medios de comunicación tradicionales sufrimos una crisis desde hace años por esta razón ¿Cómo ve el futuro en este sentido? ¿Hay algo que podamos hacer los medios?
—Los medios han vivido de la publicidad y no han sabido defenderla. Cuando alguien lee algo en ABC debería darle más credibilidad que a un anuncio visto en Google porque, como he comentado, un anuncio en ABC no puede mentir y lo que escriba alguien en Google sí que puede ser falso. Desgraciadamente la población está comenzando a dar más credibilidad a un contenido de internet que a un anuncio tradicional. Los medios deberían defender su publicidad y explicar que su veracidad está avalada y protegida por una ley, al tiempo que deberían hacer desconfiar de la de Google. Mucha gente ha vivido de la publicidad pero nadie para ella. Todos, incluidas las agencias de publicidad, han exprimido a la vaca. Pero a la vaca también hay que alimentarla. Yo defiendo la publicidad porque la uso. Quienes la venden deberían defenderla aún más yo.
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