Una ola de quiebras pondría en peligro el sistema financiero europeo
La puntualidad de las ayudas resultará crucial. Y esas ayudas estatales no podrán ser retiradas antes de tiempo porque la ola de quiebras e insolvencias se trasladaría al flujo del crédito
La economía real y la economía financiera no son dos entidades independientes que funcionen en paralelo, sino más bien dos caras de la misma realidad, conectadas a través de vasos comunicantes. Si las ayudas europeas no llegan con la necesaria rapidez a los autónomos y empresas nacionales más afectados, el nivel de la crisis amenazará también con inundar las cuentas de resultados y balances de los bancos . Por eso la gestión de la recesión causada por las restricciones de la lucha contra la pandemia ha de llevarse a cabo con cronómetro. Esta es, al menos la advertencia que contiene el informe que el Consejo de Riesgo de la UE (ESRB) ha presentado hoy en Fránkfurt. La puntualidad de las ayudas resultará crucial. Y esas ayudas estatales no podrán ser retiradas antes de tiempo porque la ola de quiebras e insolvencias se trasladaría al flujo del crédito. Pero tampoco podrán durar ni un minuto más de lo necesario porque formarán un cuello de embudo a las necesarias reformas, sin las que la recuperación no llegará a hacerse realidad.
Los Estados europeos han contenido la crisis hasta ahora con un volumen de más de 2,4 trillones de euros públicos , incluyendo garantías de préstamos, exenciones fiscales y financiación directa, según calcula el ESBR. Alrededor de una tercera parte consiste en préstamos corporativos y, desde el punto de vista del observador de riesgos, es crucial que la ayuda llegue al final de la cadena, a los afectados. Cabe recordar que este comité fue creado en 2010, después de la anterior crisis, que nadie vio venir, como elemento de un sistema de alerta temprana. Ahora nos advierte que una retirada temprana de las ayudas pondrá en peligro la estabilidad financiera y que en vigor demasiado tiempo ejercerán una presión insostenible sobre los presupuestos nacionales que impedirá las reformas estructurales. Advierte también que uno de los objetivos prioritarios de los gobiernos es aumentar la sostenibilidad de la deuda.
Otra consecuencia a tener en cuenta para no soltar el cronómetro es que cuanto más dura la crisis y más débil es la recuperación económica, en opinión del comité, mayor es el riesgo de que el sector financiero se vea afectado. A número creciente de préstamos en riesgo de incumplimiento, más posibilidades de agujeros profundos en los balances bancarios. La posible consecuencia en ese caso sería que las instituciones financieras cerrarían los préstamos, para las corporaciones sería más difícil conseguir dinero. El desarrollo económico sufriría un freno que el comité considera más pesado aún que el de la anterior crisis. «No se puede descartar un escenario desfavorable» , ha dicho la vicepresidenta del Bundesbank, Claudia Buch, esforzándose por no hacer saltar demasiadas alarmas pero en misma línea en la que el BCE viene ya advirtiendo del peligro.
«El inicio de las campañas de vacunación es un paso importante para resolver la actual crisis, pero la pandemia sigue planteando graves riesgos para la salud pública y para las economías del euro y del mundo», ha señalado el emisor europeo en su último comunicado, por lo que apunta que puede no ser necesario agotar su programa de compras de emergencia (PEPP) , dotado con 1,85 billones y lanzado por la crisis del coronavirus, si las condiciones de financiación en la zona euro son favorables. Pero que en el caso contrario, podría también elevarlo.
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