El BCE pospone seis meses su revisión estratégica por la crisis del coronavirus

La entidad central ha reenfocado su actividad para centrarse en los efectos de la recesión que traerá consigo la pandemia

La presidenta del BCE, Christine Lagarde REUTERS

Esta funcionalidad es sólo para registrados

La crisis del coronavirus hace rectificar de nuevo al Banco Central Europeo. Christine Lagarde concede medio año más de lo previsto para revisar su estrategia de política monetaria . En un comunicado publicado esta mañana, la institución explica que, «en la situación actual, los órganos rectores y el personal del BCE y de los bancos centrales nacionales del Eurosistema están centrando sus esfuerzos en hacer frente a los retos de la pandemia de coronavirus» y anuncia que «la conclusión de la revisión de la estrategia se aplazará de final de 2020 a mediados de 2021» . Esto se debe también, explica, a que «los actos programados por el BCE y los bancos centrales nacionales del Eurosistema para escuchar a los interesados han debido ser desplazados» al segundo semestre de este año porque «las medidas sanitarias vigentes en la Unión Europea, entre las que se incluyen el cierre de espacios públicos y la prohibición de concentraciones de personas en distintos países» de la Eurozona.

El anuncio reconoce que la revisión estratégica pasa a segundo plano de prioridades , en un contexto en el que todo el personal del BCE ha reenfocado su actividad para centrarse en los efectos de la recesión que traerá consigo el coronavirus. La revisión estratégica anunciada por Lagarde no había sido descrita de forma muy explícita, así que no es posible valorar certeramente qué nos estamos perdiendo, pero el anuncio contribuye a lanzar un mensaje de continuidad de las medidas del BCE, apuntalar la idea de que hay todavía margen de maniobra y disipar las crecientes preocupaciones de que el banco se ha quedado sin munición.

Desde que el BCE lanzó su amplio programa de estímulos con los que sostener en funcionamiento la economía en tiempos de coronavirus , los mercados se preguntan si le quedan herramientas potentes en caso de que la recesión profundice, como apuntan ya varios estudios, y sea una vez más necesaria la actuación del banco. Estas preocupaciones se vieron alentadas por el gobernador del banco central austriaco Robert Holzmann, quien sugirió en una entrevista que la política monetaria estaba cerca de sus límites y que el BCE no podía satisfacer las expectativas del mercado. Su repercusión fue tal que Holzmann se vio obligado a rectificar en un breve comunicad o en el que decía que la política monetaria «no ha llegado en absoluto» a sus límites. El propio BCE publicó un comunicado en el que dijo que «está preparado para ajustar todas sus medidas de la forma adecuada, si fuese necesario para salvaguardar las condiciones de liquidez en el sistema bancario y para asegurar la transmisión fluida de su política monetaria en todas las jurisdicciones». Y reforzando este mensaje, el vicepresidente del BCE, Luis de Guindos, declaró que el banco central podría hacer más pero que esta es una crisis sanitaria y no financiera y que los Gobiernos deben liderar la respuesta. Incluso Christine Lagarde tuvo que retractarse de sus comentarios, tras afirmar que no correspondía al banco bajar los diferenciales de la deuda en la zona euro, un comentario que empujó a los rendimientos italianos a un nivel muy alto, irritando a los dirigentes monetarios y a los responsables gubernamentales. Ahora, al aplazar su revisión estratégica, el BCE amplía el margen temporal en el que seguirá apoyando la financiación de gobiernos y empresas sin atender a otro criterio que o sea paliar los efectos del coronavirus.

Si bien ha quedado ya más o menos claro que o habrá eurobonos, posiblemente ni siquiera coronabonos, sí que está cuajando la idea de un Plan Marschall para la europa post corona apoyado en el Mecanismo de Estabilidad Europeo (MEDE), que tiene una capacidad de 410.000 millones de euros. Las circunstancias son completamente diferentes a la crisis de deuda pero con una capha reconocido de Guindos. El problema del BCE es que los costes de la deuda pública de sus miembros más vulnerables a la crisis se han disparado, pese a que el banco ha dicho que está dispuesto a intervenir porque esta situación está perjudicando la transmisión de la política monetaria. El aplazamiento de la revisión estratégica indica a los mercados que la protección de las primas de riesgo estará por delate de cualquier otra prioridad hasta que quede superada esta crisis.

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación